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La vacuna contra el sida podría tomarse vía oral

Uno de los principales expertos se mostró �muy optimista� y explicó el estado de las investigaciones.

Por Pedro Lipcovich

t.gif (862 bytes)  Dan ganas de ir ensayando cómo dar la noticia que un día será tapa en este diario. Por ejemplo: “Se confirmó la eficacia de la vacuna contra el sida. Se administrará sencillamente por vía oral”. No está mal prepararse porque uno de los principales especialistas del mundo –que visita la Argentina– se mostró, como nunca antes, “muy optimista” al respecto. Hay varias líneas de investigación, ya en ensayo sobre seres humanos. Una de las principales recurre a la ingeniería genética para transferir genes del VIH a bacterias comunes en el organismo: la vacuna se tomaría como la Sabin. Los especialistas solicitaron a todos los países prepararse para pruebas con diversos tipos de vacunas, que deberían incluir a poblaciones considerables durante varios años.
“Lo más importante, hoy, en la lucha contra el sida, son los trabajos para desarrollar vacunas”, sostuvo para este diario Mark Wainberg, ex presidente de la Sociedad Internacional de Sida y director del McGill University AIDS Centre de Montreal, Canadá, quien participó en el Simposio Internacional Sida 2000, de la Fundación Huésped, en Buenos Aires. El investigador afirmó que “ya hay muy importantes resultados de investigación, que van indicando cómo debe actuar una vacuna”.
Una de las líneas de trabajo consiste en “utilizar la ingeniería genética para incluir, en el ADN de bacterias, genes del VIH –señaló Wainberg–. Se usan bacterias muy comunes, como la Salmonella o la Escherichia Coli, y los preparados así obtenidos se administran por vía oral: cuando esas bacterias modificadas se multiplican en el interior del organismo, generan respuesta inmunitaria contra la infección por VIH. Se procura en especial lograr inmunidad a nivel de las mucosas, que es por donde suele trasmitirse la infección”. Sobre estas vacunas “ya se efectúan ensayos clínicos con seres humanos”.
Otra vacuna en desarrollo “utiliza ADN del VIH, del que se han quitado porciones de modo que ya no es infeccioso porque no es capaz de formar un virus completo: inyectado intramuscularmente, tiende a provocar buena respuesta inmunitaria”. Otras buscan el mismo efecto mediante proteínas tomadas del VIH; otra, que también se ensaya en seres humanos, incorpora genes del VIH, pero no mediante bacterias sino mediante otro virus, el de la viruela del canario.
Pero la reconocida variabilidad del VIH ¿no es un obstáculo importante para lograr una vacuna? “En realidad no lo sabemos –contesta Wainberg–. Todavía no hemos probado una vacuna completa, pero es posible que las partes del virus que no varían sean suficientes para obtener una vacuna efectiva”, confía Wainberg. El es “muy optimista” en que se va a llegar a la vacuna y asegura que “es muy importante probar todas las ideas al mismo tiempo, en lugar de esperar a ver si una funciona para probar la siguiente”, ya que “mientras tanto, el VIH sigue expandiéndose en el mundo”.
En el último Congreso Mundial de Sida, que se efectuó este año en Durban, se estableció la recomendación de que todos los países del mundo se preparen para efectuar estudios clínicos sobre vacunas con grandes poblaciones. Cuando esa recomendación se ponga en práctica en la Argentina, cumplirá un importante papel el doctor Horacio Salomón, director del Centro Nacional de Referencia del Sida, que funciona en la Facultad de Medicina de la UBA y uno de los pocos científicos que hacen investigación básica sobre VIH en el país: “Por razones éticas, a los participantes en estos ensayos se les insiste en que deben tomar precauciones para no contraer la enfermedad. Esto, en sí mismo, hace bajar la probabilidad de que se infecten, de modo que, si disminuyen las tasas de infección, no es fácil evaluar si es por la vacuna o porque se cuidaron más. Por eso, estos ensayos deben hacerse con grandes poblaciones y a lo largo de mucho tiempo”. Los ensayos iniciales se están haciendo enpoblaciones con alta incidencia –superior al 5 por ciento– de infección por VIH.
¿Cuánto falta para que llegue la vacuna? “Hace diez años, contestábamos: ‘Dentro de diez años’. Ahora decimos lo mismo, pero con la diferencia de que conocemos muchísimo más al VIH. Por eso soy tan optimista”, responde Wainberg. Es probable que antes que la vacuna lleguen “los microbicidas contra el VIH, de uso local: consistirán en óvulos o jaleas vaginales y están pensadas para las mujeres de países o sectores sociales que no están en condiciones de obtener de sus parejas el uso de preservativos”.

 

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