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Los nacionalistas vascos salen partidos al medio

Luego de la ofensiva de la ETA, un portavoz del Partido Nacionalista Vasco declaró ayer que el pacto entre éste y el brazo político etarra �está muerto�.
Una de las tantas manifestaciones contra la violencia de ETA.
La ofensiva de la organización separatista vasca no se detiene.

t.gif (862 bytes) Ayer comenzó a abrirse la grieta dentro del nacionalismo vasco, algo que desean más que nunca los partidos nacionales españoles en el contexto de la ofensiva de la organización separatista vasca ETA. El portavoz del Partido Nacionalista Vasco (PNV) en el Parlamento español, Iñaki Anasagasti, declaró ayer al diario de Bilbao Deia que el pacto de Lizarra �está muerto�, contradiciendo al propio titular del PNV, Xavier Arzalluz. El pacto de Lizarra había sido firmado en setiembre de 1998 por fuerzas nacionalistas vascas, la Izquierda Unida (IU) y el brazo político de ETA, Euskal Herritarrok (EH), para buscar una solución política al conflicto vasco.
�Ante los asesinatos cometidos en los últimos días, sólo cabe decir que la ETA remató Lizarra�, aseguró Anasagasti en referencia a la muerte del presidente de la patronal empresarial de Guipúzcoa, José María Korta, y del subteniente del Ejército Francisco Casanova. �A Lizarra lo mató la ETA y la cobardía de los dirigentes de EH, nadie más. Los nueve asesinatos tras la ruptura de la tregua nada tienen que ver con lo escrito en Lizarra�, agregó Anasagasti. También afirmó que �con toda la gente con la que hablo, nadie habla ya de Lizarra y considera una temeridad política dañina a los intereses de Euskadi (País Vasco) continuar con esa ficción�.Las declaraciones de Anasagasti son fuertes si se tiene en cuenta que, desde la firma del pacto de Lizarra en 1997, el nacionalismo vasco había hecho oídos sordos al pedido de los partidos nacionales españoles para que lo abandonaran. Esto puede significar el comienzo de lo que el Partido Popular (PP, en el gobierno) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) imploran cada vez que la ETA comete un atentado: que el PNV y Eusko Alkaratsuna (el otro partido nacionalista vasco moderado) recuperen lo que se llama �el espíritu de Ajuria Enea�.El pacto de Ajuria Enea había sido firmado anteriormente por los partidos nacionales españoles y el PNV. El acuerdo no dejaba saldada la discusión sobre la independencia del País Vasco (objetivo manifiesto de la ETA y disimulado para los demás nacionalistas vascos), pero establecía claramente la condena a la violencia como modo de acción política. El eje del conflicto era entonces el de las �fuerzas democráticas� contra �las fuerzas terroristas�. Luego de varios contactos secretos con ETA, el PNV giró su posición en 1997 con la firma del pacto de Lizarra, en el cual la independencia del País Vasco se consideraba un hito fundamental y no negociable. De esta manera, el PNV cambió el eje hacia el lado más tradicional: País Vasco contra España. La contraprestación era la posibilidad de una tregua etarra y de un futuro acuerdo de paz. La tregua duró un año y tres meses sin que hubiera negociaciones, y en su escalada de atentados por toda España la ETA ya se cargó nueve muertos, muchos heridos y daños materiales por un millón y medio de dólares sólo en las últimas semanas. Desde el fin de la tregua, el espectro nacional español acusa al PNV y a EA de seguirle el juego a la ETA, que lo único que hizo durante la tregua fue rearmarse. El PNV responde que es la falta de voluntad de diálogo del gobierno lo que condujo a la situación actual. Entre ambas acusaciones aparece un intríngulis: la ETA tiene un apoyo político considerable dentro del País Vasco. En las últimas elecciones regionales, en 1998, Euskal Herritarrok sacó más del 15 por ciento de los votos, lidera algunos ayuntamientos vascos y sin él el PNV no puede formar gobierno. Una manifestación para lamentar la muerte de cuatro etarras que murieron la semana pasada reunió 10.000 personas. Aprovechando el envión de su resonante triunfo en las legislativas nacionales de marzo, Aznar quiere quebrar esta situación con elecciones regionales anticipadas donde su Partido Popular se presente junto a los socialistas, en una reedición de facto del �espíritu de Ajuria Enea� donde el PNV ahora queda del lado de los terroristas. Quizás las declaraciones de Anasagasti preanuncien que el mismo PNV quiere volver a Ajuria Enea.

 

 

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