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 Con una coincidencia más cercana al cálculo que al azar, la ETA se cobró ayer, de 12 balazos, a la víctima número 12ª en lo que va del año. A nueve días de su último atentado, en el que murieron dos efectivos de la Guardia Civil, el objetivo etarra fue el concejal del Partido Popular (PP, en el gobierno de Madrid) de la localidad vasca de Zumárraga, Manuel Indiano Azaustre, quien murió ayer después de que una lluvia de balazos lo dejara tirado en la vereda frente a la confitería de la que era dueño. La ETA volvió a dejar en claro que encontró un ritmo parejo, constante, casi programado, con el que salió en diciembre de una tregua de 14 meses para arremeter contra todo tipo de representantes del arco nacional español. Pero que, indudablemente, tiene en el PP al blanco perfecto para hacer sangrar el corazón �centralista� madrileño. Pasadas las 10 de la mañana, Azaustre entró al Hospital de Zumárraga (pueblo cercano a San Sebastián) con un �paro cardiorrespiratorio y múltiples orificios de bala en abdomen y tórax�. Poco minutos después fallecía y quien ingresaba al lugar era su esposa, embarazada de siete meses y en estado de �fuerte shock emocional�. El concejal había tenido una escolta personal puesta por el PP hasta hace pocos meses, pero le fue retirada a pedido suyo porque se sentía �incómodo� con esa protección. Desde que puso fin unilateralmente a la tregua armada de 14 meses en diciembre del año pasado, ETA asesinó a 12 personas. Los concejales del PP parecen ser uno de los blancos favoritos; tanto por la inflexibilidad hacia la ETA, de la que hace gala el jefe del gobierno español y líder del partido, José María Aznar, como por ser el partido que representa los intereses nacionales en contra de las ambiciones independentistas vascas. Desde Polonia, Aznar advirtió que �no hay ningún espacio intermedio entre libertad y tiranía, entre democracia y opresión�. La otra pata del frente nacional, el Partido Socialista, volvió a exigir un gesto político al Partido Nacionalista Vasco (PNV). El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, pidió al jefe del gobierno vasco (�lehendakari�), Juan José Ibarretxe, que muestre signos �inequívocos, claros y contundentes� de que cortarán polea con los etarras y sus expresiones política (Herri Batasuna, HB) y electoral (Euskal Herritarrok, EH). La ruptura de la tregua �durante la cual ETA parece haber aprovechado para rearmarse y refinanciarse� desató la peor ofensiva terrorista de los últimos años, y en ese contexto los partidos nacionales (el PSOE y el PP a la cabeza) exigieron al PNV que rompa relaciones con la ETA a través de una condena clara e inequívoca. Acosado por la presión política y popular (este año se vivieron las manifestaciones pacíficas antietarras más multitudinarias en mucho tiempo), el PNV comenzó a dar señales de condena más explícitas. Ayer, el lehendakari Ibarretxe declaró que ETA �demuestra ser una máquina que provoca horror, porque no respeta los derechos humanos ni la palabra de la sociedad vasca�. �ETA ha vuelto a hacer lo único que sabe: asesinar, porque está contra todos nosotros y contra la sociedad vasca. ETA mata, pero no es verdad que tenga más poder, sino que está cada vez más aislada y sola.� Euskal Herritarrok, en cambio, �lamentó� la muerte pero dio el giro acostumbrado hacia la justificación del atentado, que es resultado de �la negación de la naturaleza política del propio conflicto (vasco)� y de �la estrategia basada en la represión y la imposición (española)�.
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