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LA TITULAR DEL CONSEJO DEL MENOR HABLA DE LAS TORTURAS A CHICOS
“Queremos que el CELS nos ayude”

Lima consideró las torturas denunciadas como �un hecho muy grave�. Ruckauf ordenó que Martínez se ponga a disposición del juez.

Por C.R.

t.gif (862 bytes)  “Lo que decidimos es pedir la colaboración del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) para que nos ayude a controlar la situación”, anunció a Página/12 la interventora en el Consejo Provincial del Menor, Irma Lima, refiriéndose a la nota publicada por este diario respecto de que se triplicaron las denuncias sobre torturas a chicos en las comisarías de la zona norte del Gran Buenos Aires. Por su parte, el gobernador Carlos Ruckauf le pidió públicamente al virtual jefe de la Bonaerense, Eduardo Martínez, denunciado a su vez por otro caso de torturas ocurrido hace dos décadas en la misma zona, que “se ponga a disposición del juez que sea pertinente” para responder por las nuevas acusaciones contra personal policial que se conocieron a partir del artículo publicado ayer. Los datos proporcionados por el asesor de menores de San Isidro, Carlos Eduardo Bigalli, citados en la nota, precisaron que en los primeros siete meses de 2000 hubo 159 denuncias, lo que significa 22,71 casos por mes.
La doctora Lima, que como jueza de menores denunció más de una vez hechos similares, reconoció ayer que “la primera situación grave, eterna, que lamentablemente no podemos darle solución inmediata, es la presencia de menores en las comisarías”. En diálogo con este diario, la interventora en el Consejo Provincial del Menor precisó que cuando asumió el cargo, en junio pasado, “había 150 chicos en comisarías y a pesar de los esfuerzos realizados todavía quedan 114”. Sobre la tétrica estadística confeccionada por Bigalli, sostuvo: “No me caben dudas sobre la veracidad de los datos publicados por (Horacio) Verbitsky”. De todos modos aclaró que ella, en el Consejo, no recibió “ninguna denuncia de San Isidro y sí algunas del partido de La Matanza, en donde ordenamos una investigación”.
Estimó que “es difícil que los jóvenes se animen a denunciar casos de torturas o malos tratos” y por eso tal vez “no hay denuncias generalizadas en toda la provincia”. Comentó que algunas veces “la policía produce detenciones de menores y ni siquiera se le da intervención al juez, de manera que mal podrían hacer las denuncias”. Precisó que esto suele suceder “cuando hay detenidos en los partidos de fútbol”.
Respecto de lo ocurrido en San Isidro, se mostró un tanto sorprendida porque desde que asumió dice haber impartido directivas a las delegaciones del Consejo “para que realicen un control diario en los lugares de detención donde hay menores, para saber si están bien atendidos, si reciben comida y atención médica adecuada”.
Ante la publicación de la nota en Página/12 resolvió pedir un informe a la delegación San Isidro y tomar contacto directo con el CELS “para lograr información, asesoramiento y ayuda directa para buscar una solución a los problemas denunciados”. Una de las precisiones que quiere tener es “cuántos casos ocurrieron desde junio, cuando comenzó mi gestión, porque a mí no me llegó ninguna denuncia concreta”.
Sobre la situación de los 114 chicos que siguen en comisarías, dijo que “se ha podido avanzar en la reducción del tiempo en esos lugares, dado que ahora ninguno pasa de los 90 días y apenas hubo dos casos de más de cien días, cuando antes solían estar años”. De todos modos, insistió en que no duda acerca de la veracidad de los datos señalados en el artículo periodístico y coincidió en que “es un hecho muy grave que hay que solucionar de inmediato”.
Por su parte, el gobernador Ruckauf dijo que le había pedido al denunciado jefe de la Bonaerense, Eduardo Martínez, “que se ponga a disposición del juez que sea pertinente, al igual que todo el personal que sea denunciado”. Y puntualizó al respecto: “Yo no quiero que existan torturas” en la provincia de Buenos Aires, aunque el CELS ya había denunciado que uno de cada cinco detenidos, entre los mayores de edad, son torturados en las comisarías bonaerenses. A pesar de los datos que indican lo contrario, Ruckauf sostuvo: “Creo que se ha modificado muchísimo el accionar policial y que se ha logrado detener a mucha gente que cometía ilícitos denunciados por la propia policía”.

Más delitos, más sumarios

En 1999 se abrieron en total 2328 sumarios a policías, a un promedio de 194 por mes, mientras que en lo que va de este año ya se superó ese número y el promedio mensual es de 293 sumarios mensuales, es decir un 50 por ciento más. La cartera de Seguridad provincial, que dio a conocer estas cifras, reconoció también que aumentaron los pases a disponibilidad de policías sospechados de estar implicados en ilícitos o de cometer irregularidades en su accionar. En los primeros ocho meses del año 2000, 191 agentes fueron pasados a disponibilidad preventiva, mientras que a lo largo de todo el año pasado 223 corrieron la misma suerte. Un total de 36 sumarios fueron ya elevados al Tribunal de Etica, 12 más de los que pasaron a estudio en todo 1999. Las faltas más graves por las que se investiga a los policías son apremios ilegales y extorsiones, aunque también abundan violaciones, tenencia y consumo de drogas, malversación de caudales e irregularidades con el manejo de las horas de vigilancia adicional.

 

 

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