PAGINA/12 ESCUCHO UNA TELECONFERENCIA SOBRE LA CRISIS EN EL SENADO
La city ya lo bautizó �El escándalo�

Los bancos de inversión internacionales organizan conferencias telefónicas con sus clientes de todo el mundo para explicar situaciones de crisis.Las supuestas coimas en el Senado fue el tema de la semana. Goldman Sachs aconsejó a sus clientes adoptar �una visión mucho más cautelosa� con Argentina.

 En las conferencias telefónicas entre inversores extranjeros, que siguen de cerca la situación de la economía argentina, ya se lo bautizó como �El escándalo�. Página/12 escuchó ayer una de esas teleconferencias reservadas, en la que las supuestas coimas en el Senado dispararon los siguientes interrogantes: ¿Será definitiva la fractura en la relación entre el presidente y su vice? ¿La Alianza perderá buena parte de su capital político, basado en la promesa de erradicar la corrupción de las prácticas políticas? ¿El descreimiento en el Gobierno puede arrastrar también la confianza de la gente en la Convertibilidad? ¿Cómo hará el Presidente para gobernar con un Congreso paralizado, una oposición caótica y una coalición gobernante que amenaza deshacerse? 
Sin contar con todas las repuestas, el staff del banco norteamericano Goldman Sachs, anfitrión de la teleconferencia, sugirió ayer a sus clientes adoptar �una visión mucho más cautelosa�, a la ahora de apostar en Argentina, en los próximos meses. 
On line con más de una veintena de clientes localizados en los más diversos lugares del planeta, Alberto Ades, economista estrella de Goldman Sachs, uno de los mayores bancos de inversión del mundo, ofreció ayer una teleconferencia en la que �El escándalo� del Senado fue el principal tema de preocupación. �Estamos modificando nuestra visión sobre Argentina, por una mucho más cautelosa�, empezó explicando el anfitrión virtual. �The scandal� (el escándalo), fue el término más escuchado en la teleconferencia. En esas comunicaciones, el analista jefe de un gran banco de inversión, asistido por una operadora internacional que hace las veces de moderador de la conferencia, explica a su clientes, esparcidos en todo el mundo, cuál es la situación del país en la que éstos suelen invertir importantes sumas de dinero �en la mayoría de los casos� sin siquiera haberlo visitado alguna vez y conociendo sólo a grandes rasgos sus condiciones políticas y socioeconómicas. 
Ante las preguntas de sus clientes, el analista de Goldman Sachs, ensayó ayer las siguientes conclusiones sobre la crisis desatada por el supuesto pago de coimas por parte del Gobierno a los senadores para que aprueben la ley de reforma laboral: 
  �Todavía no está claro cómo va a resolverse este escándalo, que está generando un creciente riesgo político. Todos los días uno abre los diarios y lee nuevos testimonios agrandan la crisis.� 
�El escándalo afecta al Gobierno de varias maneras: 1) paraliza el trabajo del Congreso, atrasando la aprobación de leyes clave. Este hecho es muy problemático porque Argentina no puede afrontar un largo período de inacción política, teniendo en cuenta cuán negativo sería el sentimiento de los mercados.� 
�El Presidente ha amenazado con legislar a través de decretos de necesidad y urgencia. Pero mucha de la legislación que se necesita no puede ser aprobada por este tipo de decretos.� 
�Erosiona la credibilidad del Gobierno para cumplir la promesa de erradicar la corrupción de las prácticas políticas argentinas, en la cual está basado mucho del capital político de la Alianza.�
�Como el manejo de la crisis por parte del Presidente y del vicepresidente fue completamente opuesto, el escándalo puede romper la estrecha relación entre ambos, que caracterizó la primera etapa del gobierno de De la Rúa.�
�Esto eleva el riesgo de crecientes disputas en el seno de la coalición gobernante, lo cual incrementa el riesgo político.� 
�¿Es posible que el escándalo haga que la gente pierda su fe en la actividad del Gobierno en general y no este dispuesto a soportar más los problemas asociados con la Convertibilidad (como la desocupación), forzando una devaluación como en Brasil? �preguntó uno de los inversores. �El régimen institucional en Argentina tiene dos patas: la ley de Convertibilidad, aprobada en 1991, y la Convertibilidad fiscal, aprobada el año pasado, que impone restricciones al gasto público. Ante la falta de una recuperación fuerte de la economía, se está erosionando el apoyo a políticas fiscales estrictas. Cada vez más hay quienes dicen que tal vez se debería bajar impuestos, y dejar que haya un déficit fiscal mayor hasta que llegue la reactivación. No percibo, por ahora, algún cambio importante en el apoyo popular a la Convertibilidad con la regla de 1 peso igual a 1 dólar. Pero esto no es algo rígido: si hubiera dos años más de recesión, seguramente la gente quitaría la confianza también de la Convertibilidad monetaria, �respondió Ades, haciendo más hincapié en la recesión que en el escándalo. 
�¿No cree que el escándalo pueda agravar esta situación? �insistieron del otro lado. 
�No. La percepción generalizada del escándalo es que afecta a todos los partidos políticos. Entonces, no es la Alianza versus los peronistas, un partido es corrupto y el otro no. Las declaraciones involucran a todos. Y desde este punto de vista tendría más impacto en el establishment político que en la institución de la Convertibilidad �intentó tranquilizar el hombre de Goldman a sus clientes.

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