Por Laura Vales y Raúl Kollmann
 La Justicia detuvo a ex agentes de la SIDE que tenían a su nombre propiedades de la central de espías y pretendieron quedarse con ellas, o conseguir una cifra multimillonaria a cambio de firmar su traspaso. José Daniel Salinardi, quien trabajó en la Secretaría de Inteligencia del Estado durante 22 años, fue arrestado el viernes y acusado �junto a su ex mujer Mónica Rodríguez, el también ex agente de inteligencia Mario Márquez y la abogada Daniela Arias� de asociación ilícita, defraudación y violación de secreto. Lo llamativo es que Salinardi, siendo empleado de la SIDE, mostraba un increíble nivel de vida: era dueño de un Alfa Romeo y de dos camionetas cuatro por cuatro; se dejaba ver a bordo de un Audi modelo 99; vivía en un imponente chalet y, como toda su familia, parecía tener una suerte de adicción a los viajes al exterior.
Salinardi tiene 42 años, es contador y, hasta febrero pasado, fue jefe del Departamento de Contrataciones de la SIDE. Desde 1982 figuraba como socio y apoderado de Osgra SRL, una de las empresas fantasmas creadas por la Secretaría, que funcionaba como fachada para asentar sus casas operativas. Con la llegada de Fernando de Santibañes al frente del organismo el espía fue despedido, pero mantuvo en su poder las acciones de Osgra. Es decir que, en los papeles, siguió figurando como titular del 80 por ciento de los inmuebles de la SIDE.
En la central de los espías dicen que le reclamaron repetidas veces que firme su traspaso, pero Salinardi se hizo el desentendido. Mientras tanto, exigió que le reconocieran aportes jubilatorios en base a la totalidad del sueldo que cobraba como agente, incorporando las sumas que recibía en negro. Los espías deslizan también que existió otro tipo de exigencias monetarias. Se habla incluso de pedidos de seis millones de pesos.
Simultáneamente, en un juzgado de la provincia de Buenos Aires avanzaba un pleito familiar que desembocó en el embargo de todas las propiedades de la sociedad trucha. El juicio fue impulsado por su ex mujer Mónica Rodríguez, ahora también detenida y acusada de asociación ilícita.
El 28 abril el jefe de la SIDE recibió la primera carta documento que disparó la pelea judicial. En ella, y con el tono de una mujer engañada, Mónica Rodríguez le pedía a De Santibañes que certificara si su ex marido era accionista de la millonaria empresa fantasma. Su siguiente paso fue reabrir el juicio de divorcio y denunciar a su ex marido por �posible fraude� en la división de bienes. En julio, la jueza Gladys Zaldúa hizo lugar a la demanda y embargó las propiedades de la central de espías.
El patrimonio en juego, según fuentes de la investigación, supera los 30 millones de dólares. El abogado Fabián Duro, defensor del ex agente, dio ayer a este diario una cifra muy superior, �cercana a los 70 millones�. Se refirió así al monto involucrado en otra operación por la que la SIDE se dispuso a encauzar sus asuntos inmobiliarios. El 26 de mayo, con el juicio de separación de bienes en marcha, once propiedades que figuraban a nombre de Osgra SRL fueron inscriptas a nombre de otra empresa fantasma: Tiumayu SA. La nueva firma tiene como domicilio legal el número 672 de la calle Reconquista, la misma dirección donde funciona el estudio jurídico Archimbal, Bissoni, Carcavallo, Vila & Asociados.
El 25 de julio, los socios de Osgra pasaron a la ofensiva. En una nueva carta documento dirigida a De Santibañes, dejaron en claro que los edificios de la SIDE estaban en sus manos, que no firmarían ningún traspaso y que todo estaba bajo embargo.
El miércoles pasado Salinardi fue intimado a dar su conformidad para la entrega legal de los bienes de una sociedad a otra. Debía firmarlo el jueves, pero no se presentó. Lo detuvieron el viernes a la noche, mientras tomaba un café en un bar de Avenida La Plata y Pedro Goyena. La investigación está en manos de la jueza María Romilda Servini de Cubría yel fiscal Carlos Stornelli: lo acusan de quedarse con bienes que no eran de su propiedad sino del Estado y de haber armado con ese fin �o el de llegar a un trato millonario� un verdadero montaje judicial.
La guerra entre ex y actuales espías y la aparición extraña de una esposa que también quiere quedarse con plata, provoca un cruce de acusaciones y defensas asombrosas. La abogada Arias sostiene que la metieron presa como una venganza porque defiende a otros 200 ex espías despedidos. El agente Salinardi argumenta que no quiso entregar los edificios porque iba a tener problemas con la DGI y las actuales autoridades de la SIDE sostienen que los ex agentes son una banda que les quieren sacar dinero. El múltiple choque muestra los oscuros manejos que hay en la Secretaría y los gastos fabulosos -.sin control� que realizan los agentes (ver aparte). Comparado con Salinardi, su ex esposa y su novia, James Bond es un muchacho pobre y austero.
ALSOGARAY PADRE MUESTRA LA DECLARACION DE BIENES
Los diputados pueden abrir el sobre
Alvaro Alsogaray autorizó la apertura de su declaración jurada de bienes, respondiendo a un pedido que el juez Juan José Galeano hizo como parte de la investigación por supuesto enriquecimiento contra su hija María Julia. Los fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia acusan a la ex secretaria de Recursos Naturales de un aumento patrimonial de 2.500.000 pesos durante la última década. Ella justificó parte de ese crecimiento con donaciones que le hizo su padre por 1.400.000 pesos.
Galeano le pidió la manifestación de bienes de Alsogaray a la Cámara baja para incorporarla a la causa contra María Julia. El sobre con los detalles patrimoniales será abierto mañana a las 11 en la Secretaría Administrativa de Diputados, con la presencia de Rafael Pascual. �En momentos en que la Cámara de Diputados está demorada en el tratamiento de importantes leyes, y que tiene dificultades para formar quórum debido a choques políticos y por la presión sindical, deseo allanar el camino para que se cumpla con el pedido del juez�, dijo el ex titular de la UceDé.
Uno de los argumentos que la ex funcionaria utilizó para justificar el origen de su riqueza aludió a las donaciones que le hizo su padre. Se refirió a una ofrenda de 800 mil pesos, cuya escrituración se hizo dos años después de concretada la operación. Y, además, señaló el traspaso de títulos por más de medio millón. En relación con este último punto, a los investigadores les llamó la atención que en 1996 María Julia se quedó con el 98 por ciento de las acciones de la empresa familiar Pincar (hasta ese momento tenía sólo el 10 por ciento), administradora de bienes inmuebles. Ese mismo año, además, retiró dividendos por cerca de medio millón de pesos, aunque hasta ese entonces la firma no daba ganancias por más de 10 mil.
Galeano indagó a la ex interventora de Entel y de Somisa el 8 de agosto, en los próximos días decidirá si la procesa. El delito de enriquecimiento ilícito se castiga con una pena de 2 a 6 años de prisión.
| Una familia trotamundos
Los investigadores se preguntan cómo se las ingenió el ex espía Daniel Salinardi para vivir en un lujoso chalet de dos plantas en Ramos Mejía, hacer permanentes viajes al exterior, mantener tres autos propios y darse más que un buen pasar con su sueldo de agente de inteligencia. Y se sorprendieron al comprobar que la compulsión por treparse a aviones rumbo a Miami, Roma, París o las playas de Brasil era compartida por su ex esposa Mónica Rodríguez y por su actual pareja Daniela Bessi, quien como Salinardi trabajó en la SIDE y como él fue despedida a principios de año.
De acuerdo a documentación a la que accedió este diario, Bessi hizo en los últimos cinco años más de treinta viajes al exterior. Visitó Miami y Nueva York, recorrió Alemania, pasó por Chile, desembarcó en España y agregó una que otra escapadita a Brasil. Su primera mujer hizo no menos frecuentes viajes a Estados Unidos, París y el Caribe. Pero si se trata de acumular millaje, aseguran los encargados de la pesquisa, Salinardi les ganó por lejos. Mientras tratan de discernir si detrás de tantas entradas y salidas hay nada más que un interés turístico, comenzaron a hacer un listado del parque automotor familiar. Los registros agregaron a las dos camionetas 4 x 4 y el Alfa Romeo del agente, un Audi modelo 99 de su pareja y una Chevrolet Blazer de Mónica Rodríguez. |
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