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La
semana de Al Gore
En una campaña donde todas las encuestas le daban al republicano George Bush Jr. una amplia ventaja en las encuestas, el candidato demócrata para los comicios presidenciales norteamericanos Al Gore consiguió que algunos sondeos se vuelquen a su favor luego de su discurso de aceptación de la candidatura. Ahora comienza la recta final de la campaña para el 7 de noviembre. Washington Post Para cualquiera que aguantó y miró hasta el final las dos convenciones partidarias, los lineamentos de las elecciones de noviembre ya parecerían claros. Los republicanos disfrazan una gigantesca baja de impuestos con el lenguaje de la integración social. Y los demócratas presentan un paquete de pequeños aumentos acumulativos en el gasto público para salvaguardar a una muy dinámica economía. Pero hay que recordar que muchos votantes sólo tienen una idea muy vaga de las opciones que les esperan en noviembre. El costoso despliegue propagandístico de ambos partidos busca confundir antes que informar. Eso significa que las próximas semanas serán cruciales: para las elecciones y para la calidad de nuestro proceso democrático. (Editorial) New York Times "Esta elección no es sobre la ideología", declaró Michael Dukakis al aceptar la candidatura demócrata en 1998, "es sobre la habilidad". Los republicanos sonrieron, y George Bush ganó las elecciones haciendo que la ideología domine la campaña. Este año, otro George Bush está diciendo, "no es sobre la ideología, es sobre el carácter". Y a Al Gore, detrás de él en las encuestas, no le queda otra que imitar Bush padre y hacer de la campaña una contienda ideológica. Su discurso del martes en la convención demócrata comenzó ese proceso, y muchos analistas consideraron que entonces finalmente sonaba como un líder con convicciones genuinas. Ahora deberá capitalizar ese discurso y recalcar sus puntos de desacuerdo con Bush. (George Parker) The Nation La facilidad y la astucia con la que Bush se distanció --en apariencias y palabras-- del partido de Newt Gingrich resultó aterradora para los demócratas. En la convención republicana no hubo llamados a la guerra cultural, ni propuestas por drásticas reducciones en el gobierno federal, ningún sometimiento a la derecha religiosa, y ninguna mención a la jihad del impeachment. En suma, nada de lo que los demócratas han contado en los últimos años para solventar su falta de propuestas y gritar "¡Aquí viene la derecha religiosa!". Cuando Gore eligió al socialmente conservador Joe Lieberman como su candidato a vice, aceptó --o se rindió ante-- un campo de batalla electoral definido por los republicanos. (David Corn) La debacle del PRI paraguayo Luego de un resultado estrecho que todavía hoy provoca polémicas, el Partido Colorado paraguayo perdió por primera vez unas elecciones nacionales, en este caso las de vicepresidente, en 53 años. El ganador fue el liberal Julio César "Yoyito" Franco, que contó con el apoyo desde Brasilia de Lino Oviedo. El ministro de Defensa Nelson Argaña abandonó el gobierno. La Nación Con esta elección, el oviedismo recuperó la personería política. Más allá de cualquier consideración y en un marco de libertades políticas, es una fuerza electoral que ronda el 20 por ciento de los votos, capaz de operar autónomamente, con determinación y recursos. Su discurso sigue siendo intransigente en su enemistad con sus correligionarios y en la pretensión de que González Macchi sea sustituido. La tensión que esto produce y sus consecuencias aparecen como insoportables para la estabilidad. Incorporarlos al establecimiento político, sin que puedan desarrollarse normalmente en el Partido Colorado, parece imposible. Mantenerlos fuera, presenta riesgos electorales y de fractura que no pueden ser desatendidos. (Adolfo Ferreiro) Noticias Peleado con sus correligionarios argañistas y rechazado por los que debían ser los nuevos interlocutores, el Presidente Luis González Macchi no tiene otra opción que intentar recomponer su gobierno por la vía del pacto con todos los sectores no oviedistas de los colorados, sin cuyo respaldo no tendría chance alguna de culminar el mandato. Los sectores antioviedistas del coloradismo ya empezaron a pronunciarse favorablemente respecto de la posibilidad de recomponer el Ejecutivo y las relaciones de éste con el partido, pero en base a una serie de condiciones que van desde el rechazo a todo intento de acercamiento a Oviedo y sus cómplices, hasta una drástica disminución del poder que hoy acapara el entorno del presidente. (Benjamín Livieres) Ultima Hora No se vienen tiempos más claros después del domingo. Tendremos más de lo que ya conocemos y por sobre todo veremos que el desgaste de este gobierno se irá comiendo de a poco las esperanzas de quienes desean un país mejor administrado. La decadencia del sistema sólo prohíja soluciones mesiánicas, y a eso juega Oviedo. Quiere demoler el mismo sistema del que fue parte utilizando los opositores del gobierno actual y manteniendo su vigencia como actor político. La figura del preso en Brasilia sólo cobra fuerza sostenido en la debilidad de los actores democráticos del actual proceso. Este gobierno es el principal promotor del prófugo general y los opositores canalizan ese resentimiento sin medir las consecuencias que supone. (Benjamín Fernández Bogado) Rusia: secreto bajo el mar Hace una semana se hundió en el mar de Barents el submarino nuclear ruso Kursk con 118 tripulantes a bordo. El gobierno ruso rechazó la ayuda internacional para rescatarlo del fondo del mar. La ayuda llegó pero puede ser ya demasiado tarde. Algunos analistas estiman que los rusos no quieren que Occidente conozca los detalles del avanzado submarino y de su misión. The Moscow Times (Moscú) Digámoslo claramente: Putin está robando la vida de 118 personas. Cuando el equipo de rescate británico encuentre muertos a los 118 tripulantes del Kursk --que el miércoles estaban vivos--, quedará claro que todo esto se debe a la arrogancia del presidente Putin. Ahora el país puede darse cuenta de la tragedia que significa la presidencia de Putin. Habla de "cumplir una histórica misión en el Cáucaso" con los chechenos y lo único que obtuvo para nosotros --y como prueba aparece la reciente explosión en la Plaza Pushkin-- es 20 años más de terrorismo. Prometió "liquidar a la oligarquía" y luego se sentó con 21 representantes de esa clase alrededor de una mesa, como si fueran todos iguales, para prometerles que no tocaría nada de su poder. Esto es lo que vamos a tener que sufrir, al menos, hasta el 2004. (Editorial) The Times (Londres) Para cualquier nación, este drama se convierte rápidamente en una catástrofe. Pero para los rusos, además, lo que ocurrió con el submarino ruso es una metáfora de los riesgos que corren por su maquinaria militar, por su equipamiento relativamente obsoleto y su mantenimiento casi nulo. Quienes tratan de rescatar a los 118 tripulantes del Kursk no sólo están tratando de salvar sus vidas, sino fundamentalmente intentan salvar el futuro de la Flota del Norte de la Armada rusa como la fuerza clave del país. Porque esta Flota es la que sostiene los intentos rusos de dominar los mares más allá de sus aguas territoriales. (Editorial) Le Monde (París) El drama del Kursk revela que los dirigentes rusos, tanto civiles como militares, siguen teniendo la mentalidad del sovietismo de plomo, como si la lección de Chernobyl no hubiera servido de nada. Se trata de la manía del secreto. Como en los bellos tiempos de la Unión Soviética, se trata de la mentira como un acto reflejo. Como en los bellos tiempos de la Unión Soviética, el desprecio por la vida humana ante todo. Por orgullo, por una patología patriotista, por un nacionalismo de otra época, el gobierno ruso rehusó hasta el último minuto la ayuda extranjera. Nunca la vida de los tripulantes del Kursk fue la prioridad. (Editorial)
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