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Por
Pablo Rodríguez
 
Fue un día movido el de la Unidad Nacional en Chile. En estos
tiempos en que los feriados no convocan a celebrar el motivo por el que
son precisamente feriados, la clase política chilena decidió
ir exactamente en contra del motivo “unidad”: desde el gobierno
se calificó como “hipócrita” el feriado (instaurado
en 1998 como reemplazo del 11 de setiembre, día del golpe militar
de 1973), y la derecha respondió aludiendo a la situación
actual de su líder natural e indiscutido, el general retirado y
desaforado senador Augusto José Ramón Pinochet Ugarte. El
anciano ex dictador eligió este día para lanzar su primera
“Carta a los chilenos” desde que llegó al país
en marzo (ya había mandado dos desde Londres). Pinochet abuelo
dejó que su nieta María José Martínez leyera
la misiva con la ternura característica de la niñez.
La carta guarda silencio acerca de los procesos judiciales por los cuales
el abuelo Pinochet fue desaforado. “En el día de hoy quiero
expresar a cada hombre y mujer de mi querida Patria que abrigo en mi corazón
la firme esperanza de que nuestras divisiones y dolores del ayer sean
superados, fijando nuestra mirada en el futuro, en beneficio de las nuevas
generaciones (...) Con toda humildad, pido a Dios que les dé a
mis compatriotas la sabiduría necesaria para superar los conflictos
del ayer, contribuir a un futuro de paz, unidad y de progreso (...) Confío
en que la obra lograda con tanto esfuerzo y sacrificio de todos los chilenos
no se ponga en riesgo, perdure y se consolide en el tiempo.” Mientras
la niña María José leía el texto (escrito
de puño y letra por Pinochet), su abuelo, de traje oscuro y acompañado
de su esposa, doña Lucía Hiriart, se mantuvo de pie. La
última frase de la carta fue “¡Viva Chile!”.
El mismo Pinochet aprobó cuando era senador vitalicio el adelanto
de una semana del feriado del 11 de setiembre, día de lo que la
derecha llama “pronunciamiento militar”. Para él y sus
seguidores, el cambio de fecha es un gesto de reconciliación. Pero
también coincide con la fecha en que el presidente a quien él
derrocó, Salvador Allende, se consagró presidente electo
en 1970. Ayer al mediodía, unas 200 personas se reunieron alrededor
de la flamante estatua de Allende, frente al Palacio de la Moneda en el
que se suicidó, para depositar flores.
La derecha no tuvo motivos para conmemorar nada y cargó las tintas
sobre el gobierno. “Lo que hablamos hoy de unidad nacional es un
chiste”, dijo Marcelo Cabrera, presidente del Movimiento Vitalicio
Augusto Pinochet. “Mientras no haya un reconocimiento a la verdad
histórica, no va a haber unidad”, completó. El secretario
general de la Presidencia, Alvaro García, le respondió que
“lo que al gobierno le interesa es que se fortalezca la unidad nacional
y eso se fortalece a través de los desafíos del futuro,
no tratando de construir una visión común del pasado”.
Pero desde el mismo oficialismo partieron más diatribas contra
este feriado que al fin de cuentas terminó siendo tan polémico
como el del 11 de setiembre.
El senador del oficialista Partido por la Democracia (PPD) anunció
que pedirá la anulación del día mediante un proyecto
de ley porque se trata de “un feriado hipócrita”. El
senador socialista (también oficialista) Jaime Gazmuri dijo que,
al no haber gestos de reconciliación por parte de quienes violaron
los derechos humanos en la dictadura, no hay “unidad nacional”
posible. Y el ministro del Interior José Miguel Insulza, a título
personal, coincidió con el planteo y lamentó que Pinochet
no hiciera ninguna referencia a los asesinados bajo su dictadura.
En otro orden de cosas, Augusto Pinochet Hiriart, hijo del ex dictador,
le dijo al diario chileno La Nación que el gobierno del líder
libio Muammar Khadafi le prestó dinero al ejército de Chile
durante la dictadura. Ya en democracia, Pinochet hijo, que supo ser oficial
del ejército chileno, fue investigado por su participación
en la compraventa de una fábrica de fusiles del ejército,
con un supuesto beneficio personal de tres millones de dólares.
Pero la indagatoria del caso fue cerrada por pedido del gobierno de Eduardo
Frei (1994-2000).
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