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EL MINISTRO SE PASO EL DIA ESPERANDO UNA DECISION
Flamarique se quedó sin uñas

El titular de Trabajo se reunió con Chacho Alvarez y luego se refugió en su despacho mientras arreciaban versiones sobre su renuncia. El mensaje presidencial le dio una noche de sosiego.

Alberto Flamarique, factotum de la reforma laboral, un quebradero de cabeza para el Gobierno.


Por José Natanson

t.gif (862 bytes) Fue un día difícil para Alberto Flamarique. En medio de las versiones sobre su renuncia, el ministro de Trabajo se reunió con Carlos �Chacho� Alvarez en la Casa Rosada, con el que discutió la mejor manera de resolver la situación creada por los sobornos en el Senado. Pasó toda la tarde recluido en su despacho, junto a un pequeño grupo de colaboradores, hasta que finalmente respiró aliviado: apenas volvió de Brasil, Fernando de la Rúa aseguró que �no hay renuncias�. Sabe, de todas formas, que el panorama es difícil, que el Gobierno atraviesa su peor momento y que la situación puede dar un vuelco en cualquier momento.
La crisis en el Gobierno se profundizó ayer a raíz de las declaraciones del juez Carlos Liporaci, quien aseguró que �en la etapa instructora está probado que hubo sobornos� (ver páginas 8 y 9). A partir de esta frase, el Gobierno se convirtió en un hervidero de versiones, rumores y desmentidas de todo tipo, en las que, muy a su pesar, Flamarique tuvo un papel protagónico.
Por la mañana, el ministro se comunicó con Alvarez, que ya se encontraba en la Casa Rosada. Pautó un encuentro que comenzó poco después del mediodía, cuando el vicepresidente terminó una actividad con legisladores japoneses. Se reunieron en el despacho de Chacho junto al secretario de Medios, Darío Lopérfido, y el jefe del bloque de diputados de la Alianza, Darío Alessandro. Según aseguró uno de los dirigentes que participó del encuentro, en ningún momento de la charla se evaluó la posibilidad de que Flamarique se alejara de su cargo, a pesar de que la hipótesis había circulado desde temprano.
No estaba sólo en boca de la oposición. Una importante fuente del Frepaso aseguró que el Ejecutivo debía ofrecer un gesto público nítido ante el escándalo, que le permita marcar una diferencia con aquella frase menemista de que �hay que dejar que actúe la Justicia� y que, al mismo tiempo, sirva para retomar la iniciativa y presionar al bloque peronista de senadores para que actúen en consecuencia.
Se manejó la posibilidad de que Flamarique presentara su renuncia �un diputados se lo aconsejó ayer al ministro� como una manera de adelantarse a una posible definición del Presidente. 
De todos modos, cerca de Chacho aseguraban que la voluntad era cuidar a Flamarique ante lo que definieron como �operaciones del radicalismo y el PJ para golpear al Frepaso�. En este sentido, aseguraban, sería impensable el alejamiento del ministro de Trabajo si no se acompaña con un gesto igual por parte del jefe de la SIDE, Fernando de Santibañes. 
El dato refiere al cambio de postura del Frepaso �y especialmente de Chacho Alvarez� en los últimos días. Después de un par de semanas de distancia, el vicepresidente recompuso su relación con el ministro en un par de encuentros que mantuvieron: el primero luego de la presentación del mendocino en el Senado y el segundo un par de días más tarde. �Chacho está decidido a apoyarlo�, señalaban cerca del vicepresidente. 
Concluida la reunión en la Rosada, Flamarique partió hacia el ministerio y se atrincheró en su despacho. Estuvo toda la tarde reunido con sus colaboradores, esperando la llegada de De la Rúa, que aterrizó a las diez de la noche. �Vamos a hacer lo que sea mejor para el Presidente�, aseguraban en su despacho. Flamarique recuperó la tranquilidad cuando observó la conferencia de prensa que De la Rúa ofreció en el Aeroparque, en donde descartó la posibilidad de cambios en el gabinete. Desde que es ministro de Trabajo, Flamarique vive acosado por el insomnio, que matiza jugando al backgammon por Internet. Ayer, al menos se fue a descansar más tranquilo. Mañana será otro día.

 

 

¿Qué debe hacer el Gobierno?

Enrique Martinez*.
�Esperar la justicia�

�Detrás de todo esto, más allá de si hubo o no coimas, creo que hay un operativo político. Cualquier ciudadano que recibe un anónimo tiene dos posibilidades: o lo presenta a la Justicia o lo tira a la basura. Y se optó por la primera opción. Ahora hay que esperar el accionar de la Justicia. El presidente Fernando de la Rúa ha estado siempre apegado a las resoluciones judiciales. Proceder por sospechas en este tema es un imposible. Si se confirmara el delito, habría que echar a los que recibieron coimas. Pero tengo entendido que los senadores tienen suplentes y no creo que sea necesario reformar la Constitución para resolver esto. Esta es una situación muy confusa. Uno quisiera que se resuelva ya, pero tenemos que esperar para ser democráticos en serio, aunque tengamos que atravesar un período de transición para depurar las instituciones.�

* Diputado de la Alianza. 

Artemio Lopez*. 
�Profundizar lo hecho�

�El Gobierno debe profundizar lo hecho. Esto es, lo actuado por el vicepresidente de la Nación. La tarea de Alvarez que desató la madeja fue dar soporte institucional a fundadas denuncias periodísticas. Más impulso institucional y mayor publicidad de las acciones serán entonces el único camino capaz ya no de superar, sí quizá contener, la crisis y un mínimo de actividad formal hasta alcanzar el deseado fin de esta penosa Cámara. Es poco, pero es lo que hay, porque es evidente que de los cuatro actores en torno del escándalo: la prensa libre, el vicepresidente, el propio Senado y la Justicia, sólo los dos primeros poseen la suficiente soberanía de acción y credibilidad como para contener la crisis sin ocultarla e intentar su superación en el 2001. La Justicia, el actual Senado y el resto de los poderes debieran estar a la altura o al menos no interferir en el curso de un escándalo donde al fin (ay!) cantó... Cantarero.�

* Director Consultora Equis.

Por Rosendo Fraga*.
�Diferenciar lo político�

�Ante todo, se trata de diferenciar lo político de lo institucional. Los políticos deben dejar de escudarse en las instituciones. Frases como �se está atacando a las instituciones�, frente a las denuncias de sobornos, traen como consecuencia una peligrosa confusión entre los dos planes.
La primera acción, en consecuencia, es diferenciar claramente que los errores de los hombres no implica que las instituciones no funcionen. En segundo lugar, se trata de recuperar la credibilidad en la política, que ya era baja antes de esta crisis, pero que ahora se deteriora aún más.
Para ello, la renovación es la política adecuada. Afortunadamente, la elección de senadores nacionales que tendrá lugar el año próximo, permite a los partidos producir una drástica renovación de sus elencos de candidatos, de manera de recrear a través de nuevas figuras, la credibilidad en la política.�

* Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.

 

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