Por
Victoria Ginzberg
Alfredo Bravo siempre ha mentido, no está
probado que haya sido torturado, fue colaborador de la Armada.
Las frases fueron pronunciadas por el almirante retirado Horacio Zaratiegui
hace más de dos años en una entrevista transmitida por la
cadena CBS. Y por ellas el marino fue acusado de injurias por el diputado.
Ayer comenzó el juicio oral por ese caso y si Zaratiegui es castigado
con una pena de prisión, podría ir a la cárcel ya
que en 1993 fue condenado por falso testimonio, también
por mentir sobre el secuestro de Bravo.
Zaratiegui se acomodó frente al televisor de la pequeña
sala de audiencias en la que sólo entraban tres sillas además
de los escritorios del juez y las partes y vio el video del programa
Polos Opuestos. En esa emisión de principios de 1998,
él y el diputado frepasista Alfredo Villalba habían debatido
sobre las repercusiones que por ese entonces tenía la entrevista
realizada por la revista trespuntos a Alfredo Astiz y la presentación
del proyecto de nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final
hecha por un grupo de diputados del Frepaso.
Durante el programa, Zaratiegui no sólo se refirió a Bravo.
Dijo que los terroristas tienen que decir dónde escondieron
los cuerpos y justificó las desapariciones argumentando que
hubo una guerra y en toda guerra hay ejecuciones sumarias.
También mencionó al hijo desaparecido de la ministra de
Desarrollo Social, Graciela Fernández Meijide. Murió
en combate, dijo, mientras Villalba le replicaba que fue secuestrado
en su casa a los 17 años.
El diputado socialista Jorge Rivas acompañó durante la audiencia
a Bravo. Ante la pequeñez de la sala, el magistrado Raúl
García hizo que le acercaran una silla y le indicó: Usted
debe estar acostumbrado, siéntase como en una reunión de
comisión.
Villalba fue el primer testigo en presentarse ayer ante el juez correccional.
En su declaración ratificó lo que había escuchado
durante el programa. A pedido de los abogados de Bravo, Juan María
Ramos Padilla y Marcela Alejandra Arvia, testificaron también varios
televidentes ocasionales del programa, entre ellos el abogado de la Asamblea
Permanente por los Derechos Humanos, Horacio Ravenna, la ama de casa Patricia
Gilda Ruiz y el electricista Guillermo Somoza. Todos confirmaron las palabras
de Zaratiegui. Por la defensa, acudieron los marinos retirados Gustavo
Conde y Carlos Guillermo Cefaratti. Pero estos testigos no habían
visto el programa.
La intención de Zaratiegui era que los marinos desacreditaran a
Bravo -copresidente de la APDH acusándolo de colaboracionista.
Luego de varios cruces con el juez y la defensa, Ramos Padilla logró
que las preguntas sobre la detención de Bravo fueran desestimadas:
Aquí se juzga al reo Zaratiegui, no vamos a permitir que
se hagan preguntas que afecten la honra y el honor de Alfredo Bravo,
manifestó. De cualquier manera, las declaraciones de Conde y Cefaratti
no ayudaron a Zaratiegui en 1993, cuando fueron testigos en el juicio
en el que el almirante fue condenado por falso testimonio. El marino fue
juzgado por una demanda iniciada por Bravo a raíz de su declaración
en el juicio a las juntas, donde también mintió acerca de
las circunstancias del secuestro del diputado. En ese momento su pena
quedó en suspenso, pero los querellantes apuestan a que si ahora
es condenado, cumpla su sentencia. Aunque el juez podría sólo
aplicarle una multa.
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