Clinton llegó, tocó y se fue de Colombia; y en esas nueve horas todo confluyó oportunamente para dejar (muy) a la vista la magnitud de la cooperación militar entre ambos países. Cartagena �una ciudad colonial y turística, declarada patrimonio de la humanidad y ajena a los habituales combates del país� amaneció cercada por miles de efectivos colombianos y norteamericanos para custodiar al presidente norteamericano y su comitiva. Mientras su par, Andrés Pastrana, lo guiaba por las calles empedradas de la ciudad en un tour que incluyó diferentes exponentes de la lucha antidrogas y el hallazgo de un �artefacto� de supuesto origen guerrillero, el resto de Colombia cumplió la rutina diaria de enfrentamientos, muertes y secuestros (ver nota aparte). En Bogotá, miles de estudiantes manifestaron frente a la Universidad Nacional en contra de la visita de Clinton. El saldo del choque con la policía fue 10 detenidos y un efectivo muerto. Como remate de la visita relámpago, diversas fuentes adelantaron que Washington enviará un general a Colombia para supervisar la ayuda militar.
En el marco del Plan Colombia denunciado ayer como �intervencionista� e �imperialista� por las FARC, Estados Unidos extendería su participación militar en Colombia a través de un general, el único destinado a un país sudamericano. El Miami Herald reveló ayer que el general de brigada Keith Huber, director de operaciones del Comando Sur de Estados Unidos en Miami �desde donde se supervisan las operaciones militares en América latina y el Caribe� llegaría a Bogotá en setiembre para controlar la aplicación del aporte estadounidense al Plan Colombia. Huber fue jefe de operaciones en El Salvador en 1987, en la Guerra del Golfo, y en Haití en 1995. En reacción a esa intervención rubricada personalmente ayer por Clinton, estudiantes y trabajadores marcharon frente a la embajada norteamericana en Bogotá haciendo ondear una bandera de Estados Unidos con calaveras al grito de �Gringos go home� y �El imperialismo fuera de Colombia�. Además quemaron una bandera estadounidense y un muñeco mientras cantaban el himno de la Internacional Socialista y gritaban �Fuera Clinton de Colombia�.
En Cartagena, aun siendo una ciudad sitiada, también hubo incidentes. �Las dos personas detenidas pertenecen al frente 37 de las FARC. Estaban armando la bomba para causar pánico, pero no considerable daño, y solamente les faltaba poner el detonador�, comunicó la policía local después de interceptar a los presuntos guerrilleros cerca de la Casa de la Justicia, un centro de administración de justicia comunitaria que más tarde fue inaugurado por Pastrana y Clinton.
Clinton llegó a Cartagena junto a la secretaria de Estado, Madeleine Albright, el zar antidrogas Barry McCaffrey, la fiscal general Janet Reno, y una decena de congresistas encabezados por el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Dennis Hastert. Para quitar formalidad a un viaje que no tenía nada de pintoresco o casual, el presidente bajó del avión de la mano de su hija Chelsea, luciendo un aspecto inusual: camisa a rayas y sin corbata. Pastrana, a tono con una camisa rosa de manga corta, cuello abierto y también sin corbata, lo recibió con un abrazo y un ramo de flores locales entregadas por su hija Valentina.
La ciudad, adornada con cientos de pañuelos blancos y banderas de Colombia y Estados Unidos, lucía impecable, con las calles y fachadas recién pintadas. �¡Viva el presidente Clinton!�, gritaban algunos cartageneros. Otros, igual de entusiastas, explicaban el motivo: �Ojalá viniera cada dos meses, porque por fin nos arreglaron las calles, pintaron las casas e iluminaron zonas que estaban a oscuras desde hace meses�. Clinton se desplazó en una limusina blindada desde el aeropuerto Rafael Núñez a la Sociedad Portuaria, donde las autoridades militares y policiales le expusieron los resultados de los esfuerzos en la lucha contra el narcotráfico. Allí, para seguir con el estilo casual del encuentro, Clinton alzó a Darly, una perra de la Policía antidrogas considerada una �heroína� gracias a los servicios prestados por su hocico. Flanqueado por el ministro de Defensa, Luis Fernando Ramírez, el jefe de la Policía Nacional general Luis Gilibert y el comandante de las Fuerzas Militares, general Fernando Tapias, el presidente Pastrana presentó a Clinton un informe sobre el estado de la lucha antinarcóticos, en el que señala que �Colombia debe triplicar sus esfuerzos en la lucha antidrogas en el menor tiempo posible y combatir aún más, de manera paralela, a los grupos guerrilleros izquierdistas y paramilitares de extrema derecha, que cada vez obtienen mayores recursos producto del tráfico de drogas�. Las autoridades explicaron que las 30.000 personas �al margen de la ley� constituyen una �amenaza terrorista potencial� por la que �la fuerza pública se ve enfrentada a cuatro actores: autodefensas (paramilitares), guerrilla, narcotráfico y delincuencia común�.
Antes de su llegada, y en un gesto inusual, las principales estaciones nacionales de televisión y radio habían transmitido un mensaje en el que Clinton aseguraba conocer bien la situación en Colombia. En un dudoso pero apropiado español, se atrevió a citar estrofas del himno colombiano y referencias de la cultura popular: �Ahora comprendo por qué Gabo �Gabriel García Márquez, su �amigo�� dice que escribir este libro fue la tarea más triste y difícil de su vida. Pero Colombia no debe enfrentar cien años de soledad, sino cien años de colaboración por la paz y la prosperidad�. �Dios los bendiga�, se despidió en su mensaje inicial, que continuó por la tarde en la conferencia de prensa que dio junto a Pastrana. El presidente colombiano reiteró entonces que �mientras yo sea presidente no habrá intervención militar extranjera en Colombia�.
Las palabras de Clinton que pusieron fin a su primera visita al país también fueron un �llamado personal a respaldar al Plan Colombia�: �Nuestro plan es antidrogas y a favor de la paz. No es Vietnam ni imperialismo yanqui. Sabemos que hay países que temen que el problema desborde las fronteras�. Pero para todo hay solución: �Tenemos fondos que pueden ser utilizados para ayudarlos a atender el problema�.
ESCALADA MILITAR DE LAS FARC CONTRA LA VISITA
Una recepción a los bombazos
The Guardian de Gran Bretaña
Por Martin Hodgson
Desde Bogotá
Bill Clinton llegó a Colombia ayer en medio de estallidos de violencia y protestas en todo el país contra la ayuda militar de Estados Unidos al gobierno colombiano. Las guerrillas de izquierda atacaron destacamentos policiales y puestos del ejército y pusieron bombas ante bancos, mientras estudiantes enmascarados se enfrentaban a la policía antidisturbios. Los hechos de violencia ocurrieron mayormente cerca de las tres ciudades más importantes y en áreas rurales a cientos de kilómetros de Cartagena, el lugar turístico del Caribe donde 5000 tropas, 350 agentes de Estados Unidos, helicópteros artillados y un portaaviones de Estados Unidos brindaban la seguridad para la visita de nueve horas de Clinton.
El martes a la noche, los rebeldes atacaron 12 estaciones de policía en seis de los 32 departamentos del país. Cinco civiles, incluyendo a dos niños, murieron cuando los guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) lanzaron morteros sobre una estación de policía en el pueblo de La Bateca, cerca de la frontera con Venezuela. En Cali, la segunda gran ciudad en el sudoeste, los guerrilleros de las FARC detonaron bombas en el exterior de tres bancos, causando mucho daño pero no heridos, dijo la policía. En el norte, en la provincia de Arauca, productora de petróleo, otra unidad de las FARC atacó una base del ejército cerca de la ciudad de Saravena. Helicópteros Blackhawk, de fabricación estadounidense, volaron a la región para atacar a la columna rebelde. El ejército afirmó que 20 guerrilleros habían muerto en los ataques.
Los comandantes rebeldes denunciaron el paquete de ayuda de Estados Unidos, que incluye 60 helicópteros, equipo y entrenamiento para el ejército colombiano, diciendo que el dinero provocará una escalada en la guerra civil, y eventualmente acción militar apoyada por Estados Unidos contra la guerrilla. �Clinton no está aquí para apoyar inversiones sociales sino un plan militar. No queremos hacer amenazas, pero el pueblo colombiano tiene el derecho de tomar las calles y protestar contra esta visita�, dijo el comandante de FARC Andrés Paris a este diario.
Tensiones con Perú
Mientras el presidente Clinton visitaba raudamente Colombia, se recalentó el escándalo por la supuesta venta de armas de Jordania a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), denunciado por Perú. El diario limeño El Comercio publicó ayer que se trató de un negocio entre Jordania y Perú, y que el pago de 500.000 dólares se hizo desde Lima a través de una cuenta oficial de las fuerzas armadas nacionales. El presidente peruano Alberto Fujimori reiteró, en cambio, que su gobierno no tuvo nada que ver con el tráfico de los 10.000 fusiles Kalashnikov. Y aseguró que el desmantelamiento de la operación fue una acción exclusiva del Servicio de Inteligencia Nacional del Perú, y no una reacción a una advertencia desde Bogotá, como asegura el presidente Pastrana. Ante esa situación, el canciller colombiano Guillermo Fernández de Soto reclamó que �lo que se requiere de los países amigos es solidaridad, cooperación y que asuman la cuota de responsabilidad que tienen en un problema que es de alcance universal. No es conveniente que se trate de hacer política con Colombia�. |
Brasil está intranquilo
El temor a un �desborde� del conflicto colombiano será uno de los temas centrales de la Reunión de Presidentes de Sudamérica, que comienza hoy en Brasilia. Así lo confirmó el canciller brasileño, Luiz Felipe Lampreia: �Hay un clima de intranquilidad en la región con esos sucesos, y considero importante que el presidente colombiano explique a todos el problema�. El presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, anunció en ese sentido que pretende �aumentar la capacidad de vigilancia� de las fuerzas militares y policiales apostadas en la frontera con Colombia. El presidente de Venezuela Hugo Chávez también prendió la alarma, al advertir que el Plan Colombia puede provocar la �vietnamización� de la región. |
Las claves de la guerra y la paz
Por Gabriel Alejandro Uriarte
¿Colombia es Vietnam?
Todavía no. La guerrilla no recibe ayuda de ningún Estado exterior, no puede penetrar en las ciudades, y su arraigo popular es muy limitado.
¿Por qué es una crisis?
Porque la guerrilla ha creado un Estado en la jungla colombiana que amenaza con derrocar eventualmente al gobierno en Bogotá. Este ya ha abandonado de facto el 40 por ciento de su territorio y se enfrenta a una prolongada recesión. Es cada vez menos capaz de soportar el gasto militar de 4000 millones de dólares por año. Mientras tanto, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) sólo dan señales de fortalecerse.
¿Qué son las FARC?
La mayor guerrilla del continente. Nacieron en 1964, pero fue sólo en los 90 que se hicieron realmente poderosos. Hubo dos hechos clave en su ascenso. Primero, la desaparición vía negociaciones del Ejército Popular de Liberación (EPL) y el Movimiento 19 de Abril (M-19), los hasta entonces principales grupos guerrilleros. Segundo, la concentración a principios de los 90 de la producción de droga en el sur del país (controlado en gran medida por las FARC) a causa de la desarticulación de los carteles de Cali y Medellín y de los exitosos esfuerzos antidrogas en Bolivia y Perú.
¿Cuál es la relación entre
las FARC y la droga?
Es su principal base financiera (la otra importante es el secuestro). Eso no implica que sean narcotraficantes, pero cobran impuestos (el �gramaje�) a los laboratorios en las zonas bajo su control. Se estima que extraen alrededor de 500-700 millones de dólares por año. Esto se percibe claramente en los combates: el equipo y el armamento de los guerrilleros es de calidad equiparable a las del ejército, y su paga es mucho mejor.
¿Cuál es el poderío
militar de las FARC?
Es la guerrilla más poderosa jamás vista en Latinoamérica. Su nivel de combatientes estaría entre los 15.000 y 17.000 hombres. Siguiendo el modelo maoísta, las FARC son una especie de nación en armas: sus combatientes reciben una educación, se presta mucha atención a su formación ideológica, y se cuida de que su alimentación y condiciones de vida sean adecuadas. Sus reclutas, un 30-40 por ciento mujeres, vienen mayoritariamente de sectores rurales empobrecidos, incluyendo los 250.000 campesinos cocaleros. Hay versiones de reclutamiento forzoso, en particular de menores, pero la mayor parte de la tropa sería voluntaria. Su disciplina y moral parecen ser excelentes.
¿Por qué el ejército colombiano
es incapaz de derrotarlos?
Porque su condición es terrible. Por restricciones económicas y legales, la mayoría de la tropa viene de sectores rurales. Eso los hace competir con la guerrilla por reclutas, y hay muchos casos de soldados con hermanos o primos combatiendo del lado guerrillero. El elemento profesional es limitado, un 25 por ciento de los 100.000 hombres enrolados. Y, dados factores logísticos y operacionales, sólo un 30 por ciento del total puede lanzar ataques contra la guerrilla. Considerando que también se enfrenta a los 8.000 hombres del Ejército de Liberación Nacional (ELN), la aparente superioridad numérica del ejército es prácticamente inexistente.
¿Cuál es la importancia de
los paramilitares?
Los paramilitares tienen entre 5000 a 7000 hombres. Sus acciones son básicamente masacres contra civiles acusados de ser �estafetas� de los rebeldes. En 1998, de 145 masacres (con 1200 víctimas), 96 habían sidocometidas por paramilitares. Se están independizando del apoyo oficial y terrateniente al involucrarse fuertemente en el narcotráfico.
¿Cuál es su vínculo con el Estado
colombiano?
Opaco pero íntimo a varios niveles. El ejército tiene un legado de dejar la lucha contrainsurgente a los paramilitares y hasta ahora ha tenido éxito en evitar varios controles que podrían limitar sus vínculos con ellos. Fueron esos controles cuyo incumplimiento Bill Clinton ignoró al aprobar la ayuda de 1319 millones de dólares.
¿Qué es el Plan Colombia?
Es un plan antidrogas del gobierno colombiano. Prevé inversión en sustitución de cultivos e infraestructura además del gasto militar. Teóricamente, su monto total es de 7500 millones de dólares. Hasta ahora el único país que ha contribuido sensiblemente ha sido Estados Unidos.
¿Es un plan militar?
No del todo, pero el foco de la ayuda norteamericana son tres batallones antidrogas. Seleccionados cuidadosamente, entrenados por Boinas Verdes, y equipados con helicópteros norteamericanos, Washington espera que estos 3000 hombres logren eliminar gran parte de la producción de droga en el sur colombiano.
¿Excluye esto las posibilidades
de una paz negociada?
Esas posibilidades ya son remotas. Las FARC se muestran renuentes a abandonar su Estado en el sur colombiano para integrarse a la política. Y los paramilitares podrían asesinarlos si bajan las armas (como ya hicieron en la década del 80). El gobierno colombiano, por su parte, no está dispuesto a aceptar las reformas fundamentales que le exige la guerrilla, tales como �abandonar el modelo neoliberal� o repudiar la deuda externa. Además, las negociaciones nunca excluyeron la continuación de la guerra. Las FARC se rehúsan a un cese al fuego ya que con eso perderían su capacidad (que nunca desaprovechan) de presionar militarmente al gobierno.
¿Quiere Estados Unidos intervenir
militarmente?
Todavía no. Una intervención terrestre sólo podría producirse con la caída de ciudades importantes, la posible toma de Bogotá, o una amenaza al Canal de Panamá.
¿Cuál es la estrategia de Washington?
La misma que siguió en América Central durante los 80. Ayuda económica a aliados, entrenar sus ejércitos, y muy cautos intentos de reformas. También alientan una intervención regional, incluyendo la Argentina.
¿Podría tener éxito?
A este nivel de intervención, probablemente no. Es inconcebible que las FARC se crucen de brazos mientras los batallones antidrogas destruyen su base económica. Esas operaciones generarán entonces choques de cada vez mayor intensidad en el sur colombiano, y hay que recordar que los 3000 superhombres antidrogas (con o sin apoyo directo del ejército) se enfrentarán a una guerrilla que cuenta con un total de 15.000 combatientes. Es posible que, si el sur colombiano se convierte en una zona de guerra total, el narco migrará de nuevo a los países vecinos, que ahora se tornarán más acogedores. Eso eliminará la base financiera de las FARC. Pero, al producir el derrame del narco y quizá de la guerrilla por toda la región, el remedio podría ser peor que la enfermedad. |
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