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PEDIDO DE LAS ABUELAS SOBRE LOS MILITARES
Que De la Rúa ordene hablar

En una reunión con las Abuelas, el Presidente se comprometió a estudiar un reclamo de que él exhorte a romper el silencio sobre el pasado.

Estela Carlotto y el ministro Ricardo Gil Lavedra. 
Abuelas agradeció a Lopérfido por la campaña publicitaria.


Por Victoria Ginzberg 

t.gif (862 bytes) Las Abuelas de Plaza de Mayo le pidieron al Presidente que, como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, reclame públicamente un sinceramiento de los militares que saben donde están los bebés �hoy jóvenes� robados a sus padres en cautiverio. La presidenta de la entidad, Estela Carlotto, aclaró que esa invocación no es equivalente a una mesa de diálogo porque �los que cometieron delitos tienen que responder ante la Justicia�. Ese fue uno de los planteos que hicieron las Abuelas durante la primera entrevista con el presidente Fernando de la Rúa. También manifestaron su inquietud por el �avance militar� �así lo definieron� producido en los últimos nueve meses. 
�Estamos satisfechas�, dijo Carlotto antes de retirarse �junto a Rosa Roisinblit, Argentina Pérez, Alba Lanzilotto, Reina Waisberg y Amelia Miranda� de la Casa de Gobierno. Las Abuelas dejaron por escrito sus principales reclamos. En una carta dirigida al Presidente solicitaron: 
�Apoyo para la creación de una secretaría penal ad hoc en el ámbito de la justicia federal en lo criminal y correccional� para tratar los expedientes sobre apropiación y sustracción de menores. 
La dotación �de existencia jurídica a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI)�, que funciona actualmente bajo la órbita de la Subsecretaria de Derechos Humanos. 
�Que el Presidente haga una manifestación pública y concreta para que los que saben donde están nuestros nietos se sinceren y nos lo digan�. Carlotto reveló luego que De la Rúa �se comprometió a analizar esta propuesta�. 
Al final del texto, las Abuelas dejaron constancia de la negativa de los militares a entregar sus archivos sobre la dictadura (o a rechazar que éstos existan) y manifestaron que resulta �inaceptable� la actitud �corporativa� de los miembros de las Fuerzas Armadas, que �niegan los crímenes cometidos�, pretenden alterar e interrumpir los juicios relacionados con violaciones a los derechos humanos cometidas durante la última dictadura, y �se solidarizan con sus pares, cuyos delitos están sobradamente probados�. 
Puertas adentro, De la Rúa manifestó que los militares que hacen alegatos a favor de la dictadura están retirados y aseguró que el jefe del Ejército, Ricardo Brinzoni, sigue la misma línea de su antecesor, Martín Balza. Se quejó, amablemente, de ser blanco de críticas, argumentando que no está al tanto de todas las jugadas militares. Como ejemplo, dijo que desconocía la pretensión del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas para adueñarse de la causa en la que se investiga el plan sistemático para apropiarse de los hijos de los desaparecidos, conflicto que tuvo que resolver la Corte Suprema. Las Abuelas respondieron que él era el Presidente y por lo tanto debía hacerse cargo de su posición y de los actos de los militares, que son sus subordinados. 
En la entrevista estuvieron presentes, además del Presidente y las seis Abuelas, el ministro de Justicia, Ricardo Gil Lavedra; la subsecretaria de Derechos Humanos, Diana Conti, y el secretario de Cultura y Comunicación, Darío Lopérfido. A éste último, le agradecieron su colaboración en la campaña publicitaria de la entidad. Lopérfido se comprometió a prolongar la difusión del aviso institucional de Abuelas de Plaza de Mayo, que fue divulgado durante una semana en radio y televisión y provocó que no pararan de sonar los teléfonos del organismo a raíz de las llamadas de jóvenes que pueden ser hijos de desaparecidos y de gente anónima que aportó datos sobre apropiadores. 
Durante una conferencia de prensa que se realizó al fin de la reunión, Gil Lavedra respondió a algunas de las inquietudes de las Abuelas. Dijo que �el Gobierno no alienta la mesa de diálogo� y se comprometió a darlemás facultades a la CONADI y a �hacer gestiones ante la Corte Suprema�, si no para crear una secretaría especial al menos �para dotar de mayores medios� a los tribunales en los que se están tramitando numerosas causas sobre chicos desaparecidos. Las mujeres mencionaron el juzgado de la jueza María Servini de Cubría (en el que hay 23 expedientes), el de Roberto Marquevich (17 casos) y el de Adolfo Bagnasco, que tiene la causa sobre el plan sistemático. 

 

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