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Los aviones Concorde ya no pueden levantar vuelo

Las autoridades de aviación decidieron no dejar volar más a esos aviones por ahora. British Airways los suspendió ayer.

Un Concorde inspeccionado por personal de la línea British Airways, que hasta ayer los usaba.


t.gif (862 bytes) Los aviones Concorde no podrán volar más. Al menos, hasta que los riesgos asociados a la explosión de neumáticos detectados en las aeronaves supersónicas hayan sido resueltos por completo. La decisión fue tomada por las autoridades de aviación de Gran Bretaña y Francia, teniendo en cuenta los avances de la investigación del accidente ocurrido el 25 de julio cerca de París, y será comunicada hoy a British Airways que �a diferencia de Air France� había continuado volando después de la tragedia. La flota de siete aviones de la compañía inglesa, sin embargo, dejó de surcar los cielos ayer. Al conocer la información oficial, British Airways resolvió anticipar la retirada de sus vuelos. 
La suspensión temporaria fue explicada por el vocero de la Autoridad de Aviación Civil de Gran Bretaña (CCA, en su sigla en inglés), Chiris Mason: �Llegamos a la esa conclusión en las últimas 24 horas, basados en la más reciente información de investigadores franceses y el descubrimiento más probable es que la ruptura de una llanta fue la causa� del accidente, afirmó Mason. El funcionario explicó que �el certificado aéreo no será rehabilitado hasta que los fabricantes y operadores de la aeronave puedan resolver estas áreas que les hemos pedido examinar�, quien además evaluó que �podría tomar días, semanas, depende de la complejidad del asunto�. Representantes de los gobiernos francés y británico se reunirán mañana para discutir sobre la duración de la suspensión. La misma medida se aplicará sobre Air France, que por propia decisión dejó de volar después de la tragedia protagonizada por uno de sus aviones, en la que murieron 113 personas.
British Airways recién resolvió cancelar ayer los vuelos del Concorde, anticipándose al anuncio oficial de hoy. A diferencia de Air France, la compañía inglesa sólo suspendió sus vuelos el mismo día del accidente, con el argumento de que los vuelos del Concorde eran absolutamente seguros. Ayer, la empresa de aviación se justificó indicando que siempre había actuado de �total acuerdo� con las autoridades de aviación civil de su país. �No bien oímos eso decidimos retirar de servicio nuestra flota supersónica y suspendimos el vuelo BA001, que estaba a punto de despegar�, informó el titular de la compañía, Rod Eddington, en referencia a la decisión de la máxima autoridad del Reino Unido.
Al decidir continuar con la operación de su flota, después de la tragedia, el director de servicios de la British Mike Street había sostenido: �Creemos que no hay indicios, de seguridad u operacionales, que sugieran que el Concorde no operará seguro en el futuro�. En aquel momento la CCA avaló la decisión original del líder británico en el sector. Pero la confirmación, hoy, de la retirada del certificado de vuelos lleva a algunos analistas a predecir el ocaso definitivo de los viajes supersónicos, que arrancaron comercialmente en enero de 1976. Hasta el accidente de Genosse, a pocos kilómetros de París, la flota británica y francesa de Concorde mantenía un historial impecable. Desde entonces, British Airways ha sufrido cuatro incidentes técnicos que obligaron a la suspensión o aterrizaje forzoso de los aparatos. 
Mientras las investigaciones se centran en el origen del incendio, provocado quizá al estallar las ruedas de aterrizaje, se ha sabido que la flota de British Airways tuvo serios problemas con las mismas a finales de los años setenta. Informes del Servicio de Seguridad de la Oficina del Transporte Nacional de EE.UU. documentan cuatro instancias, una de ellas �potencialmente catastrófica�, causadas al estallar las ruedas del Concorde. La repetición del problema llevó a British Airways a instalar un mecanismo de alarma en la cabina del piloto que entra en acción al registrar irregularidades en las ruedas. Nuevas medidas de seguridad se aplicaron entonces en los depósitos de combustible para protegerlo de posibles incendios. Recientemente, la compañía británica descubrió grietas en las alas de algunos aparatos, lo que forzó a la suspensión de los servicios de un Concorde. En pocos días, la grieta del ala de este avión había crecido en longitud de 60 a 76 milímetros. British Airways y Air France detectaron esta anomalía la víspera de la tragedia de Genosse.

 

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