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El imaginario cultural inglés en versión made in Hollywood

El British Arts Centre inaugura hoy un ciclo de películas realizadas en la �Meca del Cine� por una vasta galería de talentos de Gran Bretaña.


t.gif (862 bytes)  La llamada “Meca del Cine” siempre supo sacar el mejor provecho de todos aquellos talentos europeos que peregrinaban a Estados Unidos. Actores, directores y escritores británicos fueron muchas veces convocados a reconstruir el espacio ficcional de su propio país, pero del otro lado del Atlántico. De Laurence Olivier a Alfred Hitchcock, pasando por David Niven, Basil Rahtbone, Flora Robson y Dame May Whitty, toda una legión de realizadores e intérpretes británicos formó colonia en las colinas de Los Angeles, sumándose a sus colegas norteamericanos en un cruce de culturas que no le hubiera disgustado a ese pionero en trazar puentes entre las dos orillas que fue Henry James.
De ese sincretismo cinematográfico surgieron auténticos clásicos como Rosa de abolengo, Cumbres borrascosas, El mastín de los Baskervilles y Rebeca, una mujer inolvidable, algunos de los títulos que serán revisados en el ciclo “Britain Made in Hollywood”, que durante los martes de setiembre y octubre ocupará la pantalla del British Arts Centre (Suipacha 1333). Esta muestra pretende indagar de qué manera la gran fábrica de sueños del cine norteamericano reprodujo el imaginario cultural británico, en toda su diversidad: el homenaje al heroísmo combatiente, el melodrama romántico, el género fantástico y el suspense se fusionan en este ciclo, que tiene como padres tutelares a Charles Dickens, Sir Arthur Conan Doyle, H. G. Wells y las hermanas Bronte, cuyas obras concebidas en Inglaterra tantas veces se vieron materializadas en imágenes hechas en Hollywood.
La retrospectiva se inicia hoy con El hombre invisible (The Invisible Man, 1933), de James Whale, sobre la novela de H. G. Wells, protagonizada por Claude Rains. El ciclo continúa el martes 12 con Historia de dos ciudades (A Tale of Two Cities, 1935), de Jack Conway, sobre la novela de Charles Dickens, con un elenco encabezado por Ronald Colman, y el martes 19 con El mastín de los Baskervilles (The Hound of the Baskervilles, 1939), de Sidney Lanfield, sobre la novela de Sir Arthur Conan Doyle, con Basil Rathbone en su primera aparición como Sherlock Holmes, un personaje que quedó para siempre identificado con su figura.
Para el martes 26 está programada Cumbres borrascosas (Wuthering Heights, 1939), el clásico de William Wyler sobre la novela de Emily Bronte, con Laurence Olivier y Merle Oberon. El martes 3 de octubre le sigue Rebeca, una mujer inolvidable (Rebecca, 1940), del maestro Alfred Hitchcock, con Laurence Olivier, Joan Fontaine y Judith Anderson luchando contra un recuerdo obsesivo. Para el martes 10 de octubre se anuncia Rosa de abolengo (Mrs. Miniver, 1942), de William Wyler, con Greer Garson, Walter Pidgeon y Teresa Wright. Les siguen en sucesivos martes El fantasma de Canterville (The Canterville Ghost, 1944), de Jules Dassin, sobre la obra de Oscar Wilde; Almas rebeldes (Jane Eyre, 1944), de Robert Stevenson, con Orson Wellles, Joan Fontaine y la niña Elizabeth Taylor; y El veredicto (The Verdict, 1946), ópera prima de Don Siegel, con Sidney Greenstreet y Peter Lorre, perdidos en una neblinosa Londres de utilería. Todos los films se exhiben con subtítulos en castellano y las funciones –a las 17, 19 y 21 horas– son con entrada libre y gratuita.

OPINION - Por Mate *

Que las leyes se cumplan

En abril de 1995 un grupo de mujeres y hombres de teatro convocamos a una movilización para protestar por la indiferencia de la clase política a los problemas de la cultura. Vivíamos tiempos electorales.
Decíamos entonces:
“La cultura no es tomada en serio. El arte es aceptado como un divertimento a veces, otras como un privilegio. Los representantes de la clase dirigente dirimen el futuro del país en torno del éxito o del fracaso del modelo económico. El modelo anda a los tumbos y estamos mal; pero si el modelo triunfa también estaremos mal. Y estaremos mal porque es un modelo que enferma el imaginario de los argentinos. Y el futuro de este país llamado Argentina no depende de las cifras que escupen las computadoras del Ministerio de Economía, lo que ocurra en los próximos años tendrá que ver con las fantasías y los sueños de los argentinos de hoy.
Y ése es el terreno del arte y de los artistas.
Sin arte no hay belleza. Sin belleza no hay ternura. Sin ternura el hombre está perdido.”
La movilización fue un éxito. Un grupo de teatristas nos propusimos, entonces, organizarnos para pelear por nuestros derechos. Fue así que fundamos el MATE (Movimiento de Apoyo al Teatro) y centramos nuestra acción en torno de tres reivindicaciones históricas:
- La Ley Nacional de Teatro.
- La Ley de Teatro de la Ciudad de Buenos Aires.
- La autarquía del Teatro Nacional Cervantes.
La pelea fue larga y dificultosa. Junto a los compañeros de la Asociación Argentina de Actores, de otras organizaciones hermanas y las comisiones de Cultura del Senado y de Diputados, logramos en los años subsiguientes que estos tres reclamos obtuvieran respuesta favorable. Se consagró la autarquía del Cervantes; el Congreso aprobó la ley 24.800 que dio nacimiento al Instituto Nacional del Teatro y la Legislatura porteña votó la creación de Proteatro, cuya consolidación se define en estos días.
El MATE redujo, naturalmente, su radio de acción, como si sus integrantes diéramos por cumplida nuestra misión. Para los integrantes del MATE empezaba otra etapa, la de consolidar los instrumentos logrados. Fue así que dio paso a Artei, una agrupación de salas independientes que tomó, en buena parte, las banderas del MATE.
Lo que no sabíamos por aquellos días es que nuestros objetivos se habían cumplido a medias.
- En la práctica, la autarquía del Cervantes no existe.
- El Instituto Nacional del Teatro funciona con un presupuesto reducido al 60 por ciento del que le corresponde por ley.
- Proteatro, en agosto de 2000, está recién en formación y sin los recursos mínimos que aseguren su funcionamiento.
Por lo tanto, los veteranos fundadores del MATE hemos decidido revitalizar nuestra entidad, recuperar los espacios de lucha junto con nuestros compañeros de las demás organizaciones y reiterar nuestra decisión de hacer cumplir las leyes.
Porque una Nación que no cumple las leyes ¿es una Nación?


* MATE es el Movimiento de Apoyo al Teatro (asociación sin fines de lucro) cuya conducción integran Alejandra Boero, José Castiñeira de Dios, Roberto Cossa, Carlos Gorostiza, Jorge Grinbaum, Héctor Oliboni, Roberto Perinelli y Eduardo Rovner.

 

 

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