Por Raúl Kollmann
Hay una reducción pequeña en la cantidad de delitos y también en el temor de los porteños. Sin embargo, ese leve cambio de clima tiene mucho que ver con el fin del menemismo y la asunción del gobierno de la Alianza, percibido como �más amigo�, sobre todo en la Capital Federal. Sin embargo, aunque hay una baja en esa tasa de victimización, lo cierto es que los delitos son más graves y más violentos. Hay una mayor utilización de armas de fuego y cuchillos. Más de la mitad de la gente sigue sin denunciar el delito del que es víctima, básicamente porque los ciudadanos continúan pensando que �no sirve para nada�. Por primera vez, además, se evaluó la cantidad de mujeres que sufrieron agresiones o acosos sexuales por parte de hombres: una de cada diez reconoció que fue víctima de ese delito, lo que significa que debe haber bastantes más que �sin reconocerlo� también lo sufrieron.
Las conclusiones surgen del segundo estudio sobre victimización en la Capital Federal, realizado por la consultora Ibope OPSM, que conduce Enrique Zuleta Puceiro. El trabajo se hizo utilizando metodologías que está impulsando el Banco Mundial en las mayores ciudades de América latina. En total se encuestaron 800 personas, mediante entrevistas telefónicas, con respeto a las proporciones por edad, sexo y nivel económico-social.
�En la Capital Federal la cuestión de la inseguridad está en el segundo lugar de las preocupaciones de la gente, enseguida después de la desocupación�, señala Zuleta Puceiro. �Y esto se ve muy nítidamente con la cantidad de encuestados que dicen que hay un alto grado de posibilidad de que sean víctimas de un delito en los próximos seis meses. Esto significa que hay una leve baja en la victimización real, porque así lo denotan las respuestas respecto de los delitos que los encuestados sufrieron; pero el clima de inseguridad subsiste.�
Isidro Adúriz, el especialista de Ibope que trabajó en la encuesta, señala que �la cantidad de gente que fue víctima de un delito se quintuplicó en los últimos siete años. En 1993 había 156 personas de cada 10.000 que decían que sufrieron un delito; en julio de 2000 hay 700 de cada 10.000. Como señala Zuleta, �estos datos permiten una visión más de conjunto, más histórica que la comparación hecha entre lo que ocurría en diciembre y lo que ocurre ahora.�
De los resultados de la encuesta también se verifica que aunque se redujo la cantidad de personas víctimas de delitos, lo cierto es que las agresiones son más duras. Donde había golpes, ahora hay más golpes e incluso heridas de cuchillo. También se registran homicidios en el trabajo de Ibope que, aunque están dentro del error estadístico, van como en sintonía con el aumento en la gravedad de las agresiones.
Por último debe señalarse que en este trabajo se preguntó por primera vez sobre el acoso sexual y la agresión de hombres a mujeres. �Que el diez por ciento de las encuestadas haya reconocido que fueron víctimas de un delito como ése no es un porcentaje menor �enfatiza Adúriz�. Seguro que hay otras encuestadas que sufrieron lo mismo pero no quieren decirlo, básicamente porque en muchos casos se trata de casos de violencia familiar. El estudio indica que el Gobierno debe trabajar más la violencia en los hogares, la escuela y seguramente los medios de comunicación.�
La Encuesta Permanente de Victimización, que Ibope realiza ahora habitualmente, es un estudio financiado por entidades empresarias y no gubernamentales. Tiene la ventaja de que no se basa en las estadísticas oficiales de denuncias, sino que busca la opinión de quienes sufrieron los delitos y vivieron la violencia de cerca.
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