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LOS DEMOCRATAS LO PROCLAMARON CANDIDATO, PERO SU CAMPAÑA NO REPUNTA 
Gore quiere demostrar que está vivo

Al Gore tiene desde hoy 80 días para remontar la desventaja de hasta nueve puntos que las encuestas le entregan a su desafiante republicano George W. Bush. La convención finalizada ayer en Los Angeles puede darle un repunte, pero subsisten los problemas de una candidatura fría y distante.

Al Gore, en su arribo no exactamente triunfal a Los Angeles, donde fue nominado ayer.


The Guardian de Gran Bretaña
Por Martin Kettle
Desde Los Angeles

t.gif (862 bytes) Al Gore usó ayer todos los trucos posibles en un esfuerzo por convencer a los votantes norteamericanos de que hagan una cosa de la que tercamente se niegan: aprender a amarlo, como lo siguen amando a Bill Clinton. Se esperaba que el discurso de aceptación de Gore en la convención del Partido Demócrata en Los Angeles constituyera el momento culminante de días de esfuerzos denodados por mostrar al vicepresidente como el tipo de personalidad capaz de inspirar al conflictuado espíritu del partido, algo en que la campaña de Gore ha fracasado hasta ahora. 
Amigos y parientes de cada etapa de la vida de Gore subieron al podio para confirmar que el vicepresidente es un tranquilo hombre de familia, cálido, honesto, valiente y un líder nacional, preparando la escena para un discurso que fue ampliamente considerado como el momento decisivo en los esfuerzos de Gore para evitar que George W. Bush llegue a la Casa Blanca. Los homenajes de su esposa Tipper, y de sus hijas, Karenna y Kristin, se mezclaron con los testimonios de figuras tales como el actor Tommy Lee Jones y el escritor David Halberstam, todos tratando de humanizar la fama de rigidez de Gore y revitalizar un partido inequívocamente desinflado por sus chances en noviembre. 
Gore y sus asesores de imagen insistieron en que él mismo estaba escribiendo la mayor parte del discurso, en un intento de comunicarse directamente con el partido y la nación. �Este es un discurso que yo he escrito, y mereceré el crédito o la crítica�, dijo Gore poco después de llegar a Los Angeles, el miércoles. La sesión de la convención de miércoles a la noche dio una muestra de lo que pasaría cuando el candidato vicepresidencial del partido, Joe Lieberman, fue sacado rápidamente del escenario, después de dar un muy efectivo discurso de aceptación, para dar lugar a la estrella Jones, de Men in Black. Jones le dijo a la audiencia de televisión de horario central que el joven Gore �jugaba al billar y miraba �Star Trek��. Recordó la destreza del joven Gore con rifle de aire comprimido y bromeó sobre sus limitadas habilidades culinarias. A la estrella, la siguió Karenna Schiff, la hija mayor de Gore, que habló del �más grande papá del mundo� que siempre les llevaba tazas de chocolate caliente a la noche a sus hijos cuando acampaban en la granja familiar. Cuando Karenna Schiff terminó su discurso, Gore hizo una cuidadosa y calculada aparición en la plataforma para abrazar a su hija, saludar a la multitud y entrar en los titulares de las noticias vespertinas. Por tradición, un candidato presidencial hace una sola aparición en la convención: para hacer su discurso de aceptación al cierre de los eventos.
En resumen, el principal problema de los demócratas para traducir el brillante record económico y social de Estados Unidos durante los años Clinton-Gore en un éxito en las urnas no es tanto el muy discutido factor Clinton sino el menos reconocido factor Gore. La historia de la vida de Gore se ha convertido en un intento de transformación de una campaña que todavía está a la deriva en las encuestas, a pesar de las mejoras. �El principal objetivo de comunicación, por cierto en las próximas semanas, es que la gente conozca a Al Gore mejor como persona�, dijo Tad Devine, su asesor principal.

Traducción: Celita Doyhambéhère

 


 

JOSEPH LIEBERMAN, CANDIDATO A VICE, ES LA ESPERANZA
El Nº 1 no sirve, traigan al Nº 2

Por M.K.

Joseph Lieberman se enfrentó a quienes dudaban de él y lanzó un poderoso llamado a los votantes independientes en su discurso ante la convención demócrata en Los Angeles bien entrada la noche del miércoles. El compañero de fórmula de Al Gore fue particularmente enfático al señalar que el actual vicepresidente es la única persona capaz de destrabar el camino al triunfo del Partido Demócrata en las elecciones presidenciales de noviembre. Hasta hace dos semanas, Lieberman era un personaje oscuro, un senador conservador que se hizo conocido durante la crisis del impeachment como el más prominente crítico de Bill Clinton. La prensa de Washington consideraba a Lieberman como una figura honesta y hasta incluso interesante, pero enteramente marginal dentro del partido.
Miles de delegados a la convención saludaron en el Staples Centre a este pequeño hombre del estado de Connecticut como �my Joey�. La mujer de Lieberman, Hadassah, lo presentó como un conquistador. Lieberman entró con la música de Carrozas de fuego, saludó a la audiencia con un imprevisto puño alzado y comenzó su discurso con un chiste de su suegra judía. En contraste con sus declaraciones de campaña durante la semana pasada, Lieberman se extendió bastante en temas religiosos o la importancia de su candidatura para los judíos y los inmigrantes en general. Su discurso estuvo centrado en cuatro puntos: presentarse a sí mismo ante una amplia audiencia nacional; ayudar a darle lustre a la pálida figura de Al Gore; ganar el apoyo entusiasta del electorado negro, una base social imprescindible para los demócratas; y, sobre todo, arengar a los votantes independientes e indecisos que necesitan razones fuertes para depositar su voto a la fórmula Gore-Lieberman. �Quiero hablarles a aquellos que están en su casa que aún no se decidieron�, dijo Lieberman. �Si quieren continuar construyendo esta prosperidad, les digo respetuosamente que Gore y yo somos los indicados para hacer ese trabajo�.
En varios pasajes de su discurso, Lieberman elogió a líderes republicanos como Ronald Reagan y John McCain. �Nuestros oponentes son hombres decentes�, dijo. �Estoy complacido de poder llamar �mis amigos� a varios integrantes del Partido Republicano�. Es claro que, en esta elección, una de las principales responsabilidades de Lieberman será la de atraer votos centristas e independientes.

 


 

MANIFESTACIONES, ARRESTOS Y REPRESION EN LOS ANGELES
Cantando bajo la lluvia (de balines)

Por Duncan Campbell
Desde Los Angeles

Los Kennedys han estado en todas partes a lo largo de la convención demócrata, de modo que no debe sorprender que una de las aclamaciones más grandes en un día de protestas callejeras en Los Angeles haya sido para Jello Biafra, el cantante y letrista que ascendió a la fama con su banda de punk duro de los 80, Dead Kennedys.
Hablando a la multitud en Pershing Square y rodeado por cientos de policías, Biafra dijo a los manifestantes que �el poder de las empresas es el nuevo Vietnam�. El mitin se produjo al terminar un día de arrestos y marchas y el disparo de balas de goma contra una multitud frente al centro donde se está desarrollando la convención. Por segunda vez en la semana la policía declaró ilegales asambleas que se habían convocado contra la brutalidad policial y la pena de muerte. Hasta ahora 192 personas han sido arrestadas.
�¿Quieren ser parte de la historia o quieren mirarla por televisión? �preguntó Biafra, que está en una disputa con ex miembros de su grupo porque rehusó permitirle a Levis el uso de un tema de los Dead Kennedys para un aviso�. ¡Por sobre todo, no se rindan, no se vuelvan yuppies como la última generación!�. El cantante llamó a la gente a votar por el candidato del Partido Verde, Ralph Nader.
El día empezó con 30 arrestos frente al cuartel de policía de Rampart, que está en el centro de un escándalo de corrupción con oficiales que traficaban o �plantaban� drogas en inocentes, disparaban contra integrantes desarmados de bandas callejeras y fabricaban falsas pruebas. Una marcha más grande de unos 4000 manifestantes se congregó más tarde frente al cuartel general del Departamento de Policía de Los Angeles para protestar contra las matanzas policiales. Un gran carro con los nombres de las 2000 personas que habían sido muertas por la policía en todo el país se encontraba en el centro de la manifestación, que casi entró en paroxismo después de que un anarquista enmascarado le prendiera fuego a una bandera norteamericana.

 

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