Por Carlos Rodríguez
El robo a un banco de la localidad de El Talar de Pacheco, de donde se llevaron sólo 20 mil pesos, provocó el inusual despliegue de más de 200 efectivos de la Policía Bonaerense, secundados por cuatro helicópteros, que acorralaron y mataron a los tres delincuentes, quienes se habían refugiado en la villa �Parque Alvear�, en Los Polvorines. Antes de caer, los asaltantes �la policía dijo que contaban con un arsenal� se resistieron con ferocidad, mataron a un suboficial e hirieron, en dos de los casos de gravedad, a otros diez efectivos. Los ladrones, secundados sólo en el robo por otros miembros de la banda que lograron escapar, llegaron a la villa, situada a cinco kilómetros del banco, en una moto, dato que torna sorprendente que hayan podido cargar las dos armas largas, las tres pistolas y el revólver, todos de grueso calibre, que halló la policía en su poder. La moto no fue encontrada y algunas de las armas habrían estado en la casa donde se refugiaron, que sería un aguantadero.
El suceso comenzó cerca de las 12, en la sucursal de la Banca Nazionale del Lavoro ubicada en el cruce de la Ruta 197 y la colectora de la Panamericana, y el epílogo llegó tres horas después. En la sede bancaria, uno de los ladrones llevaba un FAL y los otros armas de puño. Uno se quedó en la puerta y sus socios saltaron con agilidad el mostrador y vaciaron dos de las cajas, según quedó registrado por las cámaras de seguridad de la entidad. Algunos testigos dijeron que había un automóvil, que sería un Ford Falcon, oficiando de apoyo, pero sus ocupantes y el vehículo no fueron localizados en el rastrillaje posterior.
Un patrullero de la comisaría de El Talar llegó al banco, alertado por la alarma, pero los asaltantes ya habían escapado. De inmediato se dio el aviso al Comando de Patrullas, lo que habría originado el impresionante despliegue de efectivos, denominado criteriosamente �Marea Azul�. La moto, con los tres ladrones encima, fue ubicada más tarde por un patrullero del Comando de San Miguel, que comenzó a perseguir a los sospechosos, internándose por las fangosas calles de la villa �Parque Alvear�, que vivió un mediodía de perros. En pocos minutos se congregaron cerca de 40 móviles, atestados de policías de uniforme y de civil.
El centro de atención era una casita precaria, de ladrillo de canto sin revocar, que cuando empezó la balacera se convirtió en queso Gruyère. Tampoco quedó en pie el almacén de al lado, que en medio de los tiros perdió hasta la balanza. Al parecer, antes de llegar a la casa, los delincuentes hirieron de muerte sobre el pecho, cerca de la garganta, justo sobrepasando el límite del chaleco antibalas, al sargento primero Julio Sánchez, quien dejó una viuda y dos hijas pequeñas. Eso incentivó el accionar policial, que hasta convocó a los Halcones, pero que finalmente no tomaron intervención.
Una fuente policial de gran experiencia, ajena al operativo, expresó su sorpresa por la presencia de tantos efectivos �por lo menos 200� para rodear una casa ya identificada, con delincuentes que no tenían ninguna posibilidad de escapar. Ni siquiera habían tomado rehenes, como confirmó el propio ministro de Seguridad, Ramón Verón, quien se presentó en el lugar, acompañado por el cuestionado jefe de la Bonaerense, comisario Eduardo Martínez, que en los últimos días presentó su renuncia al trascender que estuvo involucrado en una causa por torturas. Verón rechazó la renuncia. Ayer, los dos funcionarios avalaron juntos el procedimiento. �No tomaron rehenes porque la proximidad y el rápido accionar policial lo impidió�, sostuvo Verón, luego de aclarar que ningún vecino resultó herido.
Hernán Suazo, vocero de la fiscalía de San Martín que intervino en el caso, informó que es �muy grave� el estado de dos de los policías heridos. Se trata del sargento José Medina, internado en la sala de terapia intensiva del Hospital Churruca de la Capital Federal, y de otro sargento de apellido Molina. Los otros heridos son el sargento primero José Quintana, el sargento Carlos Borraz, el sargento Rubén López, los cabosJosé Giovanni y Mario Ayala, el cabo primero Lavagna y otros dos policías identificados como Daniel Beltrame y como el comisario inspector Rubén Cabrera.
Según la información suministrada por Suazo, quien la recibió del fiscal Mario Marini, notificado a su vez por la policía, en la casa acribillada encontraron un FAL con dos cargadores, una pistola 9 milímetros, otra de igual calibre marca Taurus, una pistola calibre 11,25 y una ametralladora de caño recortado PAM. En ese domicilio fueron encontrados dos de los delincuentes muertos. El tercero apareció a unos 80 metros, en otra casa precaria. Ese asaltante llevaba consigo un revólver calibre 38. De acuerdo con la versión policial, las dos viviendas estaban abandonadas, aunque ambas estaban cerradas con puertas y rejas que tenían buen estado de mantenimiento, dentro de las carencias propias de un barrio humilde.
Llamó la atención que no se encontrara la moto en la cual los delincuentes llegaron hasta el último refugio, serpenteando por las callecitas de la villa. Ninguno de los delincuentes había sido identificado anoche, aunque fuentes policiales anticiparon que uno de ellos estuvo preso cumpliendo una condena de ocho años por robo calificado. En la casa acribillada �había decenas de agujeros hasta en las paredes de ladrillo� fue detenida una persona que sería ajena a los sucesos, pero que tiene relación familiar con uno de los delincuentes muertos. El demorado sería interrogado hoy y se presume que quedaría en libertad. Las fuentes policiales ajenas al caso recordaron que hacía mucho tiempo que no había un robo de banco, de estas características, en el Gran Buenos Aires.
Ruckauf y las villas
El gobernador de Buenos Aires, Carlos Ruckauf, se manifestó conforme con el accionar de la policía. Dijo que el hecho de haber ingresado a una villa de emergencia pone de manifiesto que �no habrá ningún lugar donde no entre la fuerza de la ley�. Ruckauf elogió la efectividad del operativo y lamentó las bajas sufridas por el personal policial, al dialogar con los periodistas cuando se retiraba de la residencia de Olivos, luego de almorzar con el presidente Fernando de la Rúa.
Sobre el enfrentamiento dijo que es �uno de los más duros que hemos tenido porque pretendieron refugiarse en una villa de emergencia y yo ya he dicho que no va a haber ningún lugar donde la fuerza de la ley no entre en mi provincia�. Ruckauf había seguido pasado a paso el operativo, comunicándose vía teléfono celular con su ministro de Seguridad, el comisario Ramón Verón.
También hizo declaraciones el jefe de la Bonaerense, Eduardo Martínez, quien dijo que entre los policías heridos hay una joven oficial. Confirmó también que se está buscando �a los ocupantes de un automóvil� que habría servido de apoyo a los delincuentes. �El caso tiene todavía algunos interrogantes que deben ser aclarados�, concluyó Martínez. |
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