Por Raúl Kollmann
�No le pusimos obstáculos ni le dimos un certificado de calidad.� Así calificaba ayer un legislador el paso del ex prosecretario de la causa AMIA, Claudio Lifchitz, por la Comisión Bicameral de Seguimiento de la Investigación de los Atentados. Lifchitz sostiene que la SIDE encubrió el atentado, que ocultó pruebas, acusa al juez de armar testigos e incluso dice que le mostró fotos a un detenido para que después hiciera un reconocimiento. Tal vez lo más trascendente de la declaración de ayer fue que Lifchitz sugirió que efectivamente hubo un pago al principal detenido de la causa, Carlos Telleldín �se dice que fueron 400.000 pesos�, pero no especificó si el dinero fue entregado por la SIDE o directamente por el propio juez. Tras su larga declaración de tres horas, algunos legisladores consideraron que lo que dice Lifchitz es completamente cierto, otros creen que todo es mentira y la mayoría concluyó en que hay una mezcla de verdades y mentiras.
Para el juzgado y los investigadores, el ex prosecretario no es creíble en lo más mínimo. Lifchitz era un abogado que trabajaba para la Policía Federal y en ese carácter colaboró inicialmente con el juez Galeano. Después, en 1995, el magistrado lo incorporó a su juzgado y actuó como prosecretario hasta 1997. El ex funcionario argumenta que se fue porque vio las irregularidades en la investigación; los investigadores, en cambio, argumentan que se fue por problemas psicológicos y fundamentalmente porque estuvo relacionado con la desaparición de un video que después apareció en manos del ex comisario Juan José Ribelli, otro de los imputados en la causa. Lifchitz se defiende y contraataca: �Es mentira que me robé el video. El juez Galeano lo llevó a la SIDE y fueron los de contrainteligencia de la SIDE los que hicieron una copia y se la dieron a Ribelli�.
Ante los diputados Carlos Soria, Melchor Cruchaga, Cristina Fernández de Kirchner y Juan Pablo Cafiero, el ex prosecretario se despachó a gusto. Estos son algunos de los temas que desarrolló:
Ratificó lo dicho ante Página/12, es decir que el juzgado le mostró varias fotos de policías al principal imputado en la causa, Carlos Telleldín, antes de que éste hiciera un reconocimiento de los uniformados, señalándolos como las personas a quienes les entregó la Trafic que después se usó como coche bomba. Lifchitz dijo �como lo hizo ante este diario� que hay un video en el que se registró ese encuentro entre el juez y Telleldín, pero ayer agregó que cree que ese video fue quemado por el juzgado.
Volvió a señalar que la SIDE escondió una voluminosa investigación sobre un iraní �Mortezayán Rohollah� que se alojó en el Hotel de las Américas en la fecha del atentado. Consta en la causa judicial que efectivamente la SIDE retuvo la documentación, pero lo cierto es que Aerolíneas Argentinas informó que Mortezayán fue enviado a ese hotel por la compañía aérea debido a que no pudo viajar por problemas en un avión (ver el facsímil del voucher). Es decir que no se trataba de un terrorista, sino de un pasajero alojado allí por Aerolíneas. Al mismo tiempo, el Ministerio del Interior de Uruguay informó que Mortezayán vive en ese país, hizo legalmente los trámites de nacionalización y es un ciudadano conocido y sin sospecha.
Aunque el tema no se tocó a fondo, Lifchitz sugirió que hubo un pago de dinero a Telleldín antes de hacer su declaración clave, en la que imputó a los policías. El juez desmiente rotundamente ese pago, en tanto que Telleldín dice que sí recibió dinero como parte del pago de la recompensa.
Después de tres horas de preguntas y respuestas, los legisladores se quedaron con impresiones contradictorias. Algunas de las cosas señaladaspor Lifchitz parecen ser ciertas e incluso constan en el expediente. Hay otras pistas de las que habla el ex prosecretario que sí fueron investigadas y que se llegó a la conclusión de que los individuos no tenían relación con el atentado. Hay un tercer grupo de denuncias de Lifchitz, sobre todo de irregularidades del juez y la SIDE, que los legisladores quedaron en profundizar.
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