Por
Diego Schurman
Para Antonio Cafiero llegó la hora de apuntar al Gobierno.
Por eso, con el aval del gobernador Carlos Ruckauf, impulsará hoy
el juicio político de Alberto Flamarique y la interpelación
de Fernando de Santibañes. El ministro de Trabajo y el titular
de la SIDE son los dos funcionarios del Gobierno que vinculan a la compra
de votos en el Congreso.
Cafiero abordará el tema en un encuentro que mantendrá al
mediodía con Ruckauf, su vice, Felipe Solá, el ministro
de Justicia, Jorge Casanovas, el presidente del PJ provincial, Eduardo
Duhalde, el diputado Mario Cafiero, y el senador Jorge Villaverde, entre
otros.
En verdad, será una puesta en escena de algo conversado profusamente
a lo largo del fin de semana. La idea de los dirigentes del PJ bonaerense
es completar el circuito de la supuesta coima. En otras palabras,
si hasta ahora el debate se centró en los nombres de los potenciales
receptores de dinero, esta semana buscarán despertar interés
sobre aquellos que aparentemente pagaron.
Flamarique
aparece como el flanco más débil. No sólo porque
fue el principal responsable de la aprobación de la reforma laboral,
sino porque además regaló su mejilla con una frase que cuatro
sindicalistas le atribuyen: Para los senadores tengo la Banelco.
El jefe de la CGT rebelde, Hugo Moyano, ratificará hoy ante la
Justicia lo que dice haber escuchado del ministro de Trabajo. Lo mismo
harán entre el martes y el jueves Juan Manuel Palacios, Saúl
Ubaldini y Omar Viviani, los otros testigos del encuentro con Flamarique.
No importa si la frase la dijo como ironía o como amenaza.
Por la sola mención merece el juicio político dijo
a Página/12 el diputado justicialista Mario Cafiero, uno de los
hijos de Antonio.
El caso de Santibañes es distinto ya que no es ministro y no cuenta
con fueros. Por eso consideran que una manera de ponerlo en el centro
de escena es pidiendo su interpelación. Sobre el amigo de De la
Rúa pesan sospechas de haber sacado fondos de la SIDE para financiar
los supuestos sobornos.
En el encuentro de este mediodía, que se celebrará en el
Banco Provincia, se pondrán sobre la mesa otros elementos para
justificar el pedido de juicio político. Uno de ellos será
la frase del juez que confirmó la existencia de sobornos: Alguien
cobró, alguien pagó. Y hasta se dijo que el propio
Cafiero guarda un as en la manga que comprometería al funcionario
del Gobierno.
Anoche hubo una sucesión de reuniones, apenas matizadas con el
partido de la Selección de fútbol, donde se analizó
la manera de presentar el juicio político. El camino será
a través de Diputados, la cámara de origen de la reforma
laboral, a través del legislador justicialista Carlos Soria, quien
viene trabajando junto a Cafiero.
La
presencia de Ruckauf junto al senador buscará darle sostén
político a la jugada, de tal manera que Cafiero no aparezca en
una cruzada solitaria. El gobernador, como ya lo había hecho Moyano
ante los micrófonos, le pidió en privado al presidente Fernando
de la Rúa la renuncia de Flamarique y de De Santibañes.
Y, como si fuera poco, tildó de asesinos a aquellos
funcionarios que supuestamente sobornaron.
En las conversaciones del fin de semana Carlos Chacho Alvarez
figuró bien alto en el ranking de los mencionados. En el PJ hubo
todo tipo de movimientos para que el vicepresidente quedara salpicado
por las denuncias de corrupción.
Flamarique es un personaje de segunda línea. No tiene autonomía.
Alvarez sabía de todo lo que sucedía. Ahora está
sobreactuando, pero Flamarique atendía en su despacho. Operaba
desde el despacho de Alvarez -señaló a este diario Héctor
Maya, uno de los invitados a las reuniones de Cafiero, Villaverde y Duhalde.
El senador entrerriano reconoció haber hablado sobre el tema con
el ex presidente Carlos Menem, uno de los grandes ausentes en el debate
sobre los presuntos sobornos, pese a que muchos de los mencionados en
la causa, Eduardo Bauzá entre ellos, le responden ciegamente desde
hace más de una década.
En verdad Menem está más que preocupado de lo que aparenta.
Y no deja de reunirse con sus colaboradores cercanos. Una de sus espadas,
el senador Carlos Corach, se privó el sábado de su descanso
en Highland, un country de la localidad bonaerense de Del Viso, para poner
al tanto al ex presidente de lo acontecido en la Cámara alta.
Fue, justamente, este fin de semana cuando empezaron las críticas
a Alvarez, a las que se sumó el ex ministro de Desarrollo Social,
Eduardo Amadeo. El vicepresidente también se llevó todos
los reproches de Bauzá quien, inquieto tras saber que figura en
el expediente del juez Carlos Liporaci, también levantó
el teléfono para llamar a Ruckauf, con quien se comunicó
el viernes y el sábado.
Si Bauzá es finalmente el senador que Cafiero identificó
con la letra A en su escrito al juez, se trata del legislador que recibió
un dinero aparentemente distribuido por el presidente del bloque del PJ.
Y que aceptó suponiendo que se trataba de fondos reservados y no
de dinero de la coima. El senador mendocino, a través de sus voceros,
niega haber recibido dinero.
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