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BAUZA SE ENOJO CON CAFIERO PORQUE LO INVOLUCRO ANTE EL JUEZ
�Como un amigo que te clava un puñal�

El senador Eduardo Bauzá recibió ayer una carta de su par Antonio Cafiero donde le informaba que lo había incluido en su declaración ante el juez, pero en calidad de �receptor de información� del supuesto pago de coimas. El ex hombre fuerte del menemismo subrayó que nunca recibió ni dio nada a cambio de una ley. Cafiero aclaró que Ortega no recibió dinero, pero que sabe del tema. 

Eduardo Bauzá convocó ayer a una conferencia de prensa para aclarar las declaraciones de Cafiero. �Es como que uno se despierta delante de un amigo y le clava un puñal�, afirmó.

t.gif (862 bytes) Eduardo Bauzá negó haber recibido dinero para votar la reforma laboral y se mostró �indignado� con Antonio Cafiero, quien recién ayer le informó por carta que su inclusión en la causa es por ser �receptor� de información sobre presuntos pagos de sobornos. �A mí, esto me tiene absolutamente sorprendido. Estoy enojado con Cafiero. Es como que uno se despierta delante de un amigo y le clava un puñal�, señaló el senador menemista quien, a lo largo de la jornada, recibió la solidaridad de muchos de sus pares y, según informaron sus voceros, hasta del propio presidente Fernando de la Rúa a través de su ministro de Infraestructura, Nicolás Gallo.
Bauzá en ningún momento negó conformar parte del listado de nombres que Cafiero aportó a la Justicia. Más bien, manifestó su desazón por haberse anoticiado a través de Clarín, pese a que compartió una reunión con el senador bonaerense el fin de semana anterior a que éste se presentara en Tribunales.
En ese encuentro, realizado el sábado 26 de agosto, el senador mendocino y Carlos Corach intentaron aportar ideas a Cafiero sobre la manera de presentar la denuncia y hasta conversaron sobre la crisis del bloque de senadores del PJ. En un momento, incluso le ofrecieron allanarle el camino para asumir la presidencia del bloque en reemplazo de Augusto Alasino.
Bauzá es el tercer nombre que tomó estado público sobre un total de cinco que Cafiero mencionó ante el juez Carlos Liporaci, según confiaron fuentes del Congreso. Los otros dos son los de los senadores Ramón Ortega, de Tucumán, y Angel Pardo, de Corrientes. 
Recién ayer, y a través de una carta, Cafiero le confió a Bauzá que lo incluyó en su declaración como �receptor de información� del supuesto pago de coimas. Fuentes cercanas a la denuncia indicaron que Palito y Pardo también �estaban al tanto� de las irregularidades. El cuarto involucrado estaría en la misma situación, mientras que el quinto aparecería más comprometido.
En un escrito conocido ayer, Cafiero negó que Ortega hubiera percibido dinero, aunque no aclaró si, como asegura el tucumano, su única alusión al tema haya sido un comentario a Eduardo Duhalde sobre el �malestar� que reina en el bloque del justicialismo. Sugerían de esta manera que el tucumano podría haber tenido conocimiento sobre la circulación de dinero en el recinto (ver aparte).
Sobre Pardo, tres fuentes vinculadas con la causa informaron a Página/12 que habría comentado, en un viaje que compartió con Cafiero, estar al tanto del pago de sobornos a senadores. El legislador correntino negó ayer cualquier vinculación con el tema y levantó una programada conferencia de prensa. 
Bauzá, en cambio, organizó una rueda con periodistas para negar una y otra vez su relación con las presuntas coimas. �Nunca me han ofrecido ni he dado nada a cambio de una ley�, señaló.
Sus voceros se encargaron en difundir una larga lista de llamados y visitas �solidarias�. Aseguraron que De la Rúa le acercó un saludo desde Brasil a través de Gallo y que hicieron lo propio Alasino, Corach, Remo Costanzo, Jorge Yoma y hasta Jorge Villaverde y Carlos Soria, dos de los aliados de Cafiero. �Flaco, te rejuro que el viejo nunca me dijo los nombres si no, yo no laburaba con él�, dicen que Soria le dijo a Bauzá. 
También especularon con la existencia de un acuerdo entre Cafiero, su hijo Juan Pablo, Alvarez, Eduardo Duhalde y Carlos Ruckauf para hacer crecer el tema. Se trata, en todos los casos, de dirigentes con reconocidos discursos críticos hacia la gestión de Carlos Menem. En la geografía justicialista, hoy por hoy, Bauzá, Pardo y Ortega son menemistas. 

 


 

NUEVA MISIVA DE CAFIERO A ORTEGA
Trabajo para el cartero 

Antonio Cafiero le solicitó a Ramón Ortega que contara en la Justicia todo lo que sabe sobre el supuesto pago de coimas en el Senado. A través de una carta, la segunda que le hace llegar en menos de dos días, el senador bonaerense dio a entender así que su par tucumano tiene información que aún no ha visto la luz.
Ortega debía concurrir a Tribunales durante esta misma jornada. Pero pidió postergar su declaración hasta la próxima semana. Anoche se especulaba que el pedido tenía relación con esa segunda misiva de Cafiero.
Durante la conferencia de prensa de ayer, Palito se valió de la primera carta del senador bonaerense para desligarse de las informaciones que lo comprometían con los supuestos sobornos.
�Quiero aclararle que la versión publicada en La Nación del día de ayer (por el 29 de agosto) no coincide, en lo que a Ud. respecta, con mi declaración testimonial ante el juez Carlos Liporaci el día 28 del corriente�, señala Cafiero en una carta manuscrita.
Ante los periodistas, Ortega reiteró que lo único que lo vinculaba con el conflictivo tema era un comentario que le hizo a Eduardo Duhalde sobre el �malestar� que reinaba en el bloque del justicialismo a partir de los rumores de pagos de sobornos.
Palito juró ante los periodistas no saber nada más sobre el tema y repitió prácticamente las mismas palabras a cada uno de los programas televisivos donde habló. Hasta se le escaparon lágrimas en una entrevista que mantuvo con Susana Giménez.
Sin embargo, la segunda carta de Cafiero, que coincide con lo que se decía en el entorno del senador bonaerense: le pide a Ortega que diga a la Justicia �todo� lo que sabe. �Palito tiene que contar todo lo que le dijo a Duhalde cuando se encontraron y que no se trata solamente del malestar o el revuelo entre los senadores�, dijo a Página/12 una fuente cercana a Cafiero.

 


 

Nissam el Molk, cerca del sultán

Por Luis Bruschtein

Algunos dicen que fue para Menem lo que Nissam el Molk fue a su sultán. Menem le decía �el Flaco� y en los mentideros políticos �el Monje�. Eduardo Bauzá cultivó el estilo de estar sin aparecer en un gobierno donde todo el mundo trataba de aparecer aunque más no fuera para mostrar su mansión recientemente adquirida. En lo único que se parece a Nissam el Molk es que también fue consejero del sultán y que en ese trabajo resultó eficiente. Parecía que su estrella había palidecido junto con la del ex presidente cuando su nombre saltó de la caja mágica del escándalo en el Senado, primero en el famoso anónimo, una de las piezas literarias más fotocopiadas en la Argentina del 2000, y luego (supuestamente) en la declaración lacrada de Antonio Cafiero ante el juez Carlos Liporaci, el mayor secreto peor guardado en lo que va del siglo. 
Nissam el Molk era un gordo sibarita y rozagante, en contraposición con la imagen serpentina de Bauzá que tenía bien ganado el mote afectivo de �El Flaco�, que combina cada tanto con el matiz amarillento de la piel gracias a una hepatitis crónica que a veces desborda bilis por el estrés. Esa enfermedad fue la única que le dobló el brazo y motivó su renuncia a la Jefatura de Gabinete en 1996, cuando se encontraba en el cenit de su carrera.
Fue el hombre de confianza de Menem casi desde el principio hasta el final de su gobierno. Con Menem fue copiloto, pero por lo general, y pese a su estilo discreto, siempre le gustó manejarse él con un copiloto a su lado. En la interna del PJ mendocino hizo dupla con José Luis Manzano contra José Octavio Bordón. Y su periplo menemista comenzó con Alberto Kohan. Ambos visitaron La Rioja en 1973 por cuestiones de negocio y allí conocieron al gobernador Carlos Menem, para entonces un patilludo populista con quien no le debe haber sido nada fácil congeniar de entrada a un discípulo del humanista y pacifista Lanza del Vasto.
Los maledicentes riojanos, que también los hay, recuerdan que mientras el empresario Kohan y el gobernador populista �futuro sultán del neoliberalismo� se encerraban a discutir de negocios y de política, el flaco Bauzá hacía meditación trascendental en la punta del cerro Velazco. Pero a pesar de que se la pasaba haciendo Ommm en posición Flor de Loto, esos mismos maledicentes dicen que en esa época le habían empezado a decir �Señor treinta por ciento�.
Para una carrera política de casi treinta años �Señor treinta por ciento� es un sobrenombre más, como El Monje o el Flaco o algunos otros menos ingeniosos que seguramente le habrán endilgado mentalmente las víctimas de sus movidas sutiles �una especialidad de Nissam el Molk� como su ex compañero y enemigo de gabinete, Domingo Cavallo.
El jefe de Gabinete, una función creada en el Pacto de Olivos y definida en la reforma de la Constitución, creó la imagen del hombre fuerte del equipo, una especie de primer ministro por debajo del Presidente. Y el primero en ocupar esa función fue el hombre que había manejado la caja en cuatro elecciones justicialistas, y mariscal de campo de la reelección, el Flaco Bauzá. Su principal tarea en la corte del sultán consistía en neutralizar el poder que había acumulado Cavallo gracias al prestigio de la convertibilidad.
No fue una tarea fácil, y es probable que haya sido su obra maestra, porque consiguió con paciencia de esquimal el alejamiento indoloro del explosivo ministro de Economía. Todos pensaban que la salida de Cavallo derrumbaría los mercados, pero el trabajo de desgaste fue tan eficiente -la gota que orada la piedra�, que el día que renunció, subió la Bolsa. Uno de sus colaboradores sintetizó así la operación: �Siempre le llamó afectivamente Mingo, hasta que un día le hizo ¡minga!�. La frase va acompañada por un gesto del brazo.
Durante ese último paso por el gabinete, Manzano ya no estaba y la relación con Kohan se había enfriado. En ese momento su copiloto fue el ministro del Interior Carlos Corach, otro tejedor de la noche con quien ahora comparte curules en el Senado. Pero Corach es especialista en mala fama y lo que vistió a Bauzá como tejedor, dejó a Corach como un sinuoso Maquiavelo, en especial por todos los manejos relacionados con la Justicia y la Corte. 
Y no es que Bauzá no haya recibido también munición pesada porque fue involucrado en la estafa de los guardapolvos y luego Cavallo trató de mostrarlo como un hombre del lobby de Alfredo Yabrán, a través de Esteban Casselli. Menem lloró cuando Bauzá renunció, pero después no dejó ni loco que volviera, ofendido quizás porque el mendocino había dicho que Eduardo Duhalde era su candidato para el �99. Bauzá intentó regresar con la �Operación Picaporte� pero ya no pudo abrir la puerta: el sultán le había cambiado la cerradura.
Tras un intento por relanzar la re-re de Menem y luego de la derrota electoral del PJ, Bauzá bajó aún más el perfil. Lejos ya de aquellos días en el cerro Velazco, cambió la Flor de Loto por unas poderosas siestas en su despacho legislativo. En ese apasible estado fue sorprendido por el escándalo de las supuestas coimas en el Senado. Había sido el principal operador cuando Menem intentó imponer la flexibilización laboral sin demasiado éxito pero, aparentemente, esta vez lo sorprendió en la siesta. Como con los demás legisladores, la Justicia se interesará ahora por sus bienes y es probable que encuentre el único sobrenombre que nunca usó en público: �Fideo Bauzá�. Nunca lo usó en público porque se confundía justamente con el origen conocido de sus bienes: la fábrica familiar de pastas �Fideos Bauzá�, de Mendoza.

 

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