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�LA COPA�, PRIMER FILM DEL REINO DE BUTAN
El fútbol según Buda

El monje budista Khyentse Norbu abrazó el cine como si fuera su segunda religión y dirigió una fábula acerca de un monasterio al pie del Himalaya conmocionado por el Mundial de Fútbol Francia �98.

La final Brasil-Francia, una pasión de multitudes (budistas).


Por Luciano Monteagudo

t.gif (862 bytes) Cuando en 1994 Bernardo Bertolucci filmó El pequeño Buda tuvo entre sus principales asesores al monje Khyentse Norbu, un auténtico líder espiritual en la comunidad budista, por ser considerado la reencarnación de un lama del siglo XIX, de gran jerarquía espiritual. Resulta que este monje de santo linaje no pudo sustraerse a la fascinación del cine, al que abrazó como si fuera su segunda religión. En los pocos meses al año que le dejaban sus retiros espirituales, se inscribió en un curso intensivo de cine en la New York Filmmaking Academy e hizo del National Film Theater de Londres (la cinemateca británica) su nuevo santuario, donde quedó deslumbrado por la obra de Tarkovski, Ozu y Satyajit Ray, que se convirtieron en objetos de su reflexión. El paso siguiente del Rinpoche Norbu fue concretar una película como guionista y director, que el año pasado no hubo festival �desde Cannes hasta Toronto, pasando por Sundance� que no quisiera tener en su programación. Se trata de La copa, un film ciertamente atípico, no sólo por las características de su producción (es la primera y hasta ahora la única película producida en el pequeño reino de Bután, en la frontera con Nepal; sus actores son auténticos monjes tibetanos) sino también por la mirada alegre y desprejuiciada con que narra un momento en la vida de un monasterio budista en el exilio. 
Claro, no se trata de un momento cualquiera. Sucede que está por jugarse la final de la copa del Mundial de Fútbol de Francia y varios monjes adolescentes, en proceso de formación espiritual, están excitados con ese lejano acontecimiento, particularmente Orgyen, un pupilo de 14 años que bajo su túnica tradicional viste orgulloso la camiseta amarilla número 9 de Ronaldo. Será Orgyen quien impulse a sus compañeros a hacer una colecta para alquilar un televisor y una antena (algo no precisamente sencillo al pie de los Himalayas) y solicitar al Viejo Lama autorización para ver en comunidad ese juego en el que �dos naciones civilizadas pelean por una pelota�, como define sabiamente uno de los monjes más versados en el tema. 
La virtud esencial de La copa es su sencillez, su llaneza, su espontaneidad. A diferencia de la pompa y circunstancia con que Siete años en el Tibet, Kundun e incluso El pequeño Buda se ocupaban del budismo, La copa en cambio se permite, desde adentro, un planteo libre de solemnidad y preconceptos. El director Norbu tampoco pretende difundir dogma ni doctrina sino simplemente contar una pequeña fábula sobre el equilibrio posible entre lo sagrado y lo profano, en la que queda claro que los chicos del monasterio, por más elevados que sean sus pensamientos, siguen siendo chicos, capaces de distraerse en clase, de dormirse durante la meditación o de intentar una escapada nocturna para ver en el pueblo más cercano un partido imperdible. Los modelos del realizador podrán haber sido cineastas �trascendentales� (como los llamaba Paul Schrader), pero el sabio Norbu aprendió de ellos la mejor de las lecciones: �Es mejor entender el poder de esta influencia que ser su víctima�.

 


 

COMENZO LA COMPETENCIA EN VENECIA
Altman versus Oliveira

La presencia de dos grandes maestros como el estadounidense Robert Altman, con Doctor T and the Woman, y el portugués Manoel de Oliveira, con Palavra e utopia, animaron la sección competitiva en los primeros compases de la 57° edición de la Mostra Internacional de Cine de Venecia. A pesar de que en estos momentos iniciales Venecia se ha teñido de gris por la lluvia y las primeras ausencias �han confirmado que no estarán en Venecia dos de los actores más esperados de la Mostra, Hugh Grant y Johnny Deep, ambos por motivos laborales�, el festival cuenta con estos dos veteranos para salvarse. Robert Altman, que ya ganó un León de Oro en 1993 con una de sus mejores películas, Ciudad de ángeles, presentó ayer Doctor T and the Woman, la historia de un ginecólogo en crisis y de sus problemas con las mujeres. �Bienvenidos a Dallas�, advierte Altman al comienzo del film, protagonizado por un nutrido elenco de figuras, encabezadas por Richard Gere, Helen Hunt, Farrah Fawcett y Laura Dern. El otro gran acontecimiento de ayer fue la proyección de Palavra e utopia, del nonagenario realizador lusitano Manoel de Oliveira, que reconstruye los sueños utópicos de un misionero portugués que a finales del siglo XVII se enfrentó a la Inquisición para luchar por los indios brasileños.

 

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