Por Diego Schurman
Rodolfo Daer asumió ayer su segundo mandato como titular de la CGT con una amenaza de paro general si el Gobierno no se aviene al diálogo. Junto al dirigente de la alimentación desembarcaron en la cúpula cegetista representantes del menemismo más rancio. Los sindicalistas buscan de esta manera consolidar el proyecto presidencial del gobernador cordobés, José Manuel de la Sota.
Daer fue reelecto por otros cuatro años en un congreso desarrollado en el estadio de Obras Sanitarias. Y su primera medida fue la de convocar a un Comité Central Confederal. Se trata del escenario donde la CGT decide medidas de fuerza. �Si en cinco semanas no hay respuestas, tendremos que salir a la calle a luchar�, dijo Daer a Página/12.
La prédica fue antecedida por el documento �Un modelo sin trabajo�, donde abundaron las críticas al Gobierno y al FMI, a quienes responsabilizaron de los altos índices de pobreza y desocupación.
Fernando de la Rúa no tardó en reaccionar. �No quiero entender que se trate de una amenaza, en el país no caben las amenazas sino el diálogo�, se quejó el Presidente.
Daer, que asumió su primer mandato con duras críticas a Carlos Menem, se presenta ahora como un hombre �respetuoso� de la anterior gestión. El nuevo staff de la CGT lo confirma. Allí aparecen dirigentes cercanos al ex presidente y que han aprobado convenios de trabajos flexibles, tal cual promovía el menemismo. El flamante secretario adjunto, el telefónico Rogelio Rodríguez, es apenas un botón de muestra.
Al no alcanzar la unidad con la CGT rebelde de Hugo Moyano, la CGT oficial abrió las compuertas al Movimiento Obrero con Propuesta, donde recalan los sindicalistas hipermenemistas. Antonio Cassia, un habitué de las comidas que Menem organizaba en Olivos, fue uno de los que mostró su alegría por volver al redil.
También hubo espacio para dirigentes que en algún momento tuvieron vinculación con el duhaldismo, como Alfredo Atanasof, y para un �arrepentido�, el albañil Gerardo Martínez, quien abandonó a Moyano para volver al calor del grupo de �los gordos�, como se conoce a las grandes corporaciones sindicales (Comercio, Luz y Fuerza, Bancarios, etc.).
Con el nuevo perfil, la CGT busca consolidar el proyecto presidencial de De la Sota, con quien Daer ya mantuvo una reunión reservada. El gobernador estaba invitado ayer como panelista, pero justificó su ausencia en problemas de agenda. Vía telegrama llegó la solidaridad del santafesino Carlos Reutemann. En cambio, no hubo ninguna salutación de Carlos Ruckauf, el precandidato presidencial del PJ que le da la espalda a la CGT menemista.
El cuadro de honor
El consejo directivo que encabeza Rodolfo Daer estará integrado por los secretarios:
Adjunto: Rogelio Rodríguez (telefónico).
Gremial: Gerardo Martínez (construcción).
Interior: Rubén Pereyra (Obras Sanitarias).
Finanzas: Amadeo Genta (municipal).
Administración: Luis García Ortiz (metalmecánico).
Prensa: Carlos West Ocampo (Sanidad).
Seguridad Social: Luis Barrionuevo (gastronómico).
Acción Social: Juan José Zanola (bancario).
Relaciones Internacionales: Armando Cavalieri (comercio).
Cultura y Capacitación: Vicente Mastrocola (plástico).
Vivienda y Turismo: Oscar Lescano (lucifuercista).
Relaciones Institucionales: Andrés Rodríguez (estatal).
Actas: Reynaldo Hermoso (químicos).
Prosecretario gremial: José Pedraza (ferroviario).
Prosecretario interior: Juan García (estaciones de servicio). |
UN GUIÑO DE DAER A DE LA SOTA EN LA INTERNA DEL PJ
�Miramos atentos a Córdoba�
Por D.S.
Quedará en la historia por ser el primer titular de la CGT que finaliza su mandato desde la vuelta a la democracia, en 1983. Pero Rodolfo Daer también será recordado por pasar de la crítica abierta a la defensa cerrada de la gestión menemista. Desde ese lugar, amenaza con un paro general y juega sus cartas en la interna justicialista. �En la CGT seguimos con atención lo que De la Sota hace en Córdoba.�
�¿Por qué en el día de su reelección amenaza con un paro?
�Porque hace falta convocar a un gran acuerdo social. El Gobierno no puede seguir siendo indiferente a la destrucción del empleo.
�¿Y qué plazos fija para esa convocatoria al diálogo?
�Cinco semanas. En ese lapso queremos armar una agenda con el ministro Flamarique y terminar con una reunión con el presidente De la Rúa. La responsabilidad de la paz la tiene el gobierno.
�¿Cuánto tiene que ver con este afán de lucha la desregulación de las obras sociales, que afectará intereses económicos del sindicalismo?
�El gobierno que tanto criticó los decretos de Menem utiliza los mismos procedimientos para desregular algo que tiene que ser un derecho para todos, independientemente del dinero. Con la salud va a suceder como con la jubilación: unos pocos van a tener salud y la inmensa mayoría va a tener que hacer cola a las 4 de la mañana para que lo atienda un hospital público.�¿Cómo será la relación con la CGT de Hugo Moyano?
�Con ellos no llegamos a un acuerdo para hacer una sola CGT. Pero vamos a proponer �unidad en acción�, dejando de lado nuestras diferencias.
�¿La gente va a respaldar a la flamante CGT con dirigentes íntimamente vinculados al menemismo y complacientes, en algunos casos, de medidas flexibilizadoras que usted critica?
�No hubo complicidad. Hubo aciertos y desaciertos. Y los dirigentes sindicales no son responsables del desempleo ni de las políticas económicas. Además, el país se paraliza cuando convoca la CGT.
�¿Esta CGT respalda el proyecto presidencial de José Manuel de la Sota?
�Respaldamos una política. Dentro de la convertibilidad hay dos proyectos: el del Gobierno, que busca el equilibrio fiscal, aumentando los impuestos, rebajando los salarios y careciendo de política activas para defender la producción y el empleo. Y el de Córdoba, que rebaja los impuestos y fomenta la pequeña y mediana empresa y los programas de empleo.
�Entonces la CGT ya tomó partido en la interna del PJ.
�Nosotros hablamos de dos modelos dentro de la convertibilidad. Y seguimos con atención lo que hace De la Sota en Córdoba.
�¿Qué piensa de Carlos Ruckauf?
�Los gobernantes que desconocen a las organizaciones sindicales con sus dirigentes debilitan el Estado de derecho y la democracia.
�¿Usted asumió en el �96 como un crítico de la gestión menemista y ahora elogia al ex presidente. ¿Qué pasó?
�En el �96 peleaba contra los contratos basura y una ley que fragmentara el sindicalismo. Hubo paros de 24 y 36 horas contra Menem. Pero Menem nunca trabó la relación con la CGT. De la Rúa, en cambio, no nos tiene en cuenta.
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