Por
Maximiliano Montenegro
El consultor Miguel Angel Broda, que días atrás reclamó
mover el banco del establishment para el Ministerio de Economía
al hablar del perfil deseable para el sucesor de José Luis Machinea,
volverá a la carga. Para ello convocó a un seminario reservado
al club de los 20 economistas más escuchados en los círculos
financieros. Y mientras los Machi Boys aseguran que la economía
está levantando cabeza, Broda propone discutirlo: ¿Recesión
o Depresión?, es la pregunta que guiará la reunión.
El tema central que se plantea como disparador del debate es si la economía
se encuentra en un círculo vicioso del cual no se saldría
sólo con esperar una baja del riesgo-país. Al encuentro
no fue invitado ningún funcionario de Economía. En cambio,
sí fueron comunicados Ricardo López Murphy y Fernando De
Santibañes, ambos amigos de Broda, quienes habrían manifestado
su intención de presenciar el meeting, pero a condición
de hacerlo sólo en carácter de oyentes y sin emitir opinión
alguna. También participará Guillermo Calvo, otro economista
que en los últimos días alarmó al Gobierno al sugerir
la adopción de una tablita cambiaria como paso previo a la dolarización.
Su pasado lo condena. Es un problema de reputación,
lanzó Miguel Angel Broda la semana pasada cuando le preguntaron
sobre Machinea. El consultor más cotizado de la city porteña
se refería a la malograda gestión del actual ministro como
presidente del Banco Central, puesto que debió abandonar en medio
de la hiperinflación. Tales declaraciones, ampliamente reproducidas
por los diarios económicos, en una semana en la que los rumores
de renuncia de Machinea se multiplicaron, alimentaron las variadas hipótesis
en los equipos de análisis de los grandes bancos de inversiones
sobre un eventual cambio de elenco en Economía.
Se mencionó al canciller, Adalberto Rodríguez Giavarini
y, por supuesto, al actual ministro de Defensa y ex economista de FIEL,
Ricardo López Murphy. En ambos casos se dijo que el reemplazo contaría
con el aval del jefe de la SIDE, el economista Fernando de Santibañes.
Desde entonces, los principales laderos de Machinea se esforzaron por
desmentir las versiones y operaron en forma personal para tratar de que
sus colegas de la city cesaran con lo que consideran una campaña
de acoso contra su jefe. Paralelamente, siguieron mostrando cifras
que, desde la perspectiva oficial, confirmarían la salida de la
recesión.
Sin embargo, en los próximos días, Machinea y su equipo
pueden llegar a sufrir un nuevo revés en su intento por mejorar
el humor de los mercados. Broda, a través de la Fundación
Gobierno y Sociedad, que preside, reunirá a lo más granado
de la tropa de asesores del establishment financiero junto con algunos
economistas académicos, para debatir si la economía se halla
en lo que los libros de texto califican como depresión,
e identifican como una de las situaciones más críticas y
difíciles de revertir para los hacedores de la política
económica. En la lista de convocados al seminario figuran desde
Ricardo Arriazu, un ex funcionario del FMI admirado por las camadas jóvenes
de la city, hasta el staff de FIEL: Daniel Artana y Juan Luis Bour. No
fue participado ningún funcionario de Economía. Pero sí
López Murphy y De Santibañes.
La convocatoria plantea discutir lo siguiente:
u Si la actual recesión es coyuntural y, por lo tanto, se saldrá,
aunque lentamente, cuando se revierta el ciclo económico a principio
del año próximo.
u O si, por el contrario, la Argentina está soportando, como ocurrió
en la década del 30, una depresión, de la cual no se podrá
escapar con una baja del riesgo-país, que supuestamente debería
disminuir las tasas de interés y estimular la inversión
y el consumo doméstico, como apuesta Machinea.
Si este último fuera el caso, la economía se encontraría
en un círculo vicioso permanente que John Maynard Keynes,
en los años treinta, denominó trampa de la liquidez:
aunque baje la tasa de interés, nadie está dispuesto a endeudarse
para invertir o consumir por un problema deexpectativas. Como hay deflación
de precios y salarios, nadie ve la luz al final del túnel y ninguna
baja de las tasas es suficiente para animarse a endeudarse.
Paradójicamente, teniendo en cuenta quién convoca al seminario,
para esta enfermedad la receta es la contraria a la del ajuste fiscal.
Más aún, según dijo Keynes, el ajuste fiscal no hace
más que agravar la depresión.
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