Por Hilda Cabrera
 Aun cuando se trate de una muestra pequeña y necesariamente incompleta, vale la pena acercarse a la exhibición que se realiza en el Hall Central del San Martín, en memoria de los cien años del nacimiento de Roberto Arlt. Fotografías, maniquíes, dibujos y pinturas (Bello, Urruchúa y Sábat, entre otros), esculturas, textos, primeras ediciones y traducciones, videos y, entre otros materiales, bocetos de escenografías y vestuarios han sido distribuidos de modo circular, �abrazando� al visitante. Lo que se expone quiere ser retrato de un escritor que sigue sorprendiendo. Nació el 26 de abril de 1900, de padre alemán y madre austríaca, y murió de un infarto el 26 de julio de 1942. La muestra que finaliza mañana es parte de otro evento organizado en forma conjunta por el San Martín, la Fundación Roberto Arlt y el Grupo de Estudios de Teatro Argentino e Iberoamericano: el IX Congreso Internacional de Teatro. A esto se sumará un espectáculo, también abierto al público, en la Sala Casacuberta (el martes 22, a las 21), un montaje de Patricia Corradini que dirigirá Lorenzo Quinteros.
La muestra es obra de la especialista en museografía Rina Gabe y la investigadora Mirta Arlt, hija del escritor. Ante una producción tan heterogénea y aún dispersa, Gabe optó por una disposición y textos que resultan rápidamente �entendibles�. De ahí, tal vez, el subrayado de Mirta Arlt en el folleto de presentación, donde rescata una frase (Arlt �supo hacer de su originalidad un estilo�) de Antonio Pagés Larraya, extraída de una nota publicada por éste en 1958, en el diario La Prensa: �Siete palabras que me golpearon con el certero blanco de la concisión que nombraba lo primordial de Arlt: originalidad y estilo. Su originalidad, creo, consistía en su mirada vikinga, ajena a la escolaridad y su didáctica, lo cual lo decretaba obligatorio, imprescindible, insustituible en las letras y el teatro argentinos. Pero el estilo dependía, además, del reconocimiento que jerarquizara su escritura y legitimara, haciendo que esa prosa del cross a la mandíbula accediera a la nominación de estilo�.
Unos paneles cronológicos son el punto de partida del minirrecorrido por la obra del escritor y su tiempo, sobre el que dejan testimonio algunos recortes de diarios, entre otros de 1929 y 1930, cuando, como hoy, los temas eran �la coima� y �el dolor y la tragedia del que queda cesante�. Gabe dice haber querido destacar esos escritos que se conectan con la realidad actual, además de otros en los que creyó descubrir belleza y desgarro. Así se pueden apreciar trabajos de Arlt para las revistas El Hogar y Mundo Argentino. No faltan otros testimonios, como el premio municipal por Los siete locos (en 1929), ni su labor en el diario El Mundo, donde publicó sus Aguafuertes porteñas. En la selección hay varios textos filosos que atrapan de inmediato, como la ingeniosa crítica a una pieza teatral o la colorida crónica de un partido de fútbol. Tampoco queda afuera el pliego, hoy insólito, que patenta su invento: las medias de seda gomificadas en la puntera y el talón. Como escribió Ulyses Petit de Murat, �siempre soñaba con algún artilugio para producir fuera de esa tarea irrenunciable de alinear palabras y frases�.
�Hubo que revolver en archivos para armar esta muestra, de la que participó mucha gente, porque necesitábamos pintar, retocar, ensamblar�, puntualiza la curadora ante un panel donde se exhiben notas a modo de semblanzas, como una del diario La Opinión, de 1971, que recuerda el viaje de Arlt a España en 1934-35. Siempre como corresponsal, también en Chile, en 1940, año en que murió su mujer Carmen Antinucci, madre de Mirta. �Las entrevistas son maravillosas. Es siempre muy frontal�, se regocija Gabe mientras señala un fragmento en el que Arlt habla sobre la �existencia tan tibia� de algunos argentinos: �El primero que haga un poco de psicología y cosas extrañas se meterá en el bolsillo a esta gente�. Una ampliación del cuento �Odio desde la otra vida�, publicado en El Hogar en 1939, antecede al panel que exhibe cuatro cartas del escritor de 1942 dirigidas a su familia. En otros sectores se hallan materiales sobre teatro y cine, bocetos de obras y vestuarios (entre otros, de Guillermo de la Torre, Nené Murúa y Renata Schussheim). Leónidas Barletta, director del Teatro del Pueblo, fue quien primero se entusiasmó con las obras: escenificó en 1932 un fragmento de �Los siete locos� (�El humillado�), y ese mismo año estrenó Trescientos millones. De esta pieza se exhiben otros montajes, como los de 1973 y 1992 (dirigido por José María Paolantonio), concretados en el San Martín.
También se exhiben materiales referidos a El desierto entra en la ciudad, obra para la que Arlt �mandó armar un horóscopo que se supone fue obra de Xul Solar�, según cuenta Gabe; de El fabricante de fantasmas (una puesta de 1936 en el Teatro Argentino), versiones de Saverio el cruel, de 1936, incluida la dirigida por Jorge Hacker en el Colón, y Los siete locos, una versión de los 70 y otra del �97, dirigida por Javier Margulis y Rubens Correa. Entre los espectáculos más recientes se exponen imágenes de los de Ricardo Bartís (El pecado que no se puede nombrar) y el Grupo Sísifo/Teatro Físico (Los diez días de Erdosain).
En el panel dedicado al cine se ven recortes sobre Los siete locos, El juguete rabioso y Saverio el cruel, en una traslación de 1977. Se han dispuesto además dos monitores que exhiben videos, uno dirigido por Ricardo Monti para el programa �DNI�, y un clip de 7 minutos de Fito Páez: �Cadáver exquisito� (sobre Erdosain). De un homenaje hecho a Arlt en el Pompidou de París queda un enorme lienzo que reproduce una pintura de Ricardo Carpani, de 1987. El original medía 50 x 70, pero fue ampliado (por Cecilia Figueredo y Norma Miranda) para aquella muestra. Ese mismo trabajo cuelga en el Hall, donde también se destaca una escultura realizada por Daniel Baldó en telgopor. Sólo que, �cubierta con resina, adquirió la consistencia y el color del bronce�, precisa Gabe, que dice haber seleccionado el material con la intención de lograr una muestra limpia, de modo que la gente �pueda recorrerla en soledad, detenerse a leer estos textos maravillosos, y sentir que le están diciendo algo�.
| Madonna fue mamá
Finalmente no fue en Londres sino en Los Angeles, y tres semanas antes de lo esperado: ayer al mediodía, la superestrella Madonna dio a luz a su segundo hijo, un varón, mediante una cesárea. La cantante ingresó en secreto por la puerta posterior del Cedars Sinai en la madrugada del viernes, acompañada por el padre de la criatura, el director de cine británico Guy Ritchie; según informaron luego los voceros del hospital, el niño �cuyo nombre no fue suministrado� nació exactamente a las 12. En una entrevista reciente, Madonna había desmentido que tuviera planes de tener al bebé en Inglaterra, aduciendo que �prefiero la eficiencia�. Madonna, quien ya tiene una hija de tres años y medio llamada Lourdes, está haciendo sonar en estos días �Music�, primer single del disco homónimo, que aparecerá en el mercado a comienzos de setiembre, y para el cual tiene previsto, en principio, sólo una gira de presentación por pequeños clubes británicos. |
|
