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El represor detenido en México se quedó sin alias

El director de Interpol México, Juan Miguel Ponce Edmonson, confirmó ayer que Ricardo Miguel Cavallo es sin duda el oficial que a fines de los 80 integró los grupos de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada.

Ricardo Miguel Cavallo seguirá preso en México.


t.gif (862 bytes) El represor Ricardo Miguel Cavallo no podrá eludir su juicio de extradición. Su única carta �alegar que no es quien es, utilizando como excusa los alias que usaba frente a sus víctimas en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA)� se terminó de desmoronar ayer. El director de Interpol México, Juan Miguel Ponce Edmonson, confirmó públicamente que el detenido, ex director del Registro Nacional de Vehículos (Renave) de México, es el torturador y responsable de �La Pecera� de la ESMA. 
�Está debidamente comprobado, mediante un examen dactilar, que Ricardo Miguel Cavallo es un ciudadano argentino y capitán de corbeta retirado de la Marina de Guerra de ese país�, explicó Ponce. La misma conclusión, como informó ayer Página/12, está en poder del juez español Baltasar Garzón a través de numerosos testimonios de ex desaparecidos y del prontuario policial del represor. 
El argumento de no ser quien es era el único que tenía Cavallo para evadir su juicio de extradición. El trámite, que según informó el miércoles la Procuraduría mexicana podría demorar hasta 18 meses, quedará iniciado formalmente cuando Garzón procese a Cavallo y envíe a México el pedido de extradición. Ayer declararon ante el magistrado español el periodista Juan Gasparini y Susana Burgos, ambos sobrevivientes de la ESMA. El juez también recibió por escrito el testimonio de Thelma Jara de Cabezas, quien reconoció a Cavallo, alias �Marcelo� o �Sérpico�, como una de las personas que la torturó. 
Gasparini y Burgos aseguraron ante el magistrado español que la persona detenida la semana pasada en México es �sin lugar a dudas� uno de los represores de la ESMA. Ambos reconocieron a Cavallo a través de fotografías recientes que les mostró el juez Garzón. Los testigos dijeron que a pesar de estar �algo más viejo� todavía conserva �una mirada difícil de olvidar�. 
El periodista Gasparini había declarado ante Garzón en junio de 1996 y febrero de 1997. Ayer ratificó sus testimonios relativos a su desaparición y los asesinatos de su mujer, Mónica Jáuregui, y la amiga del matrimonio, Elba Aldaya. Gasparini relató que Cavallo, al que conocía por sus alias, era �muy eficaz en la actividad represiva�. El periodista relató que el represor arrestado en México desarrollaba en el centro clandestino funciones de �máxima responsabilidad�.
Burgos, que también testimonió en España en 1997, aseguró que Cavallo integraba un grupo denominado �chicos guapos�, que tenían a su cargo llevar a la ESMA a detenidos con vida para sacarles información que utilizaban para nuevas detenciones. Gasparini aseguró que otro represor de la ESMA, el teniente de navío Pablo García Velasco, quien sería uno de los secuestradores y asesinos del periodista Rodolfo Walsh, vive en España. �Abandonó la Marina y se casó con una española�, manifestó. Hoy declarará ante el juez Cristina Muro, esposa del desaparecido Carlos Alberto Schiappolini . 
Por otra parte, la Asociación Pro Derechos Humanos de Madrid impugnará la presentación que hizo el martes la fiscalía de la Audiencia Nacional. Sin variar su postura habitual la fiscalía rechazó la competencia de España para enjuiciar a los militares argentinos y chilenos. En el caso de Cavallo argumentó además que se trataba de una �extradición al revés� porque �México habría pedido la extradición a España�. Los abogados de la Asociación Pro Derechos Humanos manifestarán en su escrito que esta conclusión es errada y descabellada porque el represor fue detenido por estar acusado públicamente de graves crímenes, por las dudas sobre su verdadera identidad. �Más que una extradición al revés, estamos ante un caso patético de una fiscalía al revés, porque en lugar de perseguir crímenes y acusar delincuentes hace lo contrario�, explicó a Página/12 el abogado argentino Carlos Slepoy, titular de la Asociación e integrante de la Acusación Popular, adelantando el alegato que se presentará hoy.
El fiscal jefe Eduardo Fungairiño se opone desde el comienzo de la instrucción del juicio a la competencia de Garzón para investigar larepresión ilegal en Argentina y Chile. En sus reiterados escritos, el fiscal hace caso omiso del pronunciamiento unánime de la Audiencia Nacional de España que respaldó el proceso por genocidio y terrorismo de Estado. De esa forma, el alto tribunal inauguró una nueva etapa de la Justicia transformando a las convenciones internacionales que condenan los delitos de lesa humanidad en un carácter práctico que va mucho más allá de las buenas intenciones. 
Desde México, el director de Interpol aseguró sobre Cavallo: �No estamos ante un delincuente común que tiene sentimientos de culpa. Los militares insisten en que fueron obedientes con las órdenes de sus mandos�.

 

 

Testigo de la ESMA

CARLOS MUÑOZ
�Cavallo fue uno de los torturadores�

Por Victoria Ginzberg

�Toda la documentación en la ESMA se microfilmaba. Cada secuestrado tenía una carpeta. Yo revelé muchos microfilms pero no podía leerlos. El encargado de los microfilms en 1979 era (Ricardo Miguel) Cavallo�, narró Carlos Muñoz, ex detenido�desaparecido de la ESMA. 
En octubre de ese año, luego de que tres liberadas del centro clandestino revelaran en Francia los crímenes cometidos por los marinos, Muñoz tuvo acceso por única vez a los documentos. �Cavallo me pidió copias urgentes de las carpetas de las chicas que habían declarado en París. Me dio un número para cada una y las fechas en las que habían caído. Había tres cartuchos de microfilms con cerca de cinco mil casos. En cada una había foto, nombre, nombre de guerra, y al final decía �sentencia�, y se veía una L (liberado) o una T (trasladado). Las L eran las menos. Ese día tuve idea de la dimensión de lo que fue la matanza, porque eran cientos y cientos de caras�, relató el ex detenido mientras se le erizaba la piel. 
Muñoz fue secuestrado por segunda vez el 21 de noviembre de 1978, cuando tenía 21 años recién cumplidos. En junio de 1976 había estado desaparecido durante doce días en la Superintendencia de Seguridad Federal. En 1978 un grupo operativo dirigido por el represor Alfredo Astiz allanó su domicilio y lo llevó a la Escuela de Mecánica de la Armada. Fue torturado por los marinos Héctor Febres y Jorge �El Tigre� Acosta, actualmente detenidos por su responsabilidad en el robo de bebés. Muñoz estuvo tres meses y medio en Capucha, donde los secuestrados pasaban sus días sometidos a constantes tormentos, con la cabeza tapada y engrillados.
El 11 de febrero de 1979 empezó, obligado, a falsificar documentos para los marinos en el sótano de la ESMA. Allí veía diariamente a Ricardo Miguel Cavallo, alias �Marcelo� o �Sérpico�. �En el sótano había una sala donde se hacían los interrogatorios. Todo detenido pasaba por un espacio que era muy cercano a mí. La sala se llamaba la huevera porque la habían armado como salón de audiovisuales y estaba aislada con cajas de huevos; pero aun así se escuchaban los gritos de la gente. A Cavallo lo vi muchas veces entrar a la huevera, era un visitante permanente�, relató Muñoz a Página/12. El hombre no tiene dudas de que �Marcelo� participó, al menos, en las torturas sufridas por Thelma Jara de Cabezas y de José Villaflor, su mujer, su hermana y su cuñado. 
Muñoz realizó un juego de documentación falso completo para Cavallo que constaba de DNI, registro de conducir, cédula, tarjeta de identificación naval, credencial del Ejército y de la SIDE y pasaportes argentino, uruguayo y venezolano. No se acuerda qué nombre escribió en los papeles, pero describió la perversa manera por la que los marinos recolectaban socias: �La ESMA publicaba un aviso en el diario pidiendo gente con cierto perfil para trabajar y contrataba una casilla de correo. Después averiguaban los antecedentes de la gente y a los que estaban limpios les pedían una ampliación. Se terminaban choreando el nombre y un auto igual al que tenía el tipo de la carta y le cambiaban la patente�.

 

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