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![]() Operado por dos pilotos y un especialista en salvamento, el LR5 intentará acoplarse a la torre del submarino ruso y tender una especie de esterilla hasta la escotilla de emergencia trasera �la delantera quedó bloqueada a consecuencia de la explosión�. El Ministerio británico de Defensa despejó ayer dudas sobre la posible incompatibilidad con las escotillas del Kursk que son similares, dijo un portavoz, a un modelo de submarino polaco con el que el minisumergible ha operado en el pasado. El portavoz gubernamental señaló igualmente que el temporal o mar de fondo no afectarán la capacidad de maniobra del LR5. Previo a la entrada en operación del sumergible, el equipo británico lanzará un vehículo submarino de reconocimiento, que viaja hacia el área del accidente a bordo del buque noruego Normand Pioneer. Este aparato se utiliza en perforaciones submarinas petrolíferas y, manejado a control remoto, puede limpiar de escombros la zona en torno a las escotillas. El Kursk está varado a un ángulo inferior a los 20 grados en una posición que, de acuerdo con la Marina británica, realza las posibilidades de éxito de la misión de salvamento del minisumergible. Su tripulación confía en poder abrir la escotilla sin ayuda desde el interior del submarino nuclear y evacuar a 16 personas en cada inmersión. Paul Beaver, portavoz de Janes Information Group, organización especializada en temas militares, estima que menos del 40 por ciento de las tripulación de 118 marineros rusos habrá sobrevivido la explosión inicial a bordo del submarino. �Hay posibilidades de que todavía estén vivos�, dijo ayer con optimismo, pese a la opinión contraria de Putin. Un equipo de tres médicos y técnicos rusos se sumarán a la primera sumersión del LR5 provistos con botellas de oxígeno y aparatos para descontaminar la atmósfera, que probablemente estará cargada de dióxido de carbono. Mientras, el comandante británico David Russell ayudará en la coordinación de la misión de rescate a bordo del crucero ruso, Pedro el Magnífico. El primer ministro Tony Blair, por su parte, mantuvo ayer una conversación telefónica de quince minutos con el presidente Vladimir Putin al que transmitió su �gran inquietud� por las vidas de los 118 marinos rusos. �Esto es una misión humanitaria�, señaló un portavoz gubernamental británico tras restar importancia al costo de la operación de rescate para el contribuyente británico. Putin, quien estaba hasta ayer en sus vacaciones en el Mar Negro, criticado por esa actitud, regresó finalmente anoche a Moscú �debido a la situación del Kursk�. Ayer rechazó las críticas a los militares que han dirigido la operación de rescate. �Las operaciones de salvamento se iniciaron inmediatamente, aunque la prensa fue informada un poco más tarde�, dijo.
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