Lo negó enfáticamente durante toda la jornada del martes, incluso cuando ya pisaba la manga que lo subiría al avión en el que iba a viajar a Estados Unidos. Pero los esfuerzos de José Luis Machinea por rechazar que su visita a dicho país estuviera vinculada a una renegociación de las metas fiscales con el Fondo convencieron a muy pocos. Ayer, en medio de un absoluto hermetismo, el ministro de Economía se reunió en Washington por espacio de más de dos horas con el número dos del FMI, Stanley Fischer, con quien consideró las perspectivas de la situación económica hasta fin de año y la posibilidad de que sea necesario modificar el objetivo de limitar el déficit fiscal a 4700 millones de pesos. A partir de ahora, y probablemente hasta fin de septiembre, el seguimiento será permanente, y llegado el fin del tercer trimestre se darían a conocer nuevas metas un poco menos exigentes. �No voy a negociar metas ni a negociar nada con el FMI�, había asegurado Machinea el martes a la noche en Ezeiza. �Ni siquiera voy a estar en Washington. Que quede claro: no voy a hacer ningún tipo de gestión oficial�, enfatizó casi hasta el hartazgo, contra toda evidencia en contrario. Pero ayer las agencias de noticias dieron cuenta de su encuentro, en un marco de estricto hermetismo, de varias horas con Fischer, según lo confirmaron fuentes del propio organismo multilateral. Las dificultades para llegar a la meta de 4700 millones de pesos de déficit en el año, cuando ya se ha acumulado un desequilibrio de 3375 millones hasta julio, obligaron a la conducción económica a abrir una vía de diálogo al máximo nivel con la entidad monitora. En forma también reservada, dos técnicos del FMI trabajarán desde hoy en Buenos Aires para evaluar las razones del desfasaje producido en las cuentas públicas, y las posibilidades que le quedan al equipo económico para remontar la cuesta en lo que queda del año. En Buenos Aires e incluso en la segunda línea del FMI, descuentan un guiño favorable de las autoridades de dicha entidad. Pero las autoridades fondomonetaristas no ocultan su preocupación ante la alternativa del incumplimiento por parte de uno de sus discípulos más disciplinados del mundo. Prácticamente no se registran casos en la historia de los acuerdos de Argentina con el Fondo en los que no haya sido necesario revisar las metas. La particularidad en esta oportunidad, y es lo que preocupa a las autoridades del organismo en Washington, es que el desfasaje no se haya producido por exceso de gastos sino por falencias en los ingresos. Machinea pudo mostrar a favor, ayer ante Fischer, que el gobierno argentino �sobrecumplió� el compromiso de recortar los gastos, con ajustes adicionales a los inicialmente previstos. El sacrificio de partidas presupuestarias �lo sabe el ministro y no lo ignoran en el FMI� ha llegado a un límite que pone en riesgo la política oficial y el nivel de adhesión con el que llegó al poder la coalición gobernante. En los círculos oficiales ya empieza a admitirse que la gobernabilidad no sólo depende de una administración prolija y equilibrada a los ojos del capitalismo financiero, sino también de mantener el consenso aun en medio de la crisis social y económica. En tal sentido, la demora en la recuperación económica pasará a ser el eje de las discusiones con la primera línea del FMI, ya que allí reside la causa del deterioro de los ingresos fiscales. Si la perspectiva es un incremento del déficit fiscal en 1000 millones de pesos o menos, será una cuestión a dirimir al filo del inicio del cuarto trimestre. Pero en las seis semanas próximas el análisis de la conducción económica y los auditores del Fondo pasará por la revisión de las causas por las cuales se clavó el crecimiento. Machinea juega su suerte en esa instancia. Su gestión no es sólo monitoreada desde el exterior: el ala política del Gobierno ya empezó a arrojarle miradas fulminantes esperando los resultados que prometió cuando reclamó tantos sacrificios.
LOS PRESTAMISTAS NO SUBEN LA TASA José Luis Machinea pudo atravesar su primer día en los Estados Unidos sin sobresaltos, al menos en lo que se refiere a las novedades que sus colaboradores le transmitieron desde la Argentina. Ayer, Economía colocó un bono-pagaré por 100 millones de dólares a dos años de plazo al 9,85 por ciento anual, por debajo al 9,94 por ciento que debió afrontar un mes atrás.
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