Carajos
Por Horacio Verbitsky
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El gobernador de Buenos Aires Carlos Rückauf y su ministro de Seguridad, comisario general (R) Ramón Oreste Verón, desmintieron que el virtual jefe de policía, comisario mayor Eduardo Raúl Martínez, haya sido procesado por torturar a un detenido. Pese a ello, Martínez presentó su renuncia. Rückauf dijo que su consideración correspondía a Verón, y el ministro la rechazó. La situación de Martínez se complicó cuando las dos Cámaras de la Legislatura provincial aprobaron por unanimidad sendos pedidos de informes de la Alianza. Los justicialistas ven con recelo la reconstrucción de la mejor maldita policía del mundo. No apoyaron, en cambio, los pedidos de remoción de Martínez que serán girados a las respectivas comisiones de seguridad. La oposición también reclama que se restituya la suprimida facultad Legislativa de prestar acuerdo para el nombramiento de las más altas jerarquías policiales. En la sesión de ayer el vicepresidente de la Cámara de Diputados, Alejandro Mosquera, del Frepaso, dijo que la confirmación de Martínez implicaría dar carta blanca a la tortura de detenidos en el futuro.
Martínez preguntó a los gritos durante un reportaje con radio Universidad �¿quién carajo es [el senador del Frepaso Eduardo] Sigal para hablar del torturador Martínez? El no sabe que Martínez tiene una familia, no sabe cómo fue. No tengo ningún tipo de proceso, no fui procesado, no tengo nada�. Y agregó: �Me quiero calmar y no meter la pata�. Rückauf dijo que �no veo que [Martínez] haya cometido ningún ilícito. Me parece que es un tema que tiene que resolver el ministro. El me explicó que se trató del caso de un señor acusado por la esposa de violar a una niñita, hija de ambos, y que cuando fue detenido hizo una acusación sobre el policía, que era Martínez. Sobre esa causa el policía no fue ni siquiera procesado�.
Este diario está en condiciones de probar lo contrario. El facsímil reproduce el auto de procesamiento y orden de detención de Martínez, firmado por el juez Juan Carlos Dillon el 3 de abril de 1978. Un médico del hospital de San Isidro y un forense de tribunales comprobaron las lesiones por golpes con palos y el paso de corriente eléctrica en el cuerpo del ciudadano alemán detenido por el entonces oficial inspector Carlos Alberto Etchezahar e indagado por el entonces oficial subinspector Martínez. Frente a las fotografías de los 64 efectivos de la comisaría 2ª de San Isidro, la víctima señaló sin vacilar a Martínez y Etchezahar.
El juez consideró probadas las torturas pero al cabo de tres meses sobreseyó a los procesados con argumentos asombrosos: no fue encontrada en la comisaría la picana eléctrica y dos detenidos declararon que nunca habían oído quejarse al ciudadano alemán. Tampoco prosiguió la investigación, como si las lesiones constatadas en el cuerpo de la víctima fueran obra del espíritu santo, que tan a menudo sobrevoló la provincia durante la jefatura del coronel Ramón Camps. Del facsímil se ha testado el nombre de la víctima, ya que su vida privada no es de interés para la opinión pública. Martínez, en cambio, es un funcionario público, responsable por la seguridad del mayor distrito electoral del país, en el que las torturas a detenidos van en ascenso. Es difícil concebir que Rückauf mienta en un tema de tan fácil refutación. Más probable parece que Martínez y Verón le hayan ocultado la información. Pronto se sabrá.
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