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ENTREVISTA A SUSANA BACA, LA CANTANTE PERUANA �DESCUBIERTA� POR DAVID BYRNE
�En Perú, los negros siempre fuimos un estigma�

Toda la vida investigó en los ritmos afroperuanos, recopilando un repertorio en vías de extinción. Desde que el ex líder de los Talking Heads la escuchó cantar, su vida como artista cambió radicalmente. Hoy es una �diva de la world music�.

Paradoja: �Tuvo que venir, como por milagro, un hombre sensible como David Byrne, de muy lejos, para descubrir algo que nosotros tenemos en la casa de al lado�.

Susana Baca actuará el próximo 3 de setiembre en La Trastienda.


Por Fernando D�Addario

t.gif (862 bytes) En el Perú, la vida que fue apagándose inexorablemente en el dolor de la esclavitud se cobra revancha hoy, varios siglos después, a través de una abstracción estética. La música de Susana Baca, amparada en su legítima herencia afroperuana, trocó ese dolor en melancolía, y aquella aparente rusticidad se ve adornada por un refinamiento sonoro apto para los paladares exquisitos del Primer Mundo. Su �descubrimiento� por parte de David Byrne llevó su talento, hasta entonces desconocido, a la consideración de públicos diversos y heterogéneos. No es extraño entonces que, paradojas de la globalización mediante, un puñado de argentinos haya accedido al disfrute de esta artista peruana a la vuelta de su legitimación en Finlandia, Eslovenia y Estados Unidos. El próximo 3 de setiembre, en La Trastienda, Susana mostrará por qué el diario Los Angeles Times la llama �una diva de la world music�, slogan menos meritorio que sus canciones, extraídas del compilado The soul of black Perú (1995) y de sus discos solistas Susana Baca (1997) y el flamante Eco de sombras, todos ellos del sello Luaka Bop (propiedad de Byrne). También mostrará parte del material de tradición anónima que recogió durante años en sus investigaciones folklóricas (en Lima fundó un instituto llamado �Negrocontinuo�) y que fue publicado en casetes de escasa difusión. 
En el momento de la entrevista telefónica con Página/12, Susana está en su casa limeña (en Chorrillos, un viejo barrio de pescadores), envidiable por su vista al océano Pacífico, y sede fortuita de la grabación de su último CD. Un disco producido por Craig Street (Cassandra Wilson y k.d.lang, entre otros) y enriquecido (más allá de su excelente cuarteto de músicos peruanos, integrado por Juan Medrano Cotito en cajón, Hugo Bravo en percusión, Rafael Muñoz en guitarra y David Pinto en contrabajo) con las participaciones de John Medeski, Marc Ribot (Tom Waits) y Greg Cohen (Waits y John Zorn), más algún charango colado por el siempre inquieto Byrne. �Traer el estudio de grabación a mi casa resultó interesante �sostiene Baca�. Fue como si nos hubiésemos ido de viaje. Cancelamos el teléfono, el timbre de casa, y hasta el perro dejó de ladrar. Estuvimos como en un monasterio. Yo preparaba la comida, frijoles, ceviche, que Craig disfrutaba muchísimo. Así se pudo hacer un disco bonito.� 
La riqueza musical de Eco de sombras, tan deudor de sensibilidades atávicas como de influencias contemporáneas, le permite recibir con naturalidad el aporte de músicos del espectro jazz&blues, sin perder eso que llama ella �siempre refiriéndose a otros artistas, nunca a sí misma� �canto esencial�: �Yo nunca había escuchado a Tom Waits. Durante la grabación de este disco lo escuché y me fascinó esa cosa melancólica que tiene, pero fundamentalmente esa voz esencial, que brota del interior, como empujada por algo. Desde joven yo escuchaba mucha música, era como una aspiradora, que se iba emocionando a medida que me iban llegando canciones de Billie Holiday, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés o Mercedes Sosa�.
�¿Cómo vive este cambio en su carrera, de haber sido siempre una cantante e investigadora de la tradición negra pero limitada a entidades de divulgación fol-
klórica, a convertirse en una figura de culto, elogiada por la crítica de todo el mundo?
�Siempre tuve a mi música como encerrada en una casa, aunque las puertas estaban abiertas a todo el mundo. Ahora siento como si se tratara de un edificio, con ventanas, puertas y recovecos por donde la música se comunica mágicamente. Sentí eso cada vez que di un concierto en Europa, o cuando conocí por ejemplo a un periodista noruego que me decía que en las radios de su país y en las de Finlandia pasaban nuestra música.
�¿No es paradójico que haya tenido que editarla David Byrne para que descubrieran esas canciones en su propio país? 
�Es verdad: tuvo que venir, como por milagro, un hombre sensible, de muy lejos, para descubrir algo que nosotros tenemos en la casa de al lado. Además de estar agradecida, estoy resignada con respecto a este tema. Cuántos músicos, cuántos poetas, pasan toda su vida sin que haya alguien que los haya entrevistado, ni los haya llamado para grabar. Con humildad, mi trabajo es como darles vida nuevamente a esas voces que se apagaron anónimas y que representaron a su vez las voces de tantos, durante siglos.
�Seguramente los músicos de �Buena Vista Social Club� deben plantearse algo similar...
�Sí, cómo no. Yo me siento un poco como ellos, aunque soy mucho más joven (risas). Qué hermoso debe ser tener a un Ibrahim Ferrer que te cante �Dos Gardenias� en la puerta de tu casa... Y cuántos lo habrán escuchado naturalmente, como se escucha la música verdadera, sin tener conciencia de que en algún momento, ese señor mayor se convertiría en �Ibrahim Ferrer�, un personaje público y famoso. Me he enterado de que hace unos pocos días los músicos de Buena Vista brindaron un concierto masivo en La Habana y es realmente emocionante ver que después de todos los reconocimientos internacionales, es tu propio pueblo el que aprueba tu música. En ese sentido, nosotros, los peruanos, no tuvimos tanta suerte como los cubanos, porque teníamos nuestros propios viejitos de Buena Vista... pero se nos han muerto. 
�¿Espera para usted ese reconocimiento en su país?
�Yo espero con mucha ansia ese concierto de regreso...
�¿Cómo es su relación con la gente?
�Me reconocen por la calle, porque se han enterado de que grabo con músicos conocidos internacionalmente. Hay quienes me hablan con lágrimas en los ojos. Es decir, la gran mayoría de la gente me conoce a mí, pero no conoce mi música, porque lo afroperuano es ignorado por los medios masivos.
�Se da entonces la paradoja de que su música, que tiene un origen humilde, es consumida fundamentalmente por la clase media instruida.
�Tiene que ver con el acceso a la información, por los prejuicios que siempre hubo inclusive entre la población negra, un problema de negación de sus orígenes. La gente todavía no asumió que la negritud es parte de su cultura. El mestizaje es parte de su cultura, pero en el Perú los negros siempre fuimos un estigma. Había una historia que se prefería dejar debajo de la mesa, una historia no contada. Hay que escribirla y aceptar que el mestizaje incluye lo español y lo aborigen, y para ello también hace falta una búsqueda interna.
�¿Cómo se dio en usted esa búsqueda?
�Traté por todos los medios de averiguar de dónde venían mis abuelos, mis tatarabuelos. Y no pude. La trata de esclavos fue tan feroz, que es muy difícil el rastreo. A algunos los capturaban antes y los mandaban para Sevilla. He querido hacer el camino de regreso. Estuve en España, pero aunque no hallé la ruta de mis ancestros, encontré el flamenco que, aunque algunos puristas lo nieguen, tiene un importante componente negro. Yo lo sé, lo siento, porque escucho esa música y me llama la piel...
�Está clara la influencia negra, y también la española, a través de la poesía y del uso de la guitarra. ¿Dónde está la conexión con lo quechua?
�La mezcla es natural. En los cantos de Navidad, las serranas incorporan a las armonías andinas el zapateo, que viene de la percusión afroperuana.
�Pero en Lima la mayoría de la gente escucha tecnocumbia, o chicha...
�Ahora estamos arrasados por la fiebre de la tecnocumbia, que es un fenómeno social. En muchos aspectos es un fenómeno positivo, porque une a los peruanos de todas las regiones geográficas y de todas las clases sociales, desde los barrios populares hasta las reuniones de la alta sociedad. El Perú es un país muy fragmentado, pero en la selva, en la sierra y en la costa, se escucha tecnocumbia. 
�¿Y musicalmente?
�Como música es pobre y sus letras son aún más pobres.
�¿Cómo definiría su propio canto?
�... Creo que no me disfrutarían mucho en un estadio. Prefiero cantarle al oído a la gente.

 

 

Mujeres de la aldea global

La llamada world music puso en un sitial de prestigio a mujeres con estilos diversos, desde Chavela Vargas hasta Cesaria Evora, pasando �por qué no� por Mercedes Sosa. Susana se siente relacionada artística y afectivamente con todas ellas: �Hay mujeres que dejaron huella y para mí son una influencia. Yo he visto a miles de personas delirar en Europa con Mercedes, que abrió muchos caminos para los artistas de América latina. Chavela es la Tom Waits del canto en español, es nuestra maestra de maestras. Y Cesaria es el Africa, pero al mismo tiempo lo suyo se diferencia de todo cuanto se haya hecho en ese continente. Es Cesaria. Pero si hablo de mujeres no me puedo olvidar del sentimiento de Violeta Parra, difundido de casa en casa cuando no existía esta modernización en las comunicaciones. Y Chabuca Granda, claro, una artista con mayúsculas, que me ha enseñado muchísimo�.


Un descubrimiento casual

David Byrne la descubrió por casualidad. En 1986, un argentino, Bernardo Palombo, grabó una actuación de Susana en una plaza peruana, en ocasión de un festival. Años después, dándole clases de español al ex Talking Head en el Village neoyorquino, le hizo ver el video y Byrne enloqueció. No sólo viajó a Lima y buscó la manera de ubicar a Susana para que firmara en su sello, Luaka Bop, sino que utilizó sus primeros conocimientos del idioma castellano para interpretar �con más gracia que destreza, realmente� una versión de la exquisita canción �María Landó� (escrita por César Calvo y Chabuca Granda), la misma que lo cautivó en la voz de Susana. �Yo lo conocía de nombre �dice Baca�, pero un día fui a casa de una amiga, le dije que tenía que viajar para encontrarme con Byrne y sus hijos no lo podían creer. Empezaron a mostrarme todos sus discos, yo no entendía nada.� La cantante, consciente de que ese encuentro le ocurrió en la madurez, sostiene que �a veces pienso que hubiese querido conocer a David cuando tenía 20 años, porque hubiese podido disfrutar de otro modo este reconocimiento. Pero quizás, a esa edad, yo no tenía esa carga de vivencias que son necesarias para convertirse en una artista. El vino se hace con los años. Recién ahora estoy convirtiéndome en un buen vino�. 

 

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