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ABRIERON EL SUBMARINO “KURSK”: LOS 118 TRIPULANTES MURIERON
Un sarcófago en el fondo del océano

Los buzos noruegos lograron trasponer la escotilla del �Kursk� y encontraron que estaba totalmente inundado, sin sobrevivientes. Ayer empezaban a sacar el primer cadáver, mientras en Rusia crecen los cuestionamientos por la ineptitud y tardanza del rescate y el secreto en que el gobierno mantuvo la tragedia.


t.gif (862 bytes)  Hoy, finalmente, llegó el día después. El equipo de buzos noruegos logró ayer trasponer la escotilla que los rusos no habían podido abrir en ocho días: encontró que el submarino “Kursk”, de la armada del Mar del Norte, estaba totalmente inundado, sin sobrevivientes. El día después incluye quejas públicas sobre la ineficiencia de los intentos de rescate rusos y la demora en pedir ayuda occidental; incluye, todavía, los temores militares por los secretos del submarino, que ayer aún impedían entrar en acción al navío de rescate británico; incluye propuestas delirantes como la de subir el “Kursk” a la superficie mediante inmensos flotadores; e incluye la inadvertida, amarga ironía de transformar en “sarcófago”, sellándolo para evitar fugas radiactivas, el casco donde flotan 118 cadáveres.
El sábado a la noche había llegado a la zona del desastre, en el Mar de Barents, el buque noruego Normand Pioneer, que cargaba el minisubmarino inglés “LR-5”, con un equipo de 27 socorristas, y 11 buzos de profundidad de la marina noruega. El minisubmarino demoró en bajar mientras las autoridades navales rusas discutían sobre la conveniencia o no de que un aparato tan sofisticado tomara contacto con los secretos similares. Entonces, los buzos noruegos descendieron sólo con sus escafandras, y desde el domingo trabajaron sobre la escotilla posterior del “Kursk”. La escotilla delantera había quedado inutilizada por el choque contra el fondo del mar, a 107 metros de profundidad. Los equipos de rescate rusos venían sosteniendo que aquella escotilla estaba deformada por el accidente y había perdido hermeticidad, pero los noruegos la encontraron en buen estado, aunque atrancada.
Las escotillas de los submarinos tienen dos compuertas, lo cual les permite actuar como cámaras de aire. A las 7.45 de la mañana de ayer, hora de Murmansk, Rusia, los buzos consiguieron abrir la compuerta exterior: encontraron que la escotilla estaba inundada. Siguieron trabajando y, a las 12.25, abrieron la compuerta interior. “Están saliendo unas burbujitas de aire”, dijo, mientras se abría la compuerta que comunicaba con el compartimiento número 9 del submarino, Arkadi Mámontov, de la cadena de televisión estatal rusa RTR, el único periodista que siguió el rescate en directo. Sólo esas burbujitas; el compartimiento estaba lleno de agua. Habían pasado ocho días, 21 horas y 30 minutos desde que dos explosiones, todavía misteriosas, mandaron al “Kursk” al fondo del mar.
“Fue definitivamente establecido que el submarino está totalmente inundado y que toda la tripulación está muerta”, declaró ayer a la tarde el comandante de la Flota del Norte rusa, almirante Viatcheslav Popov. Cuando los buzos noruegos pusieron una cámara de televisión en el agua que llenaba el compartimiento 9, creyeron ver un cadáver: podría ser del teniente primero A. Brazhkin o de los alféreces V. Ivanov y M. Bochkov, que componían la dotación de ese compartimiento. Anoche, un brazo mecánico intentaba en vano pescar el elusivo cadáver.
Treinta horas tardaron los buzos noruegos en destrabar la escotilla que los rusos no habían logrado abrir en ocho días. El domingo, la televisión había revelado que Rusia sólo cuenta con dos buzos de profundidad: uno está en la flota del Pacífico y el otro en la del mar Negro, entrenado sólo para mares cálidos. La indignación crecía con las informaciones sobre el profesionalismo de los expertos noruegos, que incluso llevaban en su barco un taller de forja para fabricar en el momento los instrumentos que necesitaran.
Entretanto, sigue la polémica sobre las causas del accidente. El Ministerio de Defensa ruso declaró haber hallado, a 330 metros del “Kursk”, una pieza metálica que “parece parte de la barandilla de la torreta de un submarino”, aunque “es posible que la pieza esté en el fondo del Mar de Barents desde hace mucho”. Según la armada rusa, el accidente fue causado por una colisión contra “un objeto dinámico submarino” y en la zona donde el sumergible se hundió “había dos naves estadounidenses y una británica”. Un portavoz del Ministerio de Defensa británico desmintió”categóricamente” esas informaciones, que ya habían sido negadas por Estados Unidos. Para expertos británicos, la causa de la catástrofe no fue una colisión sino una “explosión interna”. En todo caso se admite que la primera explosión destrozó la proa del submarino y lo mandó a pique; el impacto contra el fondo del mar causó la detonación de dos de los torpedos que portaba el submarino, y ésta fue la explosión mayor.
Se necesitará por lo menos un mes para retirar los cuerpos del “Kursk”, y ya, también en este día después, se debate qué hacer con el submarino hundido. Vladimir Kuroiedov, jefe del Estado Mayor de la marina rusa, propuso sacarlo a la superficie mediante cables amarrados a flotadores gigantes, pero expertos extranjeros consideraron peligroso y carísimo levantar así un peso de 24.000 toneladas. El problema son los reactores nucleares del submarino, que tarde o temprano van a presentar fugas de radiactividad. Un miembro de la comisión que investiga el accidente anunció que “el compartimiento donde se encuentra el reactor será cerrado herméticamente”, y que “los científicos tienen técnicas para transformar el submarino en sarcófago”. Ya lo es.


La versión chechena

Los rebeldes islámicos de Chechenia, que luchan por la independencia de la Federación Rusa, se adjudicaron ayer el hundimiento del submarino nuclear ruso “Kursk”, al señalar que la tragedia se debió al “sabotaje suicida” de un militante de la república de Daguestán, ubicada en la zona del Cáucaso, al este de Chechenia. “La destrucción del submarino atómico ruso fue resultado de una explosión organizada por un kamikaze islámico”, informó el órgano de difusión de los rebeldes chechenos, la página de Internet Kavkaz-Center.
Aunque en Moscú no dieron crédito a la versión, el grupo rebelde detalló que el supuesto suicida “pertenecía a una estirpe de submarinistas” que tuvo entre sus miembros a Magomed Gadzhiyev, ilustre marino que obtuvo el título de Héroe de la Unión Soviética en la II Guerra Mundial. La página de los extremistas islámicos no facilitó el nombre del militante suicida, pero dijo que Gazhiyev tuvo “varios hermanos también relacionados directamente con la marina de la URSS".
De acuerdo con la lista de los 118 tripulantes del “Kursk” que publicó la prensa rusa la semana pasada, en el primer compartimento, figuraba el nombre de M. I. Gadzhiyev como “personal de servicio bajo contrato”.

 

Las preguntas claves de la tragedia


Por Rodrigo Fernández
Desde Moscú

¿Cuándo ocurrió el accidente?
El sábado. Según el presidente Putin, el mando comprendió que algo pasaba con el Kursk a las once de la noche, cuando el sumergible no se comunicó a la hora convenida. Sin embargo, el Kursk yacía en el fondo del mar desde muchas horas antes, probablemente desde las 9.30. A esa hora, el instituto sismológico noruego Norsar registró dos explosiones en la zona donde se hundió el Kursk.

¿A qué se debió?
Hay unanimidad en que ocurrió una explosión. No está clara su causa, que puede ser interna o externa. Los rusos rezan para que sea externa: un choque con un barco o con otro submarino. Lo importante para ellos es que no se trate de un fallo técnico, porque esto significaría que sus submarinos no son fiables y que, al llevar armas nucleares, pueden causar un desastre de proporciones mundiales. Ilia Klebanov, el viceprimer ministro que preside la comisión para establecer las causas del accidente, opina que el Kursk chocó contra uno de los tres submarinos extranjeros que, según asegura, se encontraban en la zona. Esto produjo una primera explosión, que lo hundió; al chocar contra el fondo se dio la segunda al estallar dos o tres torpedos. Tanto Estados Unidos como Gran Bretaña desmintieron que haya chocado contra naves propias.

¿Cuál fue la reacción de Putin?
Siguió de vacaciones. Sólo al quinto día de la tragedia el presidente ruso rompió su extraño silencio, pero no interrumpió su descanso; al séptimo se justificó explicando que no había volado a Severmorsk, la base del submarino, para no estorbar. “Lucharemos por la vida de cada marino”, aseguró ayer, pero antes, él mismo y la Marina advirtieron de que ya no quedaba nadie vivo en el Kursk.

¿Quiénes estaban a bordo?
La dotación permanente más los oficiales enviados al Kursk para participar en las maniobras navales; 118 hombres en total: 100 oficiales y suboficiales y 18 marinos rasos. La lista completa, que los militares mantenían en secreto, fue publicada por el diario Komsomolskaya Pravda después de pagar por ella el equivalente a más de 600 dólares.

¿Por qué la ayuda llegó tarde?
Putin la rechazó. Los rusos aseguraron que tenían todos los medios necesarios para el salvamento y que éstos eran mejores que los extranjeros. Incluso después de que Putin diera la orden de aceptar cualquier ayuda, el miércoles, los socorristas extranjeros permanecieron más de ocho horas en Noruega esperando que Rusia les permitiera correr en ayuda del Kursk.

 

La carta de un conscripto en el �Kursk�

Esta es la última carta que Serguei Vichenko, de 20 años, que cumplía el servicio militar a bordo del submarino “Kursk”, escribió a sus padres.
“Queridos madre y padre Thomas:
Recibí todas las cartas que me enviaron. Lamento no haber escrito en tanto tiempo y contestar tan tarde. Estábamos en alta mar y ahora estamos en el puerto y cargamos cohetes. Cuando esto haya acabado, volveremos a salir al mar y regresaremos para el desfile a Severomorsk.
Me va bien. Finalmente trabajo como cocinero y no en el depósito. Me apuré para terminar la comida y ahora tengo una hora más de tiempo libre. Los cocineros son una clase privilegiada en el barco: nos podemos lavar todos los días y por la noche nos dejan dormir doce horas.
Cuéntenme lo que dice la carta del comandante. ¿Qué les escribió? Siento mucha curiosidad.
Felicidades por el carnet de conducir. ¿De verdad sabes conducir? La verdad, mamá, es que no te puedo imaginar como conductora. No veo la hora de ver una foto tuya detrás del volante.
Acabo de recibir mi certificado del submarino. Estuvimos a cien metros de profundidad, pero eso no es lo más profundo que puede llegar nuestro barco. Incluso 480 metros no serían un problema. Más tarde intentaré enviarte ese certificado, para que lo puedas guardar de recuerdo.
Tuvimos nuestro bautismo submarino. Fuimos convocados a la estación de mando, donde cada uno tomó una taza de agua de mar y besó un martillo. Luego recibimos el papel y el comandante le dio la mano a cada uno. Pero luego de haber tomado el agua de mar, todos nos sentimos un poco mal.
Cuando esté de regreso, les llevaré un par de fotos y entonces verás dónde presté mi servicio. Bueno, probablemente ya los estaré aburriendo con esta carta, así que la termino. Hasta pronto, los quiero y los extraño. Escríbanme. Seryosha (cocinero).”

A esta carta estaba adjuntado un escrito del capitán del “Kursk”, Guennadi Liatchin:
“Querida Valentina Avelene:
La dirección del barco le informa que su hijo el marinero Vitchenko Serguei Alexandrovich está prestando servicio actualmente en la Marina rusa en el submarino ‘Kursk’, uno de los más modernos y potentes barcos de Rusia y de todo el mundo.
Su hijo comenzó a adaptarse a su tarea con interés y compromiso. La tripulación le ofrece toda la ayuda que sea necesaria. La dirección del barco está segura de que dominará rápidamente todas sus obligaciones.
Estoy seguro de que su hijo llevará durante toda su vida la distinción de haber sido marino de un submarino ruso con orgullo, dignidad y honor. La dirección del barco le asegura que hace todo lo que está en su poder para que el tiempo de servicio de su hijo en las fuerzas armadas pase de la mejor manera posible. Con cordiales saludos, capitán G. Liatchin.”

 

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