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Recambio de senadores, jugada con final abierto

Por Raúl Kollmann

t.gif (862 bytes)  Más allá de la crisis institucional, que los hombres del justicialismo bonaerense propongan una elección anticipada de senadores puede tener una explicación obvia: el PJ, con Eduardo Duhalde como candidato, es favorito en la elección de ese distrito. Eso ayudaría a consolidar la figura de Carlos Ruckauf y la vuelta al ruedo del propio Duhalde. Los otros dos referentes nacionales del PJ, José Manuel de la Sota y Carlos Reutemann, también encabezan distritos donde la lógica es que gane –hoy por hoy– el peronismo. Pero si se proyectan los posibles resultados a todo el país, una elección anticipada de los senadores le puede hacer perder terreno al justicialismo. En este momento tiene una ventaja sólida en bancas –37 del PJ contra 23 de la Alianza–, aunque las deserciones que se produjeron en su bloque –cinco senadores– le impiden contar con mayoría absoluta. Habría que ver qué clima hay en una elección anticipada, pero todo indica que el justicialismo perdería bancas e incluso podría quedar amenazada su mayoría. También la Alianza corre riesgos: si hay un clima opositor, una oleada de fuerte malestar con la situación económica, la Alianza podría quedar en mayor desventaja que en la actualidad.
Hasta hace un mes, el PJ era amo y señor del Senado. De los 37 senadores, uno ya había constituido bloque aparte –el santacruceño Daniel Varizat–, pero contaba con 36 sobre un total de 69, es decir que tenía quórum propio y una mayoría para votar, por ejemplo, la ley laboral. En las últimas semanas sufrió el apartamiento de otros dos senadores –Rodríguez Saá y Maya–. La semana pasada se apartaron Cafiero y Villaverde. Le quedan entonces 32 bancas. Sigue teniendo mayoría, pero ya no mayoría absoluta. La Alianza cuenta con 23 y los partidos provinciales suman 9.
Una elección anticipada puede provocar pequeños cambios o un verdadero terremoto. Dependerá del ambiente en el que se viva esa elección.
Los comicios pueden coincidir con un momento de furia con el Gobierno, sobre todo por la situación económica.
Pero también puede haber una coyuntura en que la gente quiera respaldar al Poder Ejecutivo y en especial al presidente De la Rúa.
Más probable todavía es que el electorado se mueva muy en función de las realidades provinciales, apoyando o rechazando al gobernador de cada distrito. Debe tenerse en cuenta que no existe una ley que fije la fecha de la elección, por lo que existe la posibilidad de que los comicios se hagan en fechas distintas de acuerdo a la provincia.
También habrá que ver los candidatos de cada fuerza en cada distrito. También eso puede jugar un papel relevante.
Teniendo en cuenta semejantes incógnitas, Página/12 hizo una estimación de acuerdo a las últimas encuestas y a los pronósticos de distintas consultoras.
En principio, el justicialismo es favorito en Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, La Pampa, La Rioja, San Luis, Santa Cruz y Santiago del Estero.
La Alianza debería ganar en Capital Federal, Catamarca, Chaco, Chubut y Río Negro.
Tiene lógica que ganen los partidos provinciales en Neuquén y Corrientes.
Hay distritos muy peleados, como Entre Ríos, Salta, Formosa, Jujuy, Mendoza, Tierra del Fuego, Tucumán o Misiones, y otros en los que verdaderamente hay que esperar hasta ver cómo se agrupan las fuerzas y los candidatos.
Con este panorama a la vista, las conclusiones son las siguientes:
Quien más pone en juego es el PJ, que ostenta la mayoría actual.
Todo indica que la ventaja a favor del justicialismo será menor que la que tiene ahora. Un cálculo razonable indica que, a lo sumo, el PJ puedetener cinco senadores de diferencia, con lo cual los provinciales pueden desequilibrar la balanza.
Si hay un clima muy favorable al oficialismo, no se puede descartar que la Alianza termine con mayoría en la Cámara alta.
En síntesis, los referentes del PJ –Ruckauf, De la Sota y Reutemann-seguramente saldrán bien parados de una elección anticipada, pero al mismo tiempo se trata de una jugada riesgosa para su partido. Hoy tiene en el Senado un factor de poder: tal vez lo retenga, pero como suele suceder en las elecciones argentinas, el resultado no está escrito. Más aún si se tiene en cuenta que en esos comicios las acusaciones por coimas serán un fuerte argumento y el centro de la polémica entre unos y otros.

 

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