Por Alejandra Dandan
El instructor que estuvo a cargo de los tres buzos muertos hace dos meses en un dique cordobés consiguió su licencia en sólo 23 días. Página/12 tuvo acceso al curriculum donde se indica que José Luis Scheffer pasó de buzo a instructor en un curso tomado en septiembre del año pasado en Bombinhas, Brasil. En el país, Prefectura exige al menos un año de entrenamiento para la graduación en esa categoría. Para la Federación Argentina de Actividades Subacuáticas (FAAS) �si Sheffer logró ese título es porque se lo han vendido�. Pero no sería el único: para la FAAS la falta de control sobre la actividad ha alimentado un mercado donde pueden hasta comprarse títulos por 1500 o 2000 pesos.
En un informe que será entregado a la Justicia, la FAAS señala que Sheffer consiguió el 3 de septiembre del �99 el título de Dive Master PADI. Sólo 23 días después, el 26 de ese mes, el hasta entonces buzo rosarino lograba graduarse como Instructor PADI, una de las cuatro operadoras internacionales más importantes de buceo deportivo. �Es una empresa norteamericana que reúne a la mayor cantidad de buzos en el mundo�, explicó a Página/12 el prefecto Miguel Bartorel a cargo de la Escuela Nacional de Buceo Deportivo. A ella se le agrega entre otras la Confederación Mundial de Actividades Subacuáticas (Cmas) de origen francés y representada en el país por la FAAS.
�Acá es Prefectura Naval, como autoridad de aplicación, quien examina y otorga las matrículas para desarrollar actividades de buceo en las áreas de jurisdicción nacional�, dice Bartorel. Así, aquellos que busquen bucear o enseñar en mares, ríos o algunas cuencas provinciales sólo pueden hacerlo con la matrícula extendida por la Prefectura. Para entregar esa matrícula, el organismo exige a los aspirantes a instructor, entre otros requisitos, un año de antigüedad en la última categoría de buzo (tres estrellas) y 60 inmersiones en ambientes naturales. Sólo así el buzo puede empezar su curso de instructor. Esos mismos requisitos son exigidos por la FAAS a sus buzos. Pero no en todos lados existe un control. Para nadar o dar clases en el dique cordobés donde se produjeron las muertes Sheffer no necesitaba la matrícula: esa zona no es jurisdicción de Prefectura.
Este punto es cuestionada por Pablo Rende, presidente de la FAAS. �Fue un asesinato �sentencia�: no se registra en todo el mundo un accidente de estas características�. Rende analizó los antecedentes de Scheffer, que hizo sus dos primeros cursos de buceo bajo la órbita del FAAS. Esos resultados fueron confrontados en la FAAS con reglas internacionales: �Se hizo instructor en 23 días y bajó con cinco personas que tenían sólo una semana de entrenamiento en Brasil, a 30 metros de profundidad. Ha cometido una falta total, un acto criminal�, dice Rende. Los reclamos no concluyen. Luego de denunciar �la falta total de controles de Prefectura�, Rende advierte que Sheffer tenía abierta una escuela de buceo en Rosario desde donde reclutaba gente para entrenar en Brasil.
Las víctimas habían tomado en el verano un curso básico de una semana de la Operadora Bandeirantes Do Mar, en Bombinhas. Entre ellas, estaban Guillermo Javier Carcedo, de 23 años, José Manuel Mato, de 32 y Micaela Soledad Palma, de 13, con su papá Claudio Aquiles. Guillermo, José Manuel y Micaela murieron el 18 de junio en el segundo día de entrenamiento en el dique. Scheffer había propuesto la inmersión de buceo profundo.
La FAAS y Prefectura prohíben inmersiones a esa profundidad para buzos con una semana de práctica. Para alcanzar la categoría inicial de una estrella ambas entidades exigen un curso de tres meses de teoría y práctica. Con ese nivel los egresados de la FAAS quedan habilitados a sumergirse a 20 metros, los de Prefectura a 15. Antes de volver al curso en busca de la segunda estrella, los aspirantes deben pasar un año de prácticas. Ninguno de los buzos de Córdoba hubiese podido intentarlo.
El informe destaca que �existieron errores en las conductas de los buzos probablemente a causa de la poca experiencia: algunos tenían menos de diezinmersiones en su haber�. En las conclusiones Francisco Lacase, secretario del Comité Técnico de la FAAS, compara la práctica de buzos �entrenados en aguas cálidas y en condiciones opuestas a las del dique que tiene fondo de barro y cuando se apoya el buzo provoca material en suspensión que reduce la visibilidad a cero�.
�Hay una imputación que está siendo estudiada porque este es un tema espinoso�, dijo a este diario Adrián Montenegro, fiscal de la causa. José Luis Scheffer fue excarcelado en junio, pero sigue imputado por homicidio culposo. Su caso, según el fiscal, sentará precedentes dado que no hay jurisprudencia sobre el tema. �Si bien hay mucha actividad de este tipo no hay reglamentación�, señaló. El vacío legal ha contribuido, según la FAAS, a la proliferación del buceo deportivo como negocio. Rende asegura que hay escuelas de Puerto Madryn donde los resultados se compran: �Por 1500 o 2000 pesos comprás el título sin examen y esto es una práctica más habitual de lo pensado�.
Anatomía de un accidente
En junio, José Luis Scheffer convocó a cinco personas para realizar prácticas Advanced Open Water PADI, curso de buceo de avanzada, en la zona de Laguna Azul, en La Calera. El sábado 17 realizaron dos inmersiones de día y una a la noche, sin problemas. La última prueba sería el domingo en el Dique La Quebrada, donde Scheffer había buceado varias veces y bajarían a 30 metros, todos menos Micaela Palma, que no pasaría de los diez metros. Eran las 14:34 cuando Sheffer y sus cinco alumnos comenzaron a bajar. Minutos más tarde, el instructor salió a la superficie porque Micaela estaba en emergencia. En su declaración, Sheffer dijo que la encontró en el fondo, sin el regulador en la boca y con principios de asfixia. Declarando en la comisaría de Río Ceballos, el hombre explicó que perdió de vista a Micaela cuando intentaba colocarle el regulador porque recibió un golpe de otro buzo desde atrás. El fondo del Dique ya estaba revuelto y sin visibilidad. Scheffer subió a la superficie y por las burbujas divisó el sector donde estaban sus alumnos. El hombre debía bajar a buscarlos, pero no lo hizo: no tenía el cinturón lastre necesario. Cuando le alcanzaron uno, Scheffer ya mostraba signos de pánico. Sus alumnos seguían abajo, con la excepción de Claudio Palma. Su traje fue usado por un buzo que estaba en el lugar y que bajó a socorrer al resto, aunque ya no se veían burbujas. Halló a José Manuel Mato, con signos de paro respiratorio. Una hora más tarde llegaron los equipos de la policía de la provincia y ese día se trabajó bajo el agua hasta las siete de la tarde, cuando apareció el cuerpo de Micaela. |
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