Por Patricia Chaina
El documental deportivo es una categoría de programas que combina
dos cualidades no siempre afines: destreza física y conocimiento
intelectual. Y en ese rubro, nuevo en el clásico género
del documentalismo, se inscribe "Estación submarina".
Una serie que muestra la vida bajo el agua, desde el inquietante cristal
de los buzos profesionales que integran su equipo de realizadores. Muestra
con un tono didáctico y ágil cómo se accede a través
del buceo como disciplina deportiva, a la flora, la fauna, las ruinas
arqueológicas y los restos de naufragios del fondo de mares, ríos
y lagos de América latina. "Pero sobre el nivel del agua está
la cultura de los lugares que mostramos en el programa" explica Miguel
Bertea, productor y realizador de "Estación submarina",
"y ese es el otro pie sobre el que se sostiene el ciclo". Así,
las etnias, sus costumbres culturales, sus fiestas populares, sus comidas,
su música, y su visión del mundo completan la información
de cada capítulo de la serie que Travel & Adventure, la nueva
señal de Discovery Channel, estrenará en setiembre --por
Cablevisión--, con alta rotación los días jueves,
sábados y domingos.
"Estación submarina" fue en principio --período
1995/97--, parte de la programación de TyC Sport. En esa señal,
la productora "El atajo", a la que pertenece Bertea, todavía
mantiene "Básquet de Primera" y "Fanáticos
del aire". "Pero cuando ya habíamos hecho 70 capítulos
de 'Estación submarina' el canal decidió descontinuarlo
y comenzamos a peregrinar por los canales para volver a salir al aire",
recuerda Bertea. "Nos decían que no era un programa cultural,
contra lo que nosotros creemos, porque hay una idea en la Argentina que
vincula lo cultural al teatro, la literatura ¡y basta!" Ni
siquiera tuvieron espacio en la programación de transición
de Canal 7. "Hasta que apareció el nuevo canal de Discovery.
Trabajamos mucho en mejorar el material para lograr los niveles de calidad
que exigen ellos, y optimizar tanto la faceta educativa como la deportiva,
pero el resultado lo merece." Con su incorporación a la grilla
de Discovery Travel & Adventure, "Estación submarina"
--inicialmente por 26 capítulos-- se convierte en la primera realización
argentina en tener un lugar, con continuidad, en esa compañía.
--¿Cómo nació la idea de hacer un programa sobre
el mundo submarino?
--Eramos un grupo de realizadores de TV que teníamos como hobby
el buceo y, medio en broma medio en serio, pensábamos cómo
hacer para viajar a los destinos que nos interesaban, a bajo costo. Y
se nos ocurrió hacer el programa. El buceo fue el pretexto, si
se quiere. Nuestra inclinación natural por conocer las etnias de
esos lugares hizo el resto.
--¿Qué tipo de cámaras utilizan?
--Dos cámaras submarinas y una en la superficie. Cada exploración
requiere de 45 días de preproducción, hablando con biólogos
y expertos del lugar. Cada salida dura 20 días y buceamos dos veces
por día durante una hora. Realizamos exploraciones unas siete veces
por año. Y nos transformamos en los únicos en la Argentina
en desarrollar tecnología submarina.
--De lo que se verá en Travel & Adventure, ¿qué
destinos destacaría?
--La exploración de los xenotes (ríos submarinos) en la
península de Yucatán, en México, es increíble.
Todavía hay ríos que no se sabe dónde llegan, y en
algunos se ha descubierto agua salada y se supone que tienen salida al
mar. Pero no se conocen sus recorridos y eso los hace peligrosos para
un buzo que puede quedarse sin oxígeno antes de encontrar la salida.
La Isla de Cocos en la costa del Pacífico de Costa Rica es impactante
por su fauna. Y Rotán, en Honduras, posee los mejores corales del
caribe.
--¿Qué lugares de la Argentina fueron retratados en esta
primera serie? --Península Valdés, los esteros del Iberá
que son de agua dulce, los lagos del sur, de Patagonia. Pero no hay muchos
destinos de buceo en el país. En el Caribe, por la visibilidad,
la temperatura y la cantidad de flora y fauna, los hallazgos están
al alcance de la mano, como pescar en un balde. Y los peligros como el
mito del tiburón al acecho en aguas cálidas, se diluyen
cuando uno entiende que el animal más dañino es el hombre,
porque los tiburones no atacan a no ser que se los provoque. El capítulo
"Tiburones en Bahamas" lo muestra claramente.
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