Por
Diego Schurman
Al pasar por al lado, Alberto Flamarique no pudo contenerse.
--Esto es un invento tuyo --lo encrespó, destilando bronca.
Hugo Moyano lo miró de soslayo, y le devolvió la gentileza.
--Chau José Banelco.
El enfrentamiento no es nuevo. Pero se profundizó luego de que
el ministro negó en el Congreso la autoría de la frase "para
los senadores tengo la Banelco". Por eso, el líder de la CGT
rebelde volverá a la carga mañana con un plenario de secretarios
generales que condenará la actitud del funcionario y pedirá
la nulidad de la ley de reforma laboral por aprobarse en medio de sospechas
de compras de votos.
La ironía de Moyano se escuchó en un corte de "Hora
Clave". Y fue suficiente para transformar el semblante de Flamarique.
Un colaborador del ministro debió intervenir para poner punto final
a la conversación.
El sindicalista fue el primero en poner en boca del funcionario la frase
de la Banelco. Flamarique siempre negó su autoría y hasta
envió una carta personal a los senadores para aclarar el tema.
Es más, consideró que las acusaciones en su contra responden
a los intereses "políticos" del jefe de la CGT Moyano.
"En esa reunión hubieron varios participantes, de uno y otro
sector político, y el único que sostiene esto es el señor
Moyano. Yo lo he aclarado muchas veces, yo no dije esa frase", aseguró
Flamarique a mitad de semana.
En verdad, Moyano no fue el único que reprodujo y confirmó
la frase. En el último programa de Grondona también hicieron
lo propio Juan Manuel Palacios, Jorge Viviani y Saúl Ubaldini,
los otros sindicalistas que en marzo compartieron la comida con Flamarique
en la Federación de Obras Sanitarias. El único que tras
los sospechas de compra de votos no abrió la boca fue el dueño
de casa, el menemista Rubén Pereyra.
De todos los testigos, Pereyra es el que mantiene la mejor relación
con el Gobierno en general y con Flamarique y Fernando de la Rúa
en particular. Cuando invitó a cenar al ministro, el sindicalista
mostraba cierta autonomía de las dos CGT. Hoy es parte de la conducción
de la central oficial --la opuesta a la de Moyano-- y la que Flamarique
privilegia para el diálogo.
En las cercanías del funcionario aseguran que Pereyra, en privado,
nunca reconoció la frase ni que tampoco lo hará. Es más,
dicen tener cintas con grabaciones donde Ubaldini dice no haber escuchado
lo que Moyano gritó en marzo ante la comisión de Legislación
Laboral.
En televisión, hace menos de cinco días, Ubaldini y Viviani
fueron categóricos al atribuir la frase de la Banelco a Flamarique.
Lo mismo sucedió con Palacios. "En aquel momento ignorábamos
la trascendencia y las implicancias que podía tener. Pero en esa
reunión que tuvimos en Fentos (Federación de Obras Sanitarias),
cuando le dijimos que el Senado con la mayoría del PJ no iba aprobar
la ley, Flamarique nos miró con una sonrisa y nos dijo: "Para
los senadores tengo la Banelco", dijo a Página/12.
La trascendencia que alcanzó el tema llevó al fiscal federal
Eduardo Freiler a solicitar al juez federal Carlos Liporaci que convoque
a una declaración testimonial a Moyano y Palacios. Este último
irá a Tribunales la próxima semana.
--En la Justicia voy a decir lo que le estoy diciendo a usted --señaló
el jefe de los colectiveros a este diario.
A la carga
Moyano no quiere que el tema se diluya. Y antes que sus compañeros
recorran el despacho del juez, hará una demostración de
fuerza. Para hoy ya agendó un encuentro del consejo directivo.
Y para mañana llamó a un plenario de secretarios generales
de la CGT rebelde, que condenará la actitud de Flamarique y ratificará
los dichos de su jefe.
En el encuentro seguramente se volverá sobre dos temas olvidados
con el paso del tiempo y que recordaron en estos días el prosecretario
general de la CGT, Juan Carlos Schmid, y el asesor legal de la central,
Héctor Recalde.
La "indisimulable relación"
entre la represión a los sindicalistas en vísperas de la
aprobación de la reforma laboral y los supuestos favores a los
senadores que la votaron.
El "silencio cómplice"
en el Congreso cuando Diputados cajoneó un
partida de 100 millones de pesos destinados a planes Trabajar que había
aprobado el Senado para las provincias a cambio de la sanción de
la reforma laboral.
Moyano ya dio su versión de los hechos ante dos representantes
de la Oficina Anticorrupción que lo visitaron en su gremio. Y aguarda
con expectativa la declaración que hará hoy Antonio Cafiero
ante la Justicia.
El senador había sugerido al diario La Nación la posibilidad
de iniciar un juicio político contra Flamarique, aunque se preocupó
en no mencionarlo. Moyano, en un reportaje a Página/12, fue un
paso más allá y pidió la renuncia del funcionario
sin ningún trámite intermedio.
"Después de todo lo que ha ocurrido antes, durante y después
de la aprobación de la reforma laboral, el ministro de Trabajo
debería dejar el cargo", aseguró.
Flamarique tampoco se quedará quieto. Ya demostró cintura
política para enfrentar a los senadores en el Congreso y ponerlos
en el intríngulis de autoincriminarse cuando preguntó a
viva voz si habían recibido algún dinero del Gobierno. Las
felicitaciones que recibió por haber puesto la cara cuando estaba
en el ojo de la tormenta lo envalentonaron. Por eso tiene pensado concurrir
hoy mismo al despacho del juez Liporaci para declarar espontáneamente,
pese a que su citación está prevista recién para
la próxima semana.
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