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JAVIER TIZADO, EL HOMBRE DE TECHINT QUE COMANDARA INDUSTRIA
Retorno de Machinea al primer amor

Acosado por una crisis lenta y melancólica, el ministro de Economía se acordó del Grupo de los Rocca para encontrar la figura de reemplazo para Débora Giorgi, sentenciada por los brasileños. Tizado llega a un organismo sospechado de corrupción, la misma sombra que acecha al flamante secretario Pyme, Guillermo Busso, por el affaire Madanes-Maestro.

Javier Tizado, nuevo secretario de Industria y Comercio Exterior.
Metió a Techint en negocios que le están causando muchas pérdidas.


Por Julio Nudler

t.gif (862 bytes) ¿José Luis Machinea desplazó de su puesto a una secretaria de Estado, Débora Giorgi, porque hizo demasiado bien su trabajo, y colocó en su lugar a un alto ejecutivo, Javier Tizado, que le causó fuertes pérdidas a Techint con las inversiones que indujo? Este es el extraño juego de premios y castigos que intriga a los analistas cuando tratan de encontrarles la lógica a los flamantes cambios en el equipo económico, anunciados anteayer. Presiones para desplazar a Giorgi de la Secretaría de Industria había muchas, pero la de Brasil fue la decisiva. Los negociadores brasileños estaban indignados con ella porque sentían que los había pasado, tanto por haber infiltrado en el acuerdo automotor binacional a la maquinaria agrícola y vial, como por la lectura (probablemente correcta) que ella hacía del contenido nacional en partes y piezas automotrices, que convertía la convenida integración del 30 por ciento en otra cercana al 50 (lo cual favorecía a los autopartistas y, por carácter transitivo, a la propia Techint). A su vez, la absorción de la venezolana y faraónica Siderúrgica del Orinoco, empujada por Tizado, resultó un pésimo negocio, obligando al grupo de los Rocca a compensar esos quebrantos con sobreprecios para la chapa en la Argentina, lo cual a su vez los fuerza a reasegurarse la cautividad del mercado nacional.
Pese a esto, parecería un error �según advierten algunas fuentes� separar a Tizado de Techint. Había desde tiempo atrás indicios de que este conglomerado le veía �y deseaba� poca vida a Giorgi en Industria. En la Cámara de Exportadores (CERA), una de las varias entidades patronales que integran el vasto poder de lobby del grupo ítaloargentino, se hablaba abiertamente de su salida. Mientras tanto, la Unión Industrial Argentina se mantenía distante de la funcionaria, a la que parecía culpar por la recesión y otros males que afectan a las fábricas. En todo caso, la economista de la consultora Alpha no se esmeró en tejer alianzas con los empresarios y, en su aislamiento, concentró su poder de convicción en Fernando de la Rúa. A la postre, el aprecio del Presidente no le permitió durar en el cargo, pero sí sobrevivir en el gabinete económico, pasando a Energía y Minería. Bajo la presión brasileña, Machinea sacrificó a Giorgi, pero poniendo en su lugar a una figura de parecidas ideas, aunque de connotaciones muy diferentes. 
Diversos testimonios empresarios indican que uno de los trabajos que Giorgi no llegó a ejecutar fue el de combatir la corrupción administrativa en la Secretaría de Industria, donde hasta hoy se seguirían cobrando peajes para permitir el paso de muchos trámites. Ella prometía erradicar a los corruptos, pero pedía tiempo para hacerlo como si le faltaran fuerzas, sin comprender quizás hasta qué punto esa cuestión irresuelta debilitaba su gestión. Para algunos habitués del feo edificio de la Diagonal Sur, varias decisiones de la secretaria quedaban bloqueadas en otros escritorios línea abajo, cuyos ocupantes habrían sido incentivados por intereses locales o, frecuentemente, brasileños. La corrupción, según los conocedores, cruza las fronteras del Mercosur con tanta facilidad como las vacas paraguayas.
El aterrizaje de Tizado en el organismo amenaza con escorarlo peligrosamente. �La Secretaría de Industria fue siempre 50 por ciento Techint, 50 por ciento Adefa (cámara de las automotrices)�, dice un amplio conocedor del asunto. Y añade que allí todo el mundo sabe qué funcionarios responden a los Rocca y quiénes a las terminales. Al titular entrante tampoco le será fácil galvanizar la voluntad de los industriales, porque es tradición que todo fabricante argentino necesitado de acero vocifere contra la manera en que Techint maneja los precios. Además, no será un hombre de este origen quien vaya a resolver el histórico conflicto entre la �trenza� de los autos y la trenza del acero, los dos sectores más protegidos del espectro industrial argentino. Las mismas cuestiones provocarán cortocircuitos en la interna de la UIA, donde algunos aplaudirán a Machinea por su movida, pero otros tantos lo reprobarán. De todas formas, la cúpula de la entidad prefirió ayer manifestarse muy satisfecha por el encumbramiento de Tizado. El beneplácito de la Cámara Argentina de la Construcción fue a su vez diplomáticamente expresado por Gregorio Chodos, para evitar que lo hiciera otro hombre de Techint. 
El desplazamiento de Guillermo Rozenwurcel, un economista muy próximo a Machinea, y su reemplazo por Guillermo Busso (ambos compartieron ayer un cafecito en Bariloche) marca claramente la gravitación de Chrystian Colombo, el presidente del Banco Nación. Este mostró mucho disgusto cuando algunas versiones lo sugerían como sucesor para Economía, pero lo cierto es que De la Rúa lo consulta cada vez más. Busso, que llegó al directorio del BNA de la mano de Colombo, y que es uno de sus hombres de mayor confianza, va a asumir la Secretaría Pyme con la sombra de una causa judicial alargándose hacia él. Como alto ejecutivo del grupo Madanes, y ligado en particular a Javier Madanes Quintanilla, Busso no era solamente director de Aluar sino también vicepresidente de Argemofin y presidente de Argenbur, dos firmas denunciadas por haber financiado a la provincia de Chubut durante los dos mandatos del radical Carlos Maestro en condiciones ruinosas para el gobierno de Rawson. A todo esto, la Secretaría Pyme tiene la particularidad de carecer virtualmente de presupuesto y manejarse con contratados que cobran en base a créditos externos, que obviamente incrementan la deuda pública. Para algunos expertos, el organismo terminará siendo absorbido dentro de la estructura del Banco Nación.
En otra expresión de la pesada atmósfera que se respira en el Gobierno, Rodolfo Terragno reaccionó ayer al desplazamiento de su protegido Daniel Montamat, colocándolo al frente de su equipo de asesores económicos. En las dos páginas que el jefe de Gabinete distribuyó a la prensa se habla mucho de la futura política energética, pero sin mencionar ni una sola vez a Giorgi que, a todo esto, se ocupará de esa cuestión en el equipo de Machinea. Muy por el contrario, Terragno se hace decir a sí mismo en su comunicado que la nueva responsabilidad de Montamat �será una garantía para el Ministerio de Economía, dado que él ha trabajado muy bien con José Luis (sic), que sabe de su competencia, corrección y lealtad�. Lacónicamente, Terragno expresa que �la designación de Tizado en Industria prueba que el Gobierno quiere impulsar la economía real�. 
Deseoso de mostrar que jugó un papel activo en la reestructuración del elenco económico (el propio Montamat se mostraba el viernes convencido de lo contrario), se autorreportea en su comunicado oficial: �Terragno recordó que, en su exposición ante la Cámara de Diputados, el jueves pasado (24), dio �pistas de lo que se venía�, pero que pasaron inadvertidas porque la opinión pública estaba concentrada en el escándalo del Senado y prestó poca atención a las �definiciones económicas� que el propio Terragno hizo en su mensaje... Distinguió en esa oportunidad entre política financiera y política económica...� El parte de ayer no rescata, sin embargo, una de las afirmaciones más picantes de aquel mensaje: �... Ya no es posible comprar voluntades otorgando favores pagados por el Estado� que es, precisamente, lo que se sospecha ocurrió con la reforma laboral. 
Además de colocar a Tizado en Industria, el hombre de Techint en la Cámara Argentina de la Construcción, Eduardo Baglietto, vino apoyando abiertamente al ministro de Infraestructura, Nicolás Gallo, y empujando su plan de obras públicas, cuyo corazón es un fondo fiduciario a constituir con activos puestos por el Estado. De hecho, el plan de Gallo es hoy la única esperanza que la constructora de los Rocca tiene de escapar a los números rojos. Después de dos años largos de crisis, la situación ha llegado a ser todo lo peligrosa que hacía falta para que el mayor grupo industrial de la Argentina tomara la arriesgada decisión de colocar hombres suyos en el casillero gubernamental.
No menos audaz (o desesperada) fue la jugada de Machinea, entendida por muchos como una fuga hacia adelante. Siendo su mayor desafío a las usinas ultraliberales, que ya han comenzado a presagiar el cierre de la economía y otros espantos, envía una señal �productiva� al interior de la Alianza e incluso al peronismo. De todas formas, el corsé de la convertibilidad lo apretará a Tizado por lo menos tanto como a Giorgi, que es más delgada.

 

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