Un preso le mostró a un juez cómo salía de Caseros

Alejandro Núñez fue conducido a Caseros: allí mostró con detalle el recorrido que hacía en sus salidas a robar. Una cámara oculta puso en aprietos a un agente del SPF. La secretaria de Política Criminal, Patricia Bullrich, al salir de Caseros tras la recorrida.

 Durante tres horas, en una recorrida que abarcó prácticamente todos los 18 pisos del fantasmal edificio deshabitado de la cárcel nueva de Caseros, el detenido Alejandro Heber Núñez le mostró al juez Alberto Baños cada recoveco, cada agujero, cada pasillo por el que bajaba desde la planta alta �hasta el año 1998� para salir a robar, amparado por la complicidad de un grupo de jefes del Servicio Penitenciario Federal (SPF). Lo que más impresionó al magistrado fue la descripción que hizo Núñez acerca de las instalaciones ubicadas en la planta baja de la mole de cemento, sitio al que sólo puede acceder el personal del SPF y que Núñez conocía al dedillo. Al margen de la investigación sobre los presos que salían a robar, Baños acaba de recibir otra denuncia sobre corrupción que involucra al oficial de inteligencia del SPF Germán Santa Cruz (ver nota aparte), quien ante una cámara oculta que difundirá esta noche América TV sostuvo que en las cárceles argentinas �con dinero todo se puede, hasta matar�. 
Baños llegó ayer a las 14 y de inmediato ingresó en el penal por la entrada principal, sobre la calle Pichincha, justo en el cruce con Rondeau. Por disposición del juez, personal de la Guardia de Infantería de la Policía Federal cortó todos los accesos para mantener a distancia a la prensa. Núñez fue trasladado hasta el penal en un vehículo de la Gendarmería, bajo cuya custodia se encuentra desde que presentó su denuncia contra el SPF. Una parte de la recorrida que hizo el juez Baños fue compartida por la secretaria de Política Criminal y Asuntos Penitenciarios, Patricia Bullrich, acompañada a su vez por el actual titular del SPF, Pedro Develluk, reincorporado al servicio activo para ocupar el cargo luego de la purga dispuesta con motivo del escándalo. 
Núñez, según pudo saberse, hizo el recorrido con el rostro semioculto para evitar ser reconocido por los guardias que todavía están en la cárcel de Caseros, pero el recurso fue apenas una formalidad, ya que todo el mundo sabía de quién se trataba. Una fuente allegada a la causa dijo que la recorrida, propiamente dicha, fue entre las 14.30 y las 19.30. Durante ese tiempo, el detenido demostró ante el juez que conoce �a la perfección� cada rincón de la cárcel, sobre todos los recovecos al estilo castillo medieval que debía atravesar, junto con otros presos, cuando los oficiales del SPF le daban la orden de salir a robar. 
Lo que más llamó la atención fue el conocimiento cabal que tenía sobre la disposición de las oficinas de la planta baja del edificio, que según el reglamento interno deberían ser reducto exclusivo del personal del SPF ya que los presos nada tienen que hacer allí. El juez Baños, que recibió amenazas de muerte una vez que comenzó a avanzar en su investigación, realizó el reconocimiento junto con el preso Núñez antes de que una implosión, que se producirá antes de fin de año, eche por tierra con el tétrico edificio inaugurado en 1979 por la dictadura militar. 
La denuncia de Núñez comenzó a tomar cuerpo con la investigación del robo al restaurante Dolli, ocurrido el 18 de julio de 1998. En ese hecho fue asesinado el policía Rubén Juárez, muerte que es imputada al oficial retirado del SPF Cristian Alberto Franco, alias �El Sapo�, quien participaba activamente en los atracos planificados desde adentro de la cárcel. Otros de los sospechados de facilitar las salidas son los oficiales Hugo Luis Cabello, Pedro Norberto Encina y Antonio Darío Arriola.

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