Fernando de la Rúa y José Luis Machinea estuvieron reunidos anoche en la quinta de Olivos. Fue a informarle sobre los resultados del viaje a Estados Unidos, dijo a Página/12 una alta fuente del Poder Ejecutivo, quien negó categóricamente que el encuentro estuviera relacionado con los rumores sobre la estabilidad del ministro. Pero su visita a la residencia presidencial volvió a encender por un momento la usina de rumores, ya que la entrevista fue reservada. Es lógico que haya ido a verlo después de un viaje tan importante, donde estuvo reunido con el FMI e inversores, justificó el informante, a la vez que descartó que hubiera ocurrido nada fuera de lo esperable. Antes de esa reunión, el equipo económico había seguido con su tarea de autoprotección, luego de las versiones sobre el alejamiento de Machinea que circularon la semana pasada. Tenemos toda la audacia que hace falta para enfrentar la problemática económica, dijo ayer el jefe de asesores del Palacio de Hacienda, Pablo Gerchunoff. Los Machi Boys reiteraron que la economía comienza a reaccionar y que cuentan con el respaldo de Fernando de la Rúa. La defensa de su gestión se produjo porque son conscientes de que la tormenta aún no terminó. Y tienen en cuenta que esta semana soportarán una nueva embestida, con un encuentro de economistas ortodoxos organizado por Miguel Angel Broda que promete nuevas críticas a su gestión (ver aparte). En el exterior, el secretario de Hacienda, Mario Vicens, buscó ayer el respaldo del FMI y preparó el terreno para obtener un waiver (perdón) por el incumplimiento de las metas fiscales de este año. Gerchunoff consideró que era un ilusionismo esperar que con la llegada del nuevo gobierno esta economía arrancara aceleradamente desde el primer día. Pero añadió que el equipo económico tiene toda la audacia que hace falta para revertir la situación de estancamiento. En contraste con esa categórica definición, el vicepresidente Carlos Alvarez se limitó a responder que Machinea es un empleado del Presidente, y es él quien elige a sus ministros. Chacho no dijo más que eso cuando se lo consultó por la estabilidad del jefe de Hacienda. Pero subrayó que no tiene que venir un nuevo ajuste. Más ajuste es menos reactivación, lo que redundaría en una baja de la recaudación y en mayor ajuste fiscal, por lo que entraríamos en un círculo vicioso, explicó. El vicepresidente tomó distancia del equipo económico y no salió en su defensa ante las turbulencias que soporta. Y a la vez fijó su posición en otro tema que genera tensión en el gabinete: la elaboración del proyecto de Presupuesto de 2001. Machinea trabaja con un esquema de reducción del gasto público de entre 13 y 15 por ciento. Nicolás Gallo lo reveló en un reportaje concedido a Página/12 la semana pasada. No hay ajustes, retrucó ayer Gerchunoff. El asesor de Machinea eligió una forma más diplomática para manifestar que se reducirá el gasto. Dijo que no habrá reducción de salarios en el sector público y no habrá impuestazos. Pero tampoco ocurrirá lo contrario, por lo que se mantendrá la rebaja salarial y el aumento de impuestos ordenados este año. Lo que sí vamos a hacer es seguir controlando el gasto público, indicó el funcionario. En la misma línea, el secretario de Finanzas, Daniel Marx, puntualizó que para el año que viene lo que estamos encarando es una mejora en la administración pública, para eliminar superposiciones y lograr más eficiencia en el funcionamiento del Estado. El tema del Presupuesto se analizó en la reunión de De la Rúa con Machinea anoche en Olivos. Y será tratado hoy en la reunión de gabinete. En tanto, Gerchunoff aseguró ayer que no existen otras propuestas más audaces que la del equipo económico. Hacer que una economía crezca no es cuestión de imaginación o audacia, es cuestión de tener el diagnóstico correcto y trabajar permanentemente para ello, afirmó. Cuando discuto con economistas privados continuó y trato de que me traigan una propuesta audaz que haga crecer a la economía, diría que básicamente no tienen ninguna. Tienen la misma que nosotros.
|