Por Diego Schurman
Los dos se llevaron lo que buscaban. Rodolfo Daer, la promesa de una reunión con Fernando de la Rúa. Alberto Flamarique, la posibilidad de mostrar la voluntad de diálogo del Gobierno. Fue, al fin, lo único concreto que salió ayer de la reunión entre el jefe de la CGT oficial y el ministro de Trabajo, en la que se planteó la necesidad de poner coto al trabajo en negro, la evasión en la seguridad social y la desregulación inconsulta de las obras sociales.
Daer venía demandando una reunión con el Presidente desde la última semana. Incluso llegó a amenazar con un paro general si su reclamo no era escuchado. Por eso las palabras de Flamarique, prometiendo una cumbre con De la Rúa para la próxima semana, le sonaron como un coro de ángeles.
Para la CGT menemista no será una foto más. Después de romper lanzas con el Gobierno para realizar el paro general del 9 de junio, aparecerá como única interlocutora del Gobierno. Los dirigentes cegetistas lo contabilizan como un triunfo político y sindical en la puja que mantienen con la CGT rebelde de Hugo Moyano.
Flamarique ahora también podrá exponer una victoria personal al sentar a su mesa a aquellos sindicalistas que buscaron debilitarlo, difundiendo deliberadamente los encuentros mantenidos con todo aquel funcionario radical, del partido o del Gobierno. Simultáneamente, al armar la reunión entre la CGT y De la Rúa demostró a qué sector del gremialismo privilegiará el Gobierno.
En las casi tres horas de charlas, matizadas con café y agua mineral, Flamarique y Daer dieron sobradas muestras de voluntarismo. Quizá, lo que asomó como algo posible es la conformación de una mesa tripartita con el empresariado para elaborar propuestas tendientes a eliminar el trabajo en negro.
El ministro, que arrancó su discurso exponiendo los �condicionamientos� a los que está sometida su gestión, vio allí una posibilidad de reflotar las �mesas de consenso� que tanto pregona De la Rúa.
A la hora de hablar, la CGT presentó un menú de temas. Al mercantil Armando Cavalieri le tocó revalidar el papel del Estado, apuntar al irregular sistema de Aduanas y proponer la reactivación del mercado interno. Por eso esgrimió, quejoso, una nota de Clarín donde el jefe de Gabinete, Rodolfo Terragno, habla de los sectores industriales �inviables�.
�Que se pare de devaluar socialmente con rebaja del salario, el IVA del 21 por ciento, los casi 5 millones de personas con problemas de trabajo �azuzó el sindicalista.
Carlos West Ocampo, jefe del gremio de sanidad, navegó por los dos capítulos del empleo que predominaron en la charla: el trabajo en negro y la evasión en la seguridad social. Para ambos exigió �recuperar� la policía de Trabajo. Es decir, el papel de contralor del Estado.
El albañil Gerardo Martínez intervino para advertir que los condicionamientos financieros del Plan de Infraestructura del Gobierno terminarán favoreciendo a las empresas transnacionales en desmedro del trabajo argentino.
Lo que ningún sindicalista olvidó mencionar fue su preocupación por la desregulación del sistema de obras sociales. A Daer, West Ocampo, Martínez y Cavalieri se sumaron Oscar Lescano, Andrés Rodríguez, Juan José Zanola y Luis Barrionuevo, quien también abordó la situación del PAMI.
Básicamente reconocieron los problemas en materia de salud y se mostraron dispuestos a discutir cómo mejorar el sistema. Pero insistieron en su negativa a �ceder ante el mercado�. En otras palabras, a que las obras sociales sindicales compitan abiertamente con las empresas de medicina prepaga.
Flamarique, flanqueado por su secretario de Trabajo, Jorge Sappia, y el secretario de Relaciones Laborales, Enrique Espínola Vera, creyó entender que las negociaciones de la CGT con el ministro de Salud, Héctor Lombardo,estaban avanzadas. Pero los sindicalistas le recordaron que todas las charlas mueren en un mismo punto: todo es discutible, menos sacar de las manos de la dirigencia gremial el aporte de los trabajadores de su sector.
Los gordos con el Lole
La CGT oficial se reunirá hoy en Rosario con el gobernador de Santa Fe, Carlos Reutemann. El encuentro no es ajeno a la interna del PJ, donde el sindicalismo menemista viene trabajando abiertamente en contra de las aspiraciones presidenciales de Carlos Ruckauf.
Daer se sentará con Reutemann luego de recibir una dura y no tan lejana crítica del gobernador, en la que puso en duda la legitimidad del dirigente de la alimentación para conducir la CGT. Además, lo visitará un mes después de haber hecho lo propio con su par cordobés, José Manuel de la Sota. Se trata de dos de los mandatarios del PJ que suelen evitar las críticas al ex presidente Carlos Menem. Ruckauf, en cambio, priorizó los contactos con el camionero Hugo Moyano, quien conduce la CGT rebelde y es un reconocido crítico de la gestión menemista. |
RUCKAUF SE REUNIO CON LEGISLADORES DEL PJ CAPITAL
Pata peronista del peronismo bonaerense
La cena fue el lunes, en el restaurante Oviedo. El gobernador bonaerense, Carlos Ruckauf, se reunió con los dirigentes justicialistas Jorge Argüello, Guillermo Oliveri, Fernando Maurette y Alberto Iribarne. El objetivo: profundizar la renovación del PJ capital de cara a las elecciones presidenciales del 2003.
Se comió pescado y carne asada y se habló, sobre todo, del 2003. La idea de estos dirigentes del PJ capital es apoyar, cuando sea el momento, el proyecto presidencial de Ruckauf. �Queremos ser una especie de pata peronista en la capital para el gobernador�, afirmó uno de los legisladores que el lunes fue de la partida. Este no es el primer encuentro entre este grupo y el gobernador.
Cuando la legitimidad de Carlos Menem al frente del PJ nacional todavía estaba en discusión, hubo un primer encuentro en el que estos hombres se alinearon con el ex vicepresidente menemista. Saben que el legislador Mario �Pacho� O�Donnell y Daniel Scioli jugarán en el bando opuesto, y ya empezaron a pensar estrategias.
�Al gobernador también le interesa que Gustavo (Beliz) sea de la partida y ya lo ha hablado con él�, explicó uno de los legisladores porteños que compartió la mesa con Ruckauf. Mientras tanto, Beliz piensa seguir recorriendo el país. Su última escala fue Rosario, donde viajó invitado por el diputado justicialista Norberto Nicotra, quien en Santa Fe está enfrentado al gobernador Carlos Alberto Reutemann. En su discurso, sigue criticando a Carlos Menem. �Se va a terminar yendo del movimiento por la propia opinión de los afiliados�, sostuvo ayer.
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