opinion
Por Guillermo Valera *

Si ya es irónico que un criminal como Olivera pretenda denunciar crímenes ante un Tribunal de Derechos Humanos, absurda es la maquinación que denuncian sus defensores. Aseguran que la detención se ha producido �como reacción del todopoderoso imperio inglés contra el valiente abogado que se atrevió a denunciar a Margaret Thatcher ante el Tribunal de Estrasburgo por el crimen de guerra cometido por ésta, al hundir el crucero �General Belgrano� durante la guerra de las Malvinas�. Denuncian que �al pobre Olivera le persiguen por atreverse a presentar una demanda contra el Reino Unido�, demanda que ni siquiera fue admitida a trámite.
No insistan con una pretensión tan extravagante, las pruebas en contra de tal argumento son irrefutables: el abogado que ha iniciado los trámites para solicitarla extradición de Olivera a España, el que firma este artículo, es el mismo abogado que ha presentadouna demanda contra el Reino Unido por permitir la fuga de Pinochet. Demanda que sí ha sido aceptada a trámite por el TEDH y que lleva el número 54.431/00. Por estos hechos habrá juicio en Estrasburgo, el Tribunal dictará sentencia y pocas dudas caben de que el Reino Unido será condenado. ¿Cómo es posible que a Olivera lo persiga la Justicia de tres países de la Unión Europea por presentar una denuncia absurda y a este abogado, que ha presentado una demanda ante el mismo Tribunal y contra el mismo imperio, ni lo persiguen ni lo estigmatizan? La respuesta es simple: no tienen ningún argumento y apelan al absurdo. La maquinación que denuncian no existe. La realidad es muy diferente: a Olivera lo han detenido en Italia por orden de un juez francés por haber secuestrado, torturado, violado y hecho desaparecer a una ciudadana de aquel país. En España también pedimos la extradición de Olivera, pero por delitos contra la Humanidad: genocidio, terrorismo y torturas; nuestra intención no es interferir en el procedimiento francés, que esperamos que triunfe, lo que pretendemos es eliminar sus posibilidades de fuga. Si la extradición a Francia no fuese concedida, a Olivera le esperará la extradición a España.
Olivera no es una víctima, es un criminal, de la estirpe de los cobardes, de la misma calaña que Astiz, el héroe de las islas Shetland, aquél que no tuvo valor para disparar un solo tiro en defensa del territorio argentino. Tanto uno como el otro reservaron su honor, su vida y su munición para robar bebés, asesinar monjas y violar jovencitas veinteañeras. Cardozo, Malatto..., hasta 350 de estos criminales continúan en activo ¿Merece tanta basura en su interior el Ejército que liberó a medio continente? ¿No es hora de limpiar la casa?
Olivera no es una víctima, es un necio. La demanda que presentó ante Estrasburgo es la prueba concluyente. No cabe duda de que Thatcher podría haber sido denunciada como criminal de guerra por su orden de disparar contra el �Gral. Belgrano� en retirada. Cualquiera de los abogados que nos dedicamos a derechos humanos la hubiera demandado si las víctimas o sus familiares nos lo hubieran pedido, pero nunca lo hubiéramos hecho ante el TDH de Estrasburgo. La razón es demasiado obvia: en primer lugar, ante el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo sólo se puede denunciar a los Estados parte del Convenio Europeo, nunca a las personas físicas. Es decir, la demanda en Estrasburgo no podía dirigirse contra Thatcher, sino contra el Reino Unido. En segundo lugar, y es lo más importante, el Tribunal sólo tiene competencias para conocer los hechos acaecidos en el territorio de la Unión Europea, y por esta razón, para poder aceptar a trámite la demanda, el TDHE hubiera tenido que declarar que las islas Malvinas pertenecen al territorio del Reino Unido. El éxito de Olivera con su demanda hubiera sido conseguir que un tribunal internacional declarase que las islas pertenecen a Inglaterra, sentando así un precedente de acero en contra de los reclamos argentinos. ¿Alguien puede imaginar un triunfo mayor para los ingleses? Si hasta la reina lo hubiera nombrado caballero: �Sir Olivera de las Falkland�. Demos gracias a la imperfección quecontiene el ADN de Olivera, a ella le debemos que su necia demanda no haya tenido éxito, porque, de haberlo tenido, habría que agregar un nuevo título a su sangriento currículum, el de Traidor a la Patria.

* Abogado querellante en el Juicio de Madrid que instruye Baltasar Garzón.