Una mujer que fue asaltada en su vivienda de la localidad de Pilar murió asfixiada luego de que uno de los asaltantes le colocara una bolsa plástica en la cabeza. El hecho tuvo lugar ayer, alrededor de la una de la madrugada, cuando dos hombres armados ingresaron a la casa de Mercedes Lencina, de 41 años, con intenciones aparentes de realizar un robo. Además de la mujer, en la casa dormían sus tres hijos, de 7, 11 y 14 años, y su sobrina, de 16. A la mujer le colocaron una bolsa de nylon en la cabeza y la mantuvieron atada, en la cocina. Los asaltantes se llevaron algunos electrodomésticos y desaparecieron sin dejar huellas. Poco después, la sobrina de Lencina logró zafar de su encierro y descubrió a su tía con la cabeza cubierta, creyendo que estaba desvanecida. A última hora, una de las hipótesis de los investigadores consideraba que la víctima podría haber reconocido a alguno de los asaltantes y por ese motivo la asesinaron. El caso se inició alrededor de la una de la madrugada, con todas las características de un asalto. Ocurrió en la vivienda ubicada en Costa Rica 4264, en la localidad de Maquinista Savio, en el partido de Pilar. La zona es humilde, de casas bajas. Se encuentra a diez cuadras de la estación que lleva el nombre de la localidad, y a diez kilómetros de la comisaría más cercana, la 4ª de Manuel Alberti. Dos hombres golpearon a la puerta de la casa de Mercedes Georgina Lencina de Casoli, de 41 años. A esa hora, la mujer se encontraba con sus tres hijos, de 7, 11 y 14 años de edad, y su sobrina, de 16. Los tres menores dormían en el dormitorio. Cuando Lencina abrió la puerta, los asaltantes la encañonaron e ingresaron a la casa. Uno de ellos llevaba su rostro semioculto. Rápidamente dominaron la situación. A la dueña de casa la ataron y la dejaron en la cocina. La sobrina, que en ese momento se encontraba con la mujer, también fue atada y arrojada a uno de los cuartos, mientras que los tres chicos fueron encerrados en el dormitorio. Durante varios minutos, los dos hombres se dedicaron a revolver la casa, hasta que cargaron al hombro un televisor y un equipo de audio y salieron tal cual entraron, sin ser vistos por nadie del vecindario. Pero antes, encapucharon a Lencina con una bolsa de nylon y la ajustaron a su cuello. Poco después, la sobrina logró zafar de sus ataduras y corrió hacia la cocina. Allí descubrió a su tía caída en el piso, con sus manos atadas y con la bolsa colocada en su cabeza. Creyó que estaba desvanecida y llamó a la unidad asistencial de la zona. Fueron los médicos que determinaron que la mujer había fallecido y quienes avisaron a la subcomisaría de Maquinista Savio, desde donde lanzaron el anuncio a la comisaría 4ª de Pilar. La información llegó a las 2 de la mañana, dijo a este diario una fuente de la investigación. El caso recayó en la fiscalía 3 de San Isidro, a cargo de Ricardo Costa, con intervención del juez de Garantías 1, Diego Barroetaveña. Rápidamente, tomó cuerpo la noticia de que la mujer había sido asesinada para robarle electrodomésticos. En los corrillos del barrio, los vecinos, comenzaron a murmurar sobre la inseguridad de todos los días. Acá se vive con miedo, comentó una mujer. Una vecina reclamó: Se tiene que hacer justicia; esto le puede pasar a cualquiera. Pero entre los investigadores, el caso no aparecía tan evidente. Que no hayan dejado huellas de un auto resulta extraño, confesó a este diario uno de los sabuesos. Que uno de ellos haya tenido su rostro semioculto, también. La vinculación con la bolsa en la cabeza no demoró demasiado. Una hipótesis comenzó a funcionar dentro de la batería de posibilidades: Lencina conocía a uno de sus victimarios. Y el hecho de que no se descubrieran vehículos, permitió suponer que los electrodomésticos robados podrían hallarse en el vecindario más próximo. Tampoco se descartaba que el asalto haya sido una maniobra para enmascarar otro tipo de hecho. A última hora de anoche, los investigadoresse aprestaban a realizar dar una serie de pasos que apuntaban a resolver el caso.
|