Por Martín Granovsky
Eduardo Duhalde no duda. Para el ex gobernador, �la única posibilidad� ante la sospecha de coimas en el Senado es la �renuncia masiva� de todos los senadores. El Gobierno tampoco duda. Se ilusiona con la posibilidad de que todo quede concentrado en el Senado. Y asegura, según dijo anoche un alto funcionario a Página/12: �No habrá renuncias en el gabinete, porque si De la Rúa hace renunciar ya a un funcionario estará diciendo que ese funcionario tiene la culpa, y en el Gobierno no hay culpables�.
Tras esa afirmación, este diario planteó otra hipótesis al funcionario. Lo que él estaba diciendo es que no habrá un fusible, un subordinado del Presidente que salte para evitar que sea el Presidente el que se queme. Pero eso supone que de ningún modo Fernando de la Rúa corre peligro de que la llama se le acerque.
�Y es así �fue la respuesta�. Las sospechas se dirigen al Senado y la Justicia las investiga.
Un secretario de Estado con acceso directo a De la Rúa completó este panorama con una descripción del estado de ánimo que, aseguró, experimenta el Presidente:
�Se fue a la cumbre de Brasilia mucho más relajado.
Buena parte del relax, afirmó, se debía al largo encuentro con Carlos �Chacho� Alvarez el miércoles, tras el cual los dos salieron de la Casa Rosada y De la Rúa anunció su respaldo al vice y la promesa de que �si un funcionario se apartó de la ética será sometido a la Justicia�.
�De la Rúa y �Chacho� tienen una gran afinidad personal, pero más allá de eso los dos tienen una clara noción de su papel decisivo para la Alianza.
�¿Cuál es?
�Que en su buena relación, más allá de momentos de más o menos cariño, descansa la Alianza. La Alianza hoy existe, para empezar a analizarla desde arriba, en la fortaleza de la relación entre los dos.
�De acuerdo, la Alianza no se rompió, pero Alvarez jugó muy fuerte, incluso en su relación con De la Rúa. ¿El Presidente no tiene ningún nivel de resentimiento con Alvarez?
�Mire, De la Rúa no funciona de esa manera. También en política parte de un principio de inocencia, y prefiere poner las culpas en ámbitos más genéricos: �Hablan de problemas con �Chacho� los que seguramente tienen bronca por alguna cosa�.
Otro funcionario con acceso fluido a De la Rúa completó esta explicación �un verdadero mensaje de paz entre el Presidente y el vice� con el dato de que, al final, el jefe del Ejecutivo decidió cumplir con el viaje que tenía programado a Brasil y después a México, los Estados Unidos, Canadá y China, sin el complejo de abandonar la Presidencia en manos de Alvarez.
La movida de Augusto Alasino, que intentó demostrar la existencia de un complot chachista contra De la Rúa, alentó a los delarruistas.
�Era una estupidez, fruto del microclima en que se mueven algunos senadores, pero igual contestamos porque si no cualquier estupidez puede quedar instalada �dijo el secretario de Estado�. Además, el mismo �Chacho� es el que avisó a De la Rúa sobre la conferencia de prensa del bloque de senadores del PJ, y el Presidente le dijo que se fuera a la Casa Rosada para ver la conferencia juntos. El despacho se llenó, y De la Rúa terminó el día muy motivado.
Anoche Alvarez insistió ante Mariano Grondona en su argumento preferido contra el Senado. Dijo que la comisión investigadora que apoyó Alasino no tiene sentido porque los senadores del PJ habían afirmado que el escándalo se debe solo a una conspiración, y entonces prejuzgaron la inexistencia de una irregularidad.
Este diario no tiene constancia de que la motivación de De la Rúa en camino a Brasil (ver más información en las páginas 22 y 23) haya aumentado ayer por las declaraciones de Duhalde, pero cualquiera puede suponer que sí. Motivo uno: no atacó al Gobierno. Motivo dos: detrás suyoestaba el gobernador de Buenos Aires, Carlos Ruckauf, un apoyo intermitente, pero apoyo al fin, a De la Rúa.
A Duhalde le preguntaron si quiere adelantar las elecciones de 2001 para que el voto popular de senadores se ejerza ya.
�Yo no comparto nada que no sea constitucional �dijo�. La única posibilidad es la renuncia masiva de los senadores y que las asambleas legislativas de cada provincia elijan nuevos senadores.
Después aclaró:
�Es un tema que hay que manejarlo a otros niveles. Simplemente doy una opinión, yo no puede de ninguna manera pedirle la renuncia a nadie.
Ruckauf no lo contradijo, pero colocó un elemento real que iría contra la idea de Duhalde. Dijo que las legislaturas locales, encargadas por ahora de elegir a los senadores, �cambiaron sus composiciones, ya que en las provincias cambió la relación de fuerzas� respecto de 1999.
�Toda sustitución tendría que respetar el nivel de representatividad actual. La siguiente representatividad la tiene que dar el voto popular el año próximo.
De paso, Duhalde como presidente del PJ bonaerense y Ruckauf como gobernador de la provincia buscaron así capitalizar la credibilidad que ganaron los senadores de su distrito respecto de muchos otros legisladores del PJ. Tanto Antonio Cafiero como Jorge Villaverde no solo lograron despegarse de las sospechas. Y Cafiero incluso quedó como el acusador en el escándalo institucional más importante que afecta al Senado nacional desde el asesinato de Enzo Bordabehere, cuando el blanco era Lisandro de la Torre, en la década del �30.
Alasino pidió 120 mil pesos
Por Horacio Verbitsky
El presidente del bloque justicialista de Senadores, Augusto José María Alasino, pidió 120.000 pesos al Banco Nación. Antes de aprobar la solicitud de crédito hipotecario, el Banco la remitió a su propia aseguradora �Nación Vida�, para que dictaminara sobre el estado de salud del Senador. Preside el Banco Nación Crystian Colombo, un hombre de confianza de la eminencia gris radical Enrique Nosiglia. La solicitud lleva un sello fechador que dice 24 de agosto de 2000, es decir el jueves pasado. Pero, manuscrito al pie de la solicitud, también figura la fecha en que fue presentada: el martes 22. El viernes 18 el vicepresidente Carlos Alvarez informó en conferencia de prensa que el martes 22 citaría a los senadores Antonio Cafiero y Jorge Villaverde, autores de sendas cuestiones de privilegio, para que aclararan sus sospechas sobre los deprimentes temas que en estos días ocupan al Senado. |
COMO FUE EL DIA EN EL SENADO
Ni off, dicho en off
Por Felipe Yapur
Salvo por la conferencia de prensa de Eduardo Bauzá, las apariciones de Ramón Ortega y las cartas de Antonio Cafiero, el bloque de senadores del Partido Justicialista intentó mantenerse en silencio. A lo sumo, los legisladores enviaron a sus operadores por los pasillos del Senado a pescar datos.
La otra obsesión de los peronistas fue mantener instalado el tema del �golpe de estado novedoso�, que anunció el miércoles el titular del bloque, Augusto Alasino, y que consistiría en una conspiración de Carlos �Chacho� Alvarez contra el Presidente Fernando de la Rúa.
Y el tercer objetivo fue desarticular cualquier versión de posibles cambios en la conducción del bloque. Sobre este último punto varios prefirieron decir que �es un tema a discutir, pero recién se hablará cuando todo termine�.
El primer sacudón de la jornada para el bloque justicialista fue la novedad de Bauzá entre los nombres presuntamente aportados por Antonio Cafiero al juez Carlos Liporaci. Esto provocó una reunión informal del bloque para analizar el hecho y sus posibles derivaciones. Hasta pensaron llamar a una conferencia de prensa para respaldar al legislador, pero a poco de andar la idea se desechó. En muchos primó la idea de que �hay que bajar un poco los niveles de exposición�, según confió un senador, aunque aclaró que �esto no significa que abandonemos al Flaco (por Bauzá). Estamos con él cien por cien�.
En cuanto a Emilio Cantarero, la consigna fue única y respetada a rajatabla. Indicaba no hablar y respaldar a toda costa al legislador, quien ayer prefirió mantenerse recluido en su casa pero por recomendación del bloque: �Es mejor que no abra la boca�, dijo un senador a este diario. El día para los radicales fue más tranquilo. El común denominador fue una serie de reuniones con pocos participantes y con tema único en el escándalo. Todos comentaron las alternativas del día y vieron por televisión la conferencia de prensa que Ortega brindó en el salón rosado. Pero algunos se tentaron y mandaron a su gente a �espiar el ambiente�.
Sólo en un detalle los radicales y justicialistas coincidieron ayer, tal vez sin saberlo. Varios de los senadores consultados advirtieron su deseo de no hablar en off the record, aunque como lo revela esta nota algunos no cumplieron con su propio objetivo. El argumento esgrimido fue también similar: �Por ahora no están dadas las condiciones para hacerlo�. Dicho esto, naturalmente, en riguroso off the record, es decir sin citar con el nombre y apellido al que habla.
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