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TRIUNFAL DESPEDIDA DE CLINTON, LENTO DESPEGUE DE SU DELFIN
Good-bye, Bill, ¿welcome Al Gore?

Clinton siguió cosechando aplausos ayer pero su sucesor, el vicepresidente Al Gore, está 9 puntos detrás de su rival.

Al Gore después de recibir simbólicamente el mando del presidente Bill Clinton.
Gore dará su discurso de aceptación mañana a la noche, pero difícilmente igualará al de su jefe.


The Guardian de Gran Bretaña
Por Martin Kettle
Desde Los Angeles

t.gif (862 bytes) Bill Clinton le entregó formalmente el estandarte del Partido Demócrata a Al Gore ayer, pero aún después de un traspaso cuidadosamente coreografiado el líder más exitoso del partido desde Franklin Roosevelt se aseguró que su recuerdo y su mensaje político se mantuvieran vigentes. Unas horas después de haber dado uno de los mejores discursos de su carrera a una Convención demócrata que lo aclamaba, Clinton voló desde Los Angeles al amanecer para �pasarle la antorcha� a su vicepresidente en una reunión política conjunta a cientos de kilómetros de distancia, en Michigan, un estado clave en la competencia entre Gore y George W. Bush, quien lo aventaja por nueve puntos según encuestas divulgadas ayer.
Gore dará su discurso de aceptación a la convención mañana a la noche. Le costará mejorar la muy segura despedida de Clinton de su presidencia de ocho años. Clinton usó su discurso para dar una enfática justificación de lo que el llamó �la nueva agenda demócrata que llevó a nuestro país a nuevas alturas de prosperidad y progreso�. Precedido por un video que incluía homenajes del primer ministro británico, Tony Blair, del primer ministro de Israel Ehud Barak y de Nelson Mandela, Clinton fue recibido con cientos de pancartas con las palabras �Gracias, presidente Clinton�.
Sin referirse ni una sola vez, ni siquiera tangencialmente, al escándalo Lewinsky o a la crisis del impeachment, Clinton le dio a su público un elocuente manual sobre las estrategias políticas centristas que han resucitado a los demócratas de Estados Unidos. 
Su discurso no fue en modo alguno un pedido de disculpas, no sólo en relación a los escándalos personales ni por las políticas de pura cepa de la tercera vía. Citando una vez más el mantra de �oportunidad, responsabilidad y comunidad�, el presidente le dijo a su audiencia que Estados Unidos estaba atravesando el período de expansión económica más largo de su historia. �Nuestro progreso es mucho más que económico �dijo-. Estados Unidos tiene más esperanza, más seguridad, y más libertad.� Añadió: �Estamos más cerca de la América de nuestros sueños, celebrando nuestra diversidad, afirmando nuestra común humanidad, oponiéndonos a toda forma de fanatismo, desde incendios de iglesias a discriminación racial o asesinatos por odio�. Estados Unidos se convirtió en �un país mejor, más decente, más humano, más unido�. �Ese es el propósito de la prosperidad.�
La defensa de Clinton de su propia presidencia fue el trampolín para atacar a los republicanos de Bush y para homenajear a Gore. �Para aquellos que dicen que el progreso de estos ocho años fue sólo un tipo de accidente, que nosotros sólo nos limitamos a navegar a su zaga, seamos claros. El éxito de Estados Unidos no fue una cuestión de suerte, fue una cuestión de elección. Hoy, Estados Unidos se enfrenta a otra elección, tan importante como la de hace ocho años. Porque lo que una nación hace con su buena suerte es solamente una inflexible prueba de su carácter, de sus valores y de su visión de cómo se maneja con la adversidad. Esta es una gran elección con grandes consecuencias para cada norteamericano, porque la diferencia, las honestas diferencias, entre nuestros candidatos y sus opiniones son muy profundas.�
Clinton dijo que había sido �un honor, un privilegio y un placer� servir como presidente. Terminó con una clásica pieza de sensiblería, citando algunos de sus propios lemas. Cuando terminó de hablar hubo una aclamación estruendosa por parte de un partido que aparentemente sigue tan enamorado como siempre de su errante e imperfecto paladín.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

 


 

LA OPOSICION LOGRA UN FINANCIAMIENTO RECORD
Un candidato que vale 100 millones 

George W. Bush es ahora el primer hombre de los 100 millones de dólares en la historia electoral norteamericana, un récord que nunca alcanzaron ni Bill Clinton ni Al Gore. Este mes, el candidato republicano informará oficialmente a la Comisión Electoral que para fines de julio había reunido 95 millones de dólares desde individuos y grupos políticos. Bush obtuvo otros cinco millones para gastos legales y transferencias financieras, lo que hace que el total ascienda a 100 millones de dólares, la primera vez que se registra esa suma en una campaña presidencial norteamericana. Hasta ahora, el récord lo ostentaba el multimillonario Ross Perot, quien en 1992 reunió 73 millones de dólares para su primera campaña por el Partido de la Reforma. Casi todo provenía de su propio bolsillo. 
Irónicamente, Bush debería agradecer a Clinton por gobernar durante la prosperidad que permitió que más de 350.000 donantes republicanos firmaran grandes cheques para su campaña. Su portavoz, Scott McClellan, afirmó ayer que �en acumular este apoyo sin precedentes, el gobernador Bush ha acudido a caras nuevas y voces nuevas que anteriormente no apoyaban a los republicanos o no participaban del proceso político�. Hasta ahora Bush se había negado a recibir fondos estatales, para eludir el límite que se hubiera impuesto en ese caso. El candidato demócrata Al Gore, por otra parte, aceptó ese dinero desde el primer momento para aumentar sus fondos. Ahora ambos candidatos aceptarán el cheque por 67,6 millones de dólares que pueden recibir como los nominados formales de sus partidos. 
Si bien siempre son derrotados en materia de fondos de campaña, los demócratas ya demostraron que no son faltos para el juego. Durante un evento realizado el domingo para los �Perros Azules�, quienes más donan al partido, los asistentes incluían a la Asociación Nacional del Rifle y la corporación Philip Morris. Cada invitado pagó una entrada de 50.000 dólares. 

 

 

Bush, Colombia y Vietnam 

�Estoy muy preocupado de que Colombia se transforme en otro Vietnam.� Ayer George W. Bush no dio rodeos sobre la principal hipótesis de conflicto norteamericana a nivel hemisférico. Es cierto que hasta ahora la administración demócrata de Bill Clinton no propuso más que ayuda y entrenamiento. Pero Bush, en una entrevista publicada ayer por el diario colombiano El Tiempo, enfatizó que �existe una línea muy fina entre el entrenamiento y el combate, y yo no quiero que nuestras tropas peleen en Colombia�. Por otra parte, Bush no dudó en asegurar que el país estaba en crisis: �el presidente Andrés Pastrana siente mucha presión desde los guerrilleros, que extienden su territorio y están tomando el país; si agregamos los narcotraficantes, se vuelve una locura. Hay mucha inestabilidad y nosotros queremos que nuestra amiga Colombia sea muy estable�. Sin embargo, la receta del republicano no parece diferenciarse demasiado de la de Clinton: �tenemos que tener mucho cuidado y no enviar demasiadas tropas... (pero) yo apoyo la ayuda y el entrenamiento�.

 

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