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Detienen a Gómez, ex comisario de Pinamar, por la �zona liberada�

Fue arrestado en Valeria del Mar, acusado de haber relajado dolosamente la vigilancia para facilitar el secuestro y homicidio de Cabezas. Le pueden corresponder más de diez años.

Alberto �La Liebre� Gómez.
Primer preso del Cabezas II.


Por Raúl Kollmann

t.gif (862 bytes) Hubo zona liberada para matar a José Luis Cabezas. En la comisaría quedó personal poco hábil. A través de distintas instrucciones fueron alejados los patrulleros del lugar del secuestro del fotógrafo y cuando se produjeron dos llamadas para alertar lo que estaba sucediendo, no se puso en marcha ningún operativo. Estos son los elementos por los cuales fue detenido ayer el ex comisario de Pinamar, Alberto �La Liebre� Gómez. La juez María Eva Merlo acusa al policía por �sustracción de persona, agravada por la muerte de la víctima, en concurso ideal con homicidio simple y en concurso ideal con incumplimiento de los deberes de funcionario público�. La pena puede superar los diez años de prisión.
La detención de La Liebre se produjo a la 1.30 en su domicilio de Valeria del Mar. No actuaron policías bonaerenses sino los integrantes de la policía judicial, a quienes recurrió la magistrada. Desde enero, las investigaciones han estado a cargo de dos abogados de ese grupo especial que funciona a las órdenes del procurador bonaerense, Eduardo de la Cruz. 
Con esta detención, la hipótesis oficial del crimen de Cabezas es la siguiente: 
El empresario Alfredo Yabrán estaba molesto con las tomas que le hacía el fotógrafo.
Le sugirió al jefe de su custodia, Gregorio Ríos, que organizara un operativo para sacar a Cabezas del medio.
Ríos le transmitió la inquietud al oficial Gustavo Prellezo y éste, ayudado por otros policías �Sergio Camaratta y Aníbal Luna� diseñó el operativo que terminó con la muerte del fotógrafo.
Para secuestrar y después matar a Cabezas los policías pusieron a trabajar a la banda de Los Hornos, cuatro delincuentes de poca monta, con problemas de alcohol y droga.
Todo el operativo habría contado con la complicidad del comisario de Pinamar, La Liebre Gómez, quien �liberó� la zona para permitir el secuestro y el traslado hasta la cava donde a Cabezas le metieron dos tiros en la nuca.
En la noche del 24 al 25 de enero de 1997, extrañamente, la comisaría quedó a cargo de dos jóvenes suboficiales del operativo Sol, es decir los policías que se ocupaban de cuidar la seguridad en las rutas y que por lo tanto conocían poco de Pinamar. Había un patrullero cerca de la casa del empresario Oscar Andreani, donde Cabezas participaba de una fiesta, pero fue movido y no se dieron órdenes de reaccionar cuando se recibieron dos llamadas indicando que en los alrededores de Andreani estaba pasando algo raro. Había otro patrullero en una rotonda de Pinamar, pero no funcionaba y hay testigos de que segundos después del secuestro de Cabezas, por el lugar donde interceptaron al fotógrafo, pasó otro patrullero, casi verificando si el operativo se realizó sin inconvenientes.
A pesar de que nunca se hizo una investigación en serio de cuál de las dos mafias que actuaban en la Costa �la de Alfredo Yabrán y la Policía Bonaerense� fue la que verdaderamente dio la orden de matar al fotógrafo, lo cierto es que los abogados de la revista Noticias y de la hija de Cabezas, los doctores Norma Pepe y Oscar Pellícori, siempre insistieron en que Gómez debía estar detenido por cuanto eran claras las pruebas sobre la existencia de una zona liberada para cometer el crimen.
La Cámara de Apelaciones de Dolores fue la primera que revocó la eximición de prisión del ex comisario, pero éste presentó un recurso para que su caso fuera tratado en la Corte Suprema Provincial. Lo que ahora puso en marcha la detención es que la Cámara de Casación denegó el recurso, por lo cual quedó en el aire la excarcelación y, de inmediato, la policía judicial fue a buscarlo a su casa. 

 

 

opinion
Por Eduardo Macaluse*

Sobre el Pacto Federal

En los últimos años, bajo la presión de los organismos financieros internacionales y a fuerza de créditos, se impuso una concepción educativa economicista. Parten de la siguiente premisa falsa: �Los fondos destinados a la educación son suficientes, el problema es que están mal administrados�. Por eso proponen la �optimización de la gestión�, el recorte de gastos, la limitación de derechos, el papel del docente como reproductor y de los directores como gerentes, la creciente delegación del financiamiento de las escuelas en la comunidad y la introducción paulatina de la competencia y las leyes del mercado dentro del sector educativo. Después de diez años, los resultados de estas iniciativas, verificadas en fragmentación del sistema, las cifras de deserción escolar, y analfabetismo de adultos y la evaluación del conocimiento de alumnos, son elocuentes. Si se plantearon como objetivo la distribución igualitaria del conocimiento, fracasaron. Si se proponen adecuar el sistema educativo (de promoción social) al sistema económico (de exclusión social), son un peligro. Hay que cambiar el rumbo. El gobierno de la Alianza ha dado un gesto claro: resolvió en días lo que el gobierno anterior no resolvió en tres años. Otorgó garantía estatal al Fondo Docente reclamado desde la Carpa Blanca.
Ese paso debe acompañarse con políticas que afirmen la responsabilidad indelegable del Estado, de garantizar educación gratuita e igualitaria desde el ingreso al egreso para todos, la recuperación de lo pedagógico sobre lo económico, la valoración del docente como agente de cambio, la participación de la comunidad en las decisiones y no en el sostenimiento de las escuelas y la capacitación docente gratuita. En el borrador del Pacto Federal II hay propuestas que van en ese sentido: la extensión de la obligatoriedad a la escuela media y a toda la educación inicial, la eliminación de la figura del profesor taxi, la creación de la carrera docente. Hay otras que son reformas de segunda generación que exigen los economicistas: posibles limitaciones de derechos, instalación de la meritocracia, etc. En estos días se va a definir hacia dónde apunta el Pacto y sería bueno saber con qué se van a financiar las erogaciones que exigen las metas propuestas. Por eso el fiel de la balanza va a ser el presupuesto. Porque si no se aumenta anual y sostenidamente el presupuesto educativo, se corre el riesgo de que el Pacto Federal se financie restringiendo derechos docentes, condiciones de aprendizaje y/o delegando en la comunidad el sostenimiento de las escuelas.

* Diputado nacional Alianza-Frepaso.

 

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