Foquitos Eran las tres y media de la madrugada de ayer. Hacía una hora que había concluido la caliente sesión del Senado. El ministro Alberto Flamarique se había ido junto con Carlos �Chacho� Alvarez y el edificio estaba prácticamente vacío. Pero el tablero luminoso que indica la presencia en la casa de los senadores y autoridades de la Cámara tenía todavía algunos foquitos encendidos. Página/12 descubrió entonces con sorpresa que pertenecían a los seis senadores y al secretario del cuerpo que el panfleto anónimo describe como protagonistas del soborno. Había una octava luz prendida, era la de Jorge Villaverde, uno de los legisladores que denunció el affaire.
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