Por
Alejandra Dandan
Es casi una herejía. La Iglesia parece al borde de un ataque
de nervios. Una encuesta mostró que buena parte de sus estudiantes
secundarios han sido contaminados por el poco ortodoxo ideario new age.
La encuesta, que fue hecha por la Fundación Católica para
el Esclarecimiento en Sectas (SPES), dio cuenta de que más del
cincuenta por ciento del estudiantado adhiere leve o firmemente
a postulados contrarios a los religiosos. Certezas como la de que el 80
por ciento de los chicos están convencidos de la existencia de
ovnis y extraterrestres dispararon ayer el estado de alerta máximo.
La primera reacción se desencadenó desde la agencia católica
de noticias (AICA), que definió como alarmante un fenómeno
que es vivido como una amenaza subversiva.
Hubo un disparador para iniciar el estudio: La preocupación
entre los obispos del país por el grado de permeabilidad de la
religión frente a estas nuevas creencias, dijo a este diario
José María Baamonde, presidente del SPES. Esa pérdida
de legitimidad interna bastó para encarar una encuesta que, finalmente,
terminó sorprendiéndolos: Sabíamos que el nivel
de permeabilidad era alto, pero nunca pensamos que tanto.
Baamonde repasa los datos recolectados entre 1098 estudiantes de cuarto
año de secundarios de Capital, Gran Buenos Aires y del interior.
Elegimos cuarto año porque queríamos que tuviesen
un mínimo de formación de catequesis. O al menos eso pensábamos...
En esa búsqueda hallaron que el 83,73 por ciento de las estudiantes
cree en la existencia de ovnis y seres extraterrestres, y un 60,20
en la magia y la posibilidad de efectuar maleficios. Menos popularidad,
aunque con un porcentaje igualmente alto, consiguió entre ellas
la reencarnación, considerada por el discurso religioso como pamplinas
sólo aceptables para el pensamiento mágico. El 51,48 por
ciento de las chicas se reconocieron adherentes a la multiplicidad de
vidas.
Los temas relevados fueron los vinculados con los ejes principales de
las corrientes propaladas por el discurso de la nueva era. Se estudió
la credibilidad que puede tener entre los chicos la astrología,
la comunicación con los muertos y la adivinación del futuro.
El resultado fue un cóctel: los chicos parecieron no tener problemas
en aceptar como verdaderas cada una de estas cuestiones, sin ver en ello
incompatibilidades con los dogmas de la religión. Para la
mayoría, esto no se vive como contradictorio, simplemente se adhiere.
Y este desvío es pernicioso, evaluó el encuestador.
Para desentrañar el grado de corrosión y prevenir indisciplinamientos
peligrosos, se escudriñó por sexo el grado de creencia
firme que podría haber logrado cada tema. Eso permitió
saber que el 41,70 por ciento de los secundarios varones cree firmemente
en los ovnis y extraterrestres, dato que ha logrado menos consenso entre
sus pares féminas. Ellas están firmemente convencidas de
la existencia de los hermanos extraterrenos en el 29,88 por ciento de
los casos.
Pero no por eso las mujeres han conseguido una evaluación más
benévola de parte de los celadores de la religión. A la
hora de evaluar la diferencia de porcentajes entre uno y otro sexo, el
SPES concluye que al fin y al cabo no hay grandes diferencias: Hombres
y mujeres por igual, titula el apartado de resultados.
Pero la examinación divina no se quedó sólo con los
ovnis o maleficios. El SPES quiso conocer a los sacerdotes de la nueva
religión. Entre sus preguntas se pidió información
sobre las vías a través de las cuales los chicos acceden
al material new age. Un 73,67 por ciento de ellas habló de la televisión
como vía, índice que entre los varones subió al 79,62.
A la tele, los chicos sumaron los libros o las revistas. Sobre esa trama,
la fundación supo destilando datos que las familias
juegan en general el rol de agentes contaminantes. La
terrible desorientación respecto de las temáticas incluidas
en el presente estudio no sólo afecta a losjóvenes dicen
las conclusiones sino a las familias. Por eso recomiendan
la necesidad de reforzar allí también la catequesis.
Con todo, hay algo que funciona de piedra angular. Es la concepción
de la Iglesia sobre las doctrinas de la nueva era. El ataque a la new
age está vinculado con la confusión que genera entre
los católicos el amalgamar elementos cristianos y bíblicos
con otros de filosofías y religiones orientales, de la magia y
técnicas psicológicas. Es que para el clero, el indisciplinamiento
de sus acólitos más jóvenes podría no sólo
alterar el índice de población del paraíso: el temor
es que tienda a destruirlo.
El
Estado no es juez
Desde el Gobierno se optó por el terreno cauto del dejar
hacer. El Estado no es juez de las creencias de la gente,
resolvió expresar sobre la cuestión de las sectas,
Norberto Padilla, secretario de Culto de la Nación. No
se puede obligar desde el Estado contemporizó
que la gente crea determinadas cosas. En un claro intento
por separar religión oficial de postura oficial, Padilla
bajó el nivel de alarmismo que provocó el estudio
del SPES en la Iglesia Católica. De todos modos, consultado
sobre la corriente denominada new age, Padilla se ocupó de
aclarar que no es una secta porque todavía no existe
una definición jurídica de ese término.
Tampoco oficialmente, dijo, hay grupos identificados con ese nombre.
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