Por Hilda Cabrera
Si se acepta la idea de que existe un creador del universo, ¿por qué no ha de haber también un relator del cosmos?, alguien que dice haberlo visto todo, pero no con ojos beatos sino como ser vivo forzado por la naturaleza a evolucionar de molusco a hombre. Sobreviviente de innumerables convulsiones y descalabros, ese relator, cuya edad es la del universo, no es otro que Qfwfq, especie de guía y enlace de Las cosmicómicas (Le Cosmicomiche), conjunto de narraciones breves nacidas del interés de Italo Calvino (1923-1985) por la cosmología y el desarrollo biológico. Este libro, publicado en 1965, revela el entusiasmo de este escritor y filoso ensayista por incorporar a su narrativa nuevos códigos literarios e imágenes: las de la historieta, por ejemplo. Actitud que evidencia también en otras producciones de la época, como Tiempo Cero (de 1967) y Las ciudades invisibles (1972), libro inspirado en el largo viaje de Marco Polo, donde sus descripciones de las ciudades no guardan relación con el mundo de lo real.
En cuanto al Qfwfq de Las cosmicómicas, se ha dicho que éste no es un personaje sino �un punto de vista�, �un ojo�, o sea un relator, que en esta adaptación del dramaturgo español Julio Salvatierra se encarna en un joven campesino, papel a cargo de Alvaro Lavín (también director de esta puesta). Este narrador no sólo recuerda: intenta además explicar ciertos fenómenos cósmicos, y lo hace junto a su padre (Oscar Sánchez Zafra), una joven hermana (Paloma Vidal) y su abuela paterna (interpretada por la argentina Marina Seresesky). Ellos serán quienes a través del relato traerán a escena otros personajes, a una misteriosa y evasiva Ayl, por ejemplo, o al tío �acuático�, cuyo nombre es N�ba N�ba, un individuo que se resiste a abandonar su anterior condición de pez (situación que da lugar a una impactante caracterización de Sánchez Zafra).
Fundado en 1992 por actores que coincidieron en un stage internacional de Commedia dell�Arte, dirigido en Italia por el especialista Antonio Fava (famoso además por su trabajo con máscaras), el Teatro Meridional cuenta con un repertorio de obras de pequeño formato, como Romeo. Versión montesca de la tragedia de Verona, vista dos años atrás en el Cervantes. En Qfwfq. Una historia del universo, se han tomado sólo seis de los doce cuentos de �Las cosmicómicas�, todos elaborados por Calvino a partir de escritos sobre cosmología. El resultado de este trabajo no es un contrapunto entre el conocimiento científico y el pensamiento mítico sino el libre juego de la fantasía de quienes, hallándose en un tembladeral (eneste caso cósmico), se animan a encontrarle un sentido a lo que desconocen.
Trasladado a la escena, el texto se convierte en regocijante dialéctica, animada por intérpretes capaces de sostener con excelencia a sus respectivos personajes, incluso en los pasajes en que deben permanecer en un segundo plano. Utilizan para lograrlo técnicas afines al arte del juglar, el clown y la Commedia dell�Arte. Conformado básicamente por artistas españoles, portugueses e italianos, Teatro Meridional se presenta como un grupo itinerante (sus giras por esos tres países se extienden a América latina) dispuesto a la sencilla escenificación de asuntos complejos, como lo son en esta puesta el �misterio� de la mirada, por ejemplo. Es así que en la secuencia basada en el relato �La espiral�, Qfwfq se reconoce a sí mismo observando los innumerables ojos de un cardumen de anchoas: �Todos esos ojos eran los míos �reflexiona�. Yo los había hecho posibles; yo había tenido la parte activa, yo les proporcionaba la materia prima, la imagen�.
Con deliberada inocencia afloran otros asuntos también intrincados, como la relación entre la Tierra y la Luna, en otro tiempo tan cercana que se podía extraer de ella �una leche densa como requesón�, y fenómenos como la percepción de los colores y el nacimiento del día, hecho que aquí memoran tanto los jóvenes como los viejos: la pequeña e introvertida hermana G�d(w)n y la traviesa abuela Bb�b, empecinada en �hablar en argentino�. Los conflictos generados por �habitar� todos un mismo punto del espacio desatan toda suerte de fabulaciones. Se dice que en ese punto, �antes de la expansión�, convergían familias enteras, incluyendo una seductora señora Qn(i)Nko, la única a quien la falta de espacio no había convertido en un ser limitado y mezquino, según el enamorado Qfwfq, inventor, como los otros personajes, de absurdos y sustanciosos universos personales.
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