panorama economico
Por Julio Nudler

Christian Gruenberg, director de la ONG Transparencia Internacional para la Argentina, no quiere dejarse dominar por las apariencias. �Nuestro abordaje sistémico y organizacional �dice� nos impide pensar que por el solo hecho de que Fernando de la Rúa tenga buena imagen algo cambió desde el momento en que es gobierno.� Respecto del escándalo en el Senado ratifica su escepticismo: �Tampoco creemos que las cosas se arreglen porque Carlos �Chacho� Alvarez haga una buena movida política en base a esto. Detrás de todo hay un Estado que funciona básicamente igual que antes�. Y, sin embargo, es probable que la Argentina mejore algunos peldaños en el índice anual mundial que Transparencia dará a conocer dentro de veinte días, porque ese indicador mide percepciones de niveles de corrupción. En 1999 el país descendió al puesto 71 entre 99. 
�En términos de cómo se mueven los políticos, de cómo se realizan los acuerdos, los pactos, no ha cambiado nada �insiste Gruenberg�. Tampoco se hizo la reforma estructural que necesita un Estado como el argentino.� Su análisis es que la Alianza introdujo algunas modificaciones, pero en general más de forma que de fondo. �El Estado sigue funcionando como funcionaba hace dos años�, afirma. Y agrega estos puntos de vista y elementos de análisis: 
Sobre el presunto affaire de las coimas a senadores: �Si queda en una sospecha, el impacto sobre la opinión pública será muy negativo. Y si termina peor, tendremos por fin una prueba, que nunca logramos durante los diez años de menemismo, porque ellos operaban de otra forma. Pero está claro que entonces las cosas también se hacían de esta manera�.
Sobre el objeto específico de esta denuncia: �Relacionar algo así con la reforma laboral crea un cóctel terrible. Es tremendo que uno de los caballitos de batalla del Gobierno, la ley que debería promover el empleo, pueda haber sido negociada a través de coimas o de favores en el Senado. Si llegara a confirmarse, sería una de las peores variantes de corrupción�. 
Sobre los grados de corrupción: �Toda forma de corrupción es nefasta, pero ésta, junto con el financiamiento ilícito de las campañas, es de las peores. Si un empresario compra una bancada o a legisladores clave para la sanción de una ley es un hecho gravísimo, pero es aún peor la corrupción entre funcionarios públicos. No es igual la responsabilidad de Francisco Macri como empresario que la de Fernando de Santibañes como funcionario público�.
Sobre la actitud del vicepresidente: �Chacho está haciendo su propio juego, y me parece bien que lo haga. De no haber sido por él, esto no hubiera crecido. Mientras Alvarez ponía esta sospecha en la agenda pública, De la Rúa decía que estaba todo desmentido, que confiaba en sus hombres. Cuando esto arrancó, cuando el discurso oficial no era todavía homogéneo, de haberse impuesto el enfoque del Presidente no estaríamos hoy hablando del asunto. Con su maniobra, Chacho trata de mantener el valor diferencial del Frepaso, compuesto por un grupo de políticos que se autoadjudican transparencia, distinguiéndose de los partidos históricos. Pero ahora tienen que demostrarlo, porque si no al Frepaso le queda poca vida�.
Sobre qué debería cambiar en el poder: �Para intentar una verdadera reforma del Estado hace falta un pacto político, que en la Argentina no existe, entre las fuerzas mayoritarias, porque esa reforma deberá incluir cambios poco agradables para mucha gente, tan poco agradables como el ajuste. Por ejemplo, habría que seleccionar a los empleados públicos por sus méritos. Como hoy el 80 por ciento de la gente que está trabajando en el Estado ingresó por razones ajenas a su capacidad, deberían irse o al menos pasar por algún examen�. 
Sobre la utilidad de la Oficina Anticorrupción: �Las O.A. se han creado en los países periféricos para enviar señales positivas a Estados Unidos a Europa, a la OCDE. Pero en la Argentina su historia se inició con la Oficina de Etica Pública durante el menemismo, como producto del lobby estadounidense, eligiéndose el peor modelo posible, ya que se la hizo depender directamente del Presidente. La actual tiene muchísimo más rigor técnico, más profesionalismo e idoneidad. Así y todo, las O.A. que dieron mejor resultado en el mundo son las extrapoder, mientras que aquí depende ahora del Ministerio de Justicia. El jefe de Massoni es Gil Lavedra. De todos modos, desde hace un mes está tomando un nuevo rumbo, investigando al propio Poder Ejecutivo. Antes estaba siendo muy cuestionada porque parecía creada para investigar solamente a los menemistas. Muy importante es que la Oficina cuente con gente especialmente entrenada para investigar la corrupción, que no es un homicidio que deja un cuerpo sangrando. En general son maniobras sofisticadas, realizadas mediante procedimientos secretos. No hay muchos jueces o fiscales preparados para investigar esta clase de delitos�.
Sobre la financiación de la política: �Cuando empezamos a monitorear el financiamiento de las campañas electorales, nos preguntamos cómo hacerlo en un país como la Argentina, con una enorme evasión impositiva y donde los principales evasores son los grandes grupos económicos. ¿Qué sentido tendría auditar los balances de los partidos cuando el mercado negro es inconmensurable? Por eso decidimos monitorear insumos tangibles, que tienen un valor de mercado: el segundo en televisión, el minuto en radio, los centímetros en gráfica, los afiches en vía pública. El resultado desmintió claramente los presupuestos de campaña que confesaban los partidos�.
Sobre el presunto enriquecimiento ilícito de ciertos políticos: �No es fácil detectar el destino de una coima. En la Argentina es muy fácil guardar la plata negra y que nadie sepa dónde�. 
Sobre diferentes percepciones: �De la Rúa fue recibido en Estados Unidos y Europa como si fuera el salvador de una república bananera, pero tal vez los empresarios de esos países siguen sintiendo que cuando tienen que cerrar un negocio con la Argentina todo es igual que antes. De hecho, un componente fuerte del índice de Transparencia Internacional es la encuesta a los habitantes de cada país, y no olvidemos que en el último sondeo que hizo la ciudad de Buenos Aires, el 99 por ciento da a entender que, aunque De la Rúa sea más honesto, los políticos siguen siendo los mismos�.
En pocas semanas se despejará la incógnita. Para quien crea en sus conclusiones, el ranking de T.I. dirá si la Argentina ha empezado o no a moverse en la buena dirección.