Por Martín Granovsky
 �Si alguien cobró, alguien pagó�, dijo ayer el vicepresidente Carlos �Chacho� Alvarez. �Si hay alguien que vendió la ley, alguien compró y esto debe ser investigado�, añadió. La frase no es novedosa, y ya forma parte de la sobornología básica escuchada esta semana, pero es la primera vez que la dice un miembro del Gobierno.
La declaración indicaría que Alvarez, quien junto con la investigación de la Justicia es uno de los factores dinámicos de la crisis de las coimas en el Senado, está dispuesto a subir la tensión inclusive dentro de la Alianza. Sus asesores (ver esta misma página) no percibieron ayer que el vice quiera aumentar el nivel de críticas hasta entrar en una presión en favor de renuncias en el Ejecutivo que sea intolerable para el Presidente Fernando de la Rúa. Pero la frase indica una disposición bélica que, si no se canaliza hacia el gabinete, podría trasladarse a otros campos como el Senado.
�Chacho� viene reclamando cambios en la Cámara alta. No los especifica, pero el presidente provisional del Senado José Genoud y el presidente del bloque radical Raúl Galván se sienten tocados por sus críticas. Ayer, por ejemplo, la interpretación sobre Genoud que Alvarez dio a los dirigentes de la Alianza a quienes comentó su día en Olivos fue despreciativo:
�Sí, estuvo en la Quinta Presidencial, pero buscando sacarse una foto a solas con De la Rúa para convalidarse �dijo según el relato de uno de sus interlocutores.
Y durante todo el día se produjo un fenómeno inverso al del viernes. La danza de nombres de quienes dejaría el Poder Ejecutivo cesó mientras aumentaba la de quienes cambiarían de función en el Senado. Un rumor que se completaba con la eventualidad de que el hiperdelarruista porteño José María García Arecha reemplazara a Genoud.
�García Arecha tiene la confianza de De la Rúa y no forma parte del sistema de relaciones que tejieron en los últimos años Genoud y (Augusto) Alasino �razonó un diputado.
Un secretario de Estado que pidió estricta reserva de identidad pronosticó que habrá cambios en el Senado, aunque no se animó a ponerles fecha. La cuestión tiene su miga, porque De la Rúa parte mañana a la mañana hacia México y estará fuera del país diez días. O no produce ningún cambio, o lo hace hoy o deja que se haga solitariamente en apariencia cuando él no está.
Ayer, el Presidente eligió no salirse de su libreto del viernes a la noche, cuando en Aeroparque desmontó todos los rumores de renuncia de ministros o secretarios. Insistió en que �no hay renuncias presentadas, no las espero�, y dijo que �una cosa es que un funcionario sea mencionado por evaluaciones y otra que sean cuestionados�.
Darío Lopérfido, que en público expresa la corriente del Gobierno más reticente a que salten fusibles políticos, dijo que �hasta que el Poder Judicial no se expida no se pueden poner sospechas sobre la gente, porque podrían producirse situaciones injustas�.
�Hay que meter el bisturí hasta el hueso�, dijo De la Rúa en una metáfora médica. El gobernador bonaerense Carlos Ruckauf quiso superar su inspiración y opinó que �si hay funcionarios del Estado nacional que pagaron con dinero públicos el soborno, están utilizando el dinero que habría que utilizar para comprar vacunas, medicamentos o para dar planes de trabajo para comprar una ley, y entonces son asesinos�. Después aclaró: �Asesinos de la República�.
Alvarez aprovechó para chucearlo recordando que debería haber dicho lo mismo cuando fue vice de Carlos Menem, y el vice de Carlos Ruckauf, Felipe Solá, criticó a Alvarez porque, dijo, �quiere quedar como el único que lucha contra la corrupción�.
Tarde, ayer, De la Rúa seguía en Olivos, tras alternar encuentros cortos y largos. Entre los últimos, además de Alvarez, uno con Adalberto Rodríguez Giavarini, hombre de consulta en situaciones de crisis, y otrocon Juan Llach, a quien prometió respaldo político aunque habrá que saber si eso incluye una definición en el enfrentamiento que el ministro mantiene con su vice Andrés Delich.
| Apoyo público para Llach
El presidente Fernando de la Rúa ratificó ayer en su cargo al ministro de Educación, Juan José Llach. El Presidente hizo público su respaldo en una reunión de más de dos horas que mantuvo en la quinta de Olivos con el titular del Palacio Sarmiento, sobre quien pesaban rumores sobre una probable renuncia. Después del encuentro, los voceros de la cartera educativa informaron que De la Rúa le dio a Llach �total libertad de acción en el manejo de la política educativa del gobierno nacional�. Durante 48 horas, el titular de Educación había sido considerado como uno de los funcionarios que se alejarían del Ejecutivo por iniciativa propia o por decisión presidencial. Los reiterados paros docentes, el enfrentamiento con los sindicalistas de Ctera y las peleas internas con el viceministro Andrés Delich habían afectado al ministro. Sin embargo, ayer De la Rúa lo respaldó públicamente y, según allegados a Llach, apoyó el Pacto Federal Educativo II, que se firmaría el próximo 11 de septiembre a pesar de la resistencia de los gremios, de algunas provincias y funcionarios del propio Ministerio de Educación. |
| García Arecha casi dixit
Por M.G.
José María García Arecha pidió que no se hagan nombres cuando este diario le consultó si reemplazaría a José Genoud como presidente provisional del Senado.
�Los objetivos �dijo telefónicamente desde Los Cardales� son consolidar la gestión del presidente De la Rúa, cicatrizar cualquier posible herida que estos desgraciados episodios puedan haber causado en la Alianza y hacer los mayores esfuerzos en búsqueda de la verdad. Así nos lo reclamó, incluso, Raúl Alfonsín.
�¿Pero habrá cambios en el Senado o no?
�Mire, yo le digo que ningún hombre, y tampoco ninguna pelea por cargos, pueden poner en riesgo los objetivos superiores.
García Arecha no quiso avanzar más, pero una lectura es posible: que Carlos �Chacho� Alvarez no critique más en público al Senado, y puede quedar la puerta abierta para relevos en la cúpula. |
Solo podria haber novedades en el Senado
A México sin cambios aquí
Por José Natanson
La sensación de los funcionarios que pasaron ayer por Olivos para conversar con Fernando de la Rúa fue que, por lo menos hasta dentro de diez días, cuando vuelva de su gira por el exterior, el Presidente no está dispuesto a modificar su Gabinete. �Tengamos calma�, le dijo ayer a un ministro que lo llamó preocupado por la posibilidad de cambios inminentes.
Un dirigente aliancista que pasó ayer por Olivos resumió a Página/12 la situación. �De la Rúa sabe que la crisis es grave, que tiene que ponerse al frente y no correr atrás de la realidad. Pero también hay que entender que es un hombre cauto y que tiene sus tiempos, que difieren de los del resto de la humanidad�, explicó.
La frase sintoniza con el pensamiento de un núcleo muy cercano al Presidente, el que lidera desde la sombras Antonio de la Rúa y cuya cara más visible es el secretario de Cultura y Comunicación, Darío Lopérfido. La teoría es que con la expulsión de un par de funcionarios no se logrará frenar la crisis �que viene agravándose sin pausa desde hace días� y que lo esencial es preservar al Presidente que, hasta el momento, no fue gravemente salpicado según las encuestas.
Aparentemente fue ésta la tesis que decidió adoptar De la Rúa, que mañana partirá a México, Canadá, Estados Unidos y China con el mismo gabinete que hoy. Según señaló una fuente cercana al Presidente, tampoco había posibilidades �por lo menos hasta ayer� de acortar el viaje, como le habían recomendado dos ministros el martes pasado.
Desde luego, esto no significa que se desentienda del asunto. Ayer, en medio de las reuniones que se sucedían en Olivos, De la Rúa habló con Lopérfido y Alvarez, dos de sus interlocutores junto a otros como el diputado Marcelo Stubrin y su hermano Jorge de la Rúa, secretario general de la Presidencia. Fue una charla distendida, en el que analizaron las diferentes alternativas para la sesión del martes en el Senado.
El clima amigable de aquel encuentro no impidió que Alvarez �el dirigente que más hizo por profundizar el tema� continúe analizando diferentes alternativas políticas para salir de la situación. �Chacho no va a escalar el conflicto�, decía ayer un legislador cercano al jefe del Frepaso refiriéndose a una eventual presión mayor que la actual en favor de cambios en el gabinete. Es que su situación es delicada: si empuja ante De la Rúa, debe contemplar la salida de Alberto Flamarique sin garantías de que al mismo tiempo se vaya Fernando de Santibañes, y menos que pierda importancia su enemigo Enrique �Coti� Nosiglia, quien además no detenta ningún cargo oficial que pueda dejar.
Aunque no quiere meterse en la interna radical, �Chacho� vería con buenos ojos el reemplazo al frente del bloque oficialista de senadores de Raúl Galván por el cordobés José Luis Molinari Romero, a quien le reconoce honestidad y cintura.
El nombre de Molinari Romero ya se mencionaba y por eso la novedad sería el candidato de �Chacho� para suceder a José Genoud en la presidencia provisonal del Senado: José María García Arecha, quien no fue mencionado en ninguna de las versiones de sobornos. Aunque se enfrentó con Alvarez en más de una oportunidad (�Chacho� lo acusó siempre de antialiancista) lo cierto es que en el último tiempo se fue acercando al vicepresidente.
Hay consenso para que no
haya senadores sin fueros
Por Fernando Almirón
En el Senado de la Nación hay consenso para desestimar, esta semana, el pedido de desafuero de ocho legisladores vinculados en la causa de presuntos sobornos en el Congreso, que el juez Carlos Liporaci presentó el viernes ante la Cámara alta. Tanto el presidente provisional del cuerpo, el radical José Genoud, como el justicialista Jorge Yoma, que tiene a su cargo la Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado, consideran que no es necesario desaforar a los legisladores para que el magistrado pueda tomarles declaración indagatoria, e incluso procesarlos si la Justicia lo considera necesario. �Liporaci apeló a un anuncio espectacular que respondió más a su intención de generar un efecto en los medios que a lo que indica la Constitución�, señaló un integrante de la bancada radical.
Los senadores quieren evitar una polémica pública con el magistrado y que el rechazo a los pedidos de desafuero solicitados por Liporaci pueda ser interpretado como una actitud de protección sobre los legisladores que el magistrado quiere indagar. Entre ellos siete justicialistas: Ramón Ortega, Eduardo Bauzá, Ricardo Branda, Alberto Tell, Angel Pardo, Emilio Cantarero y Remo Constanzo; y un radical, Javier Meneghini.
El eje de la cuestión pasa por la interpretación que hace el juez sobre el alcance de los fueros parlamentarios. Liporaci asegura que hay elementos suficientes como para dar por probados los sobornos y que la instrucción de la causa requiere someter a declaración indagatoria, formularle preguntas de cargo, a ocho senadores. A los que pide desaforar. Yoma y Genoud consideran que los fueros que amparan a los legisladores no impiden que ellos puedan ser indagados, incluso procesados por la Justicia, ya que sólo los protegen en caso de arresto o detención.
Según el constitucionalista Daniel Sabsay, �los fueros de los senadores son válidos sólo para casos de arresto o detención�. El especialista agrega: �Pero de todos modos, según el artículo 70 de la Constitución, un juez está habilitado a solicitar el desafuero de un legislador, para lo que deberá fundar debidamente su pedido que deberá ser tratado por la Cámara legislativa en sesión pública y se requiere del voto de los dos tercios de los presentes para hacer efectivo el despojo de estos fueros�. Así fue el caso del senador por Córdoba, Eduardo Angeloz, que fue suspendido del cuerpo mientras duró su procesamiento judicial por supuestos actos de corrupción cometidos durante el período en que gobernó la provincia. Angeloz fue absuelto y recuperó su banca.
Otro jurista, Gregorio Badeni, agrega: �La pérdida de fueros de un legislador implica la suspensión de su estado parlamentario, por lo que no puede ocupar su banca durante las sesiones en el recinto�.
Esta interpretación es la que, justamente, más alarma al bloque del PJ en el Senado, ya que en caso de desaforar a siete de sus integrantes la oposición perdería el quórum propio que hoy ostenta en el cuerpo. �No se puede permitir que se maneje de manera tan arbitraria el juego de las mayorías parlamentarias�, aseguró ayer Yoma. Quien agregó: �Si mañana a un juez se le ocurre pedir el desafuero de 20 integrantes de nuestra bancada nos quedaríamos sin la debida representación en el Senado por las meras sospechas de un magistrado�.
Yoma y Genoud se reunirán el lunes con Liporaci para convencerlo de desestimar sus pedidos de desafuero y a cambio le ofrecerán un respaldo de la Cámara alta a su investigación. Este gesto iría acompañado por una suerte de compromiso formal �cuyo encuadre estarían estudiando radicales y justicialistas� por el cual los 69 integrantes del cuerpo renuncian a todo tipo de privilegios que impidan el accionar de la Justicia.
En el Congreso están esperando que Liporaci les haga llegar los fundamentos de su solicitud, y esperan que de su informe no se desprenda que su objetivo es tener las manos libres como para disponer la detención de los imputados.
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opinion
Por Daniel Sabsay* |
| Qué es el cohecho
El cohecho, soborno o, como se dice en la calle, la coima, es un delito mediante el cual un funcionario público compensa en forma ilegal la realización de determinado acto. Puede haber connivencia entre distintos funcionarios del Estado o entre el sector privado y el sector público. Estos últimos casos son los más comunes, y la moneda de cambio puede ser dinero en efectivo, un servicio determinado o algún tipo de beneficio concedido en forma irregular. En todos los casos, la presencia del cohecho genera una situación de desigualdad entre gobernantes y gobernados, porque sólo tienen acceso a ser beneficiados por las decisiones de los gobernantes aquellos que tienen con qué pagar.
En el caso del Senado, estaríamos ante una situación de colaboración contra legem entre los poderes del Estado. A la hora de evaluar la prueba en este delito entran a jugar los indicios, las confesiones. Los indicios son muy importantes y deben tenerse en cuenta porque es muy difícil encontrar prueba documental: nadie va a firmar un contrato de coima. También, hay que decirlo, es muy fácil dictar la falta de mérito si no se insiste en los careos, si no hay labor activa para generar la prueba. Es decir, si el juez no tiene la voluntad política de ir a fondo. La labor del fiscal también es muy importante.
* Constitucionalista |
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