Por
Pedro Lipcovich
Dan ganas de ir ensayando cómo dar la noticia que un día
será tapa en este diario. Por ejemplo: Se confirmó
la eficacia de la vacuna contra el sida. Se administrará sencillamente
por vía oral. No está mal prepararse porque uno de
los principales especialistas del mundo que visita la Argentina
se mostró, como nunca antes, muy optimista al respecto.
Hay varias líneas de investigación, ya en ensayo sobre seres
humanos. Una de las principales recurre a la ingeniería genética
para transferir genes del VIH a bacterias comunes en el organismo: la
vacuna se tomaría como la Sabin. Los especialistas solicitaron
a todos los países prepararse para pruebas con diversos tipos de
vacunas, que deberían incluir a poblaciones considerables durante
varios años.
Lo más importante, hoy, en la lucha contra el sida, son los
trabajos para desarrollar vacunas, sostuvo para este diario Mark
Wainberg, ex presidente de la Sociedad Internacional de Sida y director
del McGill University AIDS Centre de Montreal, Canadá, quien participó
en el Simposio Internacional Sida 2000, de la Fundación Huésped,
en Buenos Aires. El investigador afirmó que ya hay muy importantes
resultados de investigación, que van indicando cómo debe
actuar una vacuna.
Una de las líneas de trabajo consiste en utilizar la ingeniería
genética para incluir, en el ADN de bacterias, genes del VIH señaló
Wainberg. Se usan bacterias muy comunes, como la Salmonella o la
Escherichia Coli, y los preparados así obtenidos se administran
por vía oral: cuando esas bacterias modificadas se multiplican
en el interior del organismo, generan respuesta inmunitaria contra la
infección por VIH. Se procura en especial lograr inmunidad a nivel
de las mucosas, que es por donde suele trasmitirse la infección.
Sobre estas vacunas ya se efectúan ensayos clínicos
con seres humanos.
Otra vacuna en desarrollo utiliza ADN del VIH, del que se han quitado
porciones de modo que ya no es infeccioso porque no es capaz de formar
un virus completo: inyectado intramuscularmente, tiende a provocar buena
respuesta inmunitaria. Otras buscan el mismo efecto mediante proteínas
tomadas del VIH; otra, que también se ensaya en seres humanos,
incorpora genes del VIH, pero no mediante bacterias sino mediante otro
virus, el de la viruela del canario.
Pero la reconocida variabilidad del VIH ¿no es un obstáculo
importante para lograr una vacuna? En realidad no lo sabemos contesta
Wainberg. Todavía no hemos probado una vacuna completa, pero
es posible que las partes del virus que no varían sean suficientes
para obtener una vacuna efectiva, confía Wainberg. El es
muy optimista en que se va a llegar a la vacuna y asegura
que es muy importante probar todas las ideas al mismo tiempo, en
lugar de esperar a ver si una funciona para probar la siguiente,
ya que mientras tanto, el VIH sigue expandiéndose en el mundo.
En el último Congreso Mundial de Sida, que se efectuó este
año en Durban, se estableció la recomendación de
que todos los países del mundo se preparen para efectuar estudios
clínicos sobre vacunas con grandes poblaciones. Cuando esa recomendación
se ponga en práctica en la Argentina, cumplirá un importante
papel el doctor Horacio Salomón, director del Centro Nacional de
Referencia del Sida, que funciona en la Facultad de Medicina de la UBA
y uno de los pocos científicos que hacen investigación básica
sobre VIH en el país: Por razones éticas, a los participantes
en estos ensayos se les insiste en que deben tomar precauciones para no
contraer la enfermedad. Esto, en sí mismo, hace bajar la probabilidad
de que se infecten, de modo que, si disminuyen las tasas de infección,
no es fácil evaluar si es por la vacuna o porque se cuidaron más.
Por eso, estos ensayos deben hacerse con grandes poblaciones y a lo largo
de mucho tiempo. Los ensayos iniciales se están haciendo
enpoblaciones con alta incidencia superior al 5 por ciento
de infección por VIH.
¿Cuánto falta para que llegue la vacuna? Hace diez
años, contestábamos: Dentro de diez años.
Ahora decimos lo mismo, pero con la diferencia de que conocemos muchísimo
más al VIH. Por eso soy tan optimista, responde Wainberg.
Es probable que antes que la vacuna lleguen los microbicidas contra
el VIH, de uso local: consistirán en óvulos o jaleas vaginales
y están pensadas para las mujeres de países o sectores sociales
que no están en condiciones de obtener de sus parejas el uso de
preservativos.
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