Por José Natanson
 Un dato quedó claro con la presentación de Alberto Flamarique ante la Oficina Anticorrupción (ver página 6): fue el funcionario que ha pagado más costos por los rumores sobre supuestos sobornos en el Senado. Un poco porque comandó las negociaciones por la reforma laboral. Y otro poco porque Hugo Moyano lo acusó de pronunciar aquella famosa frase de la Banelco. En medio de la tormenta, el ministro de Trabajo optó por descartar en todo momento las versiones, a las que consideró un disparate. Y marcó así una diferencia notoria con su jefe político, Carlos �Chacho� Alvarez.
En los últimos días, oficialistas y opositores se dividieron entre quienes consideraron un disparate el rumor y los que, lejos de negarlo, le dieron entidad y pidieron investigaciones. En el primer grupo se anotaron casi todos los senadores y algunos ministros, entre ellos el de Interior, Federico Storani. En el segundo, los senadores justicialistas Antonio Cafiero y Jorge Villaverde y �sobre todo� Chacho Alvarez. De la Rúa fue modificando su postura: al principio recibió a los legisladores peronistas y descartó las versiones. Más tarde, respaldó públicamente la posición del vicepresidente y pidió al Senado que investigue las versiones.
Desde un comienzo, Flamarique se inscribió en el primer grupo, sintonizando con la posición inicial del Presidente y desmintiendo el rumor. Pareció desconcertado poco después, cuando Alvarez insistió en la necesidad de investigar, ofreció una conferencia de prensa para hablar del tema y pronunció frases de impacto, como la comparación del caso con el �principio del Mani Pulite�.
El vicepresidente y el ministro explican la diferencia entre ambos con un argumento vinculado al lugar institucional que ocupa cada uno. �Alberto participó de cerca de las negociaciones y es lógico que desmienta las versiones. Lo de Chacho es distinto: tiene una responsabilidad como presidente del Senado y, por lo tanto, no puede negar los rumores hasta que concluya la investigación�, coinciden.
La idea se redondea con una explicación más política. Aunque Flamarique llegó al Gobierno de la mano de Alvarez, también debe lealtad al Presidente. No sólo porque depende en última instancia de la voluntad de De la Rúa, sino porque los dos políticos �cuyos perfiles no podrían ser más diferentes� han sabido construir una relación privilegiada.
Claro que hay otras explicaciones para esta diferencia de criterio entre Flamarique y Alvarez. Un dirigente que dialoga habitualmente con los dos sostiene que el vicepresidente no quedó muy conforme con algunos gestos del ministro, sobre todo cuando transcendió que había participado en una reunión de campaña por las elecciones de 2001. A partir de ese episodio, dijo la fuente, se instaló una distancia política entre ambos.
Lo cierto es que, mal que le pese, Flamarique se encuentra en el centro de la tormenta. De los tres aliancistas mencionados en el célebre anónimo, que deberán declarar ante la Oficina Anticorrupción, fue el ministro de Trabajo el que pagó mayores costos. El dato quedó claro ayer por la tarde, cuando se presentó personalmente ante el organismo. En cuanto a los otros dos dirigentes, Fernando de Santibañes estuvo de viaje, se puso a disposición de la OA a través de una carta y recién ayer retornó a la Argentina, mientras que Enrique �Coti� Nosiglia optó por su habitual silencio.
DUHALDE ATACA A LA SIDE Y DEFIENDE A DE LA RUA
�No tiene que ver con esto�
Por Diego Schurman
Eduardo Duhalde pidió ayer que se investigue a la SIDE como primer paso para develar el supuesto pago de sobornos en el Senado, aunque manifestó su convencimiento de que, aun descubriéndose irregularidades, Fernando de la Rúa quedará exento de toda sospecha. �Si hubo movimiento de fondos, la SIDE es la primera que debe ser investigada. De todos modos, para mí el Presidente no tiene nada que ver con todo esto�, aseguró a Página/12 el presidente del PJ bonaerense.
�¿Por qué duda de la SIDE que maneja Fernando de Santibañes?
�No es que yo sospeche. Pero si, por un lado, el vicepresidente de la República dice que no pone las manos en el fuego por nadie que no fuera el Presidente de la República. Y por otro, el Presidente de la República dice que hay que investigar... hay que investigar.
�Pero usted pone el acento en la SIDE y no en otra área del Gobierno.
�Es que el vicepresidente ha puesto sobre relieve a la SIDE.
�Cafiero y Moyano también sugieren el nombre de Flamarique.
�Mire, todo es un bochorno. Hace más de un mes que Cafiero está preocupado por el tema. Hace tiempo se conocen los dichos que se le atribuyeron al ministro de Trabajo. Yo creo que lo que dijo Cafiero, y que lo acompañó Villaverde, y lo que dijo Moyano hay que investigarlo.
�Alvarez dijo que, si se descubrían sobornos, sería una �decadencia terminal�. ¿Coincide con él?
�Indudablemente. Sería un mazazo terrible para la sociedad que está descreyendo de los políticos, sobre todo porque el Gobierno basó toda su campaña en una prédica de transparencia y sería una defraudación muy grande.
�Se dice que Cafiero hizo toda esta movida para posicionarse en la interna del PJ.
�Eso son temas menores. Lo cierto es que hay un problema que hay que investigarlo, empezando por la SIDE.
�Si se descubren coimas, ¿usted renunciaría a la política, como amenazó Raúl Alfonsín?
�No. Ante hechos de estas características hay dos posiciones extremas: una bajar los brazos y decir no va más. La otra luchar más para mejorar las cosas. Y eso es lo que yo haría. De hecho, hace 11 años presenté un proyecto de ley para crear una comisión para la recuperación ética de la sociedad y el Estado en la que estuvo De la Rúa, Favaloro, Beliz. Ya en ese tiempo había una preocupación.
�De la Rúa fue senador. ¿Cree que el Presidente conoce estos manejos por haber integrado ese cuerpo?
�Me niego a creer que De la Rúa tenga que ver. Me niego. No quiero hacerlo. Sería inverosímil para mí. Yo tengo otra imagen de De la Rúa.
�¿Aun si se descubriera que hubo coimas y que participó algún funcionario de este gobierno?
�Aun en ese caso. Para mí en esos temas, con De la Rúa, si no lo veo no lo creo. Y lo digo porque creo conocerlo.
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