Por Victoria Ginzberg
 �¿Qué tengo que hacer?�, dice acelerada la voz al otro lado del teléfono. �Yo dudo, yo creo (o sé) que soy adoptado�, continúa. El equipo de Abuelas de Plaza de Mayo trata de contener al joven que llama, a veces a escondidas, y sabe que esa conversación puede cambiar su vida. Diálogos como éste se multiplicaron la semana pasada a raíz de un aviso institucional de las Abuelas que se transmitió por radio y televisión. La campaña mediática dio resultado: el organismo de derechos humanos recibió cerca de cincuenta llamados diarios.
El joven se levanta de la cama y se mira al espejo del baño. La voz en off dice: �Mariano no sabe que existe Pedro. Pedro existe, su abuela lo está buscando. Si dudás de tu identidad o creés que sos hijo de desaparecidos, comunicate con Abuelas de Plaza de Mayo�. El spot se llama �Del Otro lado del Espejo� y fue transmitido por varios canales de televisión. En radio el aviso es algo más breve. En ambos casos se menciona el teléfono de la sede de Abuelas.
El corto fue realizado solidariamente por el Grupo Cinético con la base de un idea del equipo de difusión de la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo, coordinado por Abel Madariaga. El espacio en los medios fue concedido por la Secretaría de Cultura y Comunicación a cargo de Darío Lopérfido. �Desde que volvió la democracia pedimos apoyo institucional para realizar avisos que ayuden a encontrar a nuestros nietos. En el �84 incluso llegamos a filmar, pero hasta ahora no se había concretado. Lopérfido lo concretó y vamos a pedirle la prolongación de la transmisión en tele y radio porque ha sido un éxito total�, manifestó a Página/12 Estela Carlotto, presidenta de Abuelas.
La respuesta al aviso fue inmediata. Desde principio de mes, en la institución hay una guardia desde las diez de la mañana a las ocho de la noche para atender los teléfonos que no paran de sonar. Cuando no hay nadie, el contestador se satura de mensajes. Los chicas y chicos que pueden ser hijos de desaparecidos que se comunicaron en una semana con la agrupación de derechos humanos fueron más de cincuenta. A ellos se sumaron más de setenta �adultos�, es decir gente que supera la edad que tienen quienes pudieron ser apropiados durante la última dictadura militar. En esos casos el equipo de Abuelas tratan de derivar la búsqueda a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad o a algún abogado que pueda ofrecer asesoramiento.
El perfil de los chicos que se decidieron a hacer la llamada crucial indica que a la gran mayoría nadie le dijo que eran adoptados: se enteraron por casualidad, increparon a sus �padres� o todavía no tienen la certeza aunque lo intuyen con fuerza. Muchos mencionaron que su familia de crianza tiene vínculos laborales o amistosos con militares.
Además de chicos que buscan su identidad o de novias o amigos que hablan por ellos, más de cien personas se comunicaron a Abuelas para aportar datos sobre posibles apropiadores. Los denunciantes, en su mayoría mujeres, se reconocen como portadores de antiguos secretos. �En el barrio se comenta... todo el mundo sabe... a ese chico lo entregaron los militares�, dijeron vecinas, familiares, conocidos o ex amigas.
Otra categoría de llamados fueron los de jóvenes que ya saben que son hijos de desaparecidos, pero buscan ahondar en su historia. Estas comunicaciones se derivan a la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas (Conadep). Entre tanta respuesta positiva no faltaron las amenazas y provocaciones ni las demandas insólitas, como la de una mujer que pidió ayuda para la Fundación Favaloro.
Los chicos que dudan sólo dan el nombre de pila y esperan que sus padres adoptivos no se enteren del llamado, que hacen a escondidas o desde un celular o teléfono de un amigo. Algunos ya viven solos y hablan con más tranquilidad.
El equipo de Abuelas, formado en su mayoría por gente joven �hermanos que buscan hermanos� trata de establecer un vínculo con la persona al otro lado de la línea. Algunos pocos ya se animaron a dar un paso más y se acercaron después a la sede de la institución para hablar con los entendidos personalmente. Las Abuelas saben que con cada llamado se inicia un proceso que puede ser largo, pero esperan que todos concluyan en la muestra de sangre que puede develar si se encontró un nieto buscado.
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